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Análisis PS5

Wolverine V2 Pro para PS5 y PC, análisis. La precisión lo es todo

Razer saca a la venta otra versión de su Wolverine, esta vez pensando en la nueva generación PlayStation. Te contamos todos los detalles.

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Wolverine V2 Pro para PS5 y PC, análisis. La precisión lo es todo

Los mandos pro han llegado para quedarse. Hace ya tiempo que vemos como tanto las casas oficiales como terceros con licencia oficial buscan dar un salto de calidad respecto al mando estándar de turno de cada una de las consolas. Es verdad que en esta generación tanto PS5 como Xbox Series cuentan con mandos muy potentes, cómodos y precisos de inicio, pero los jugadores más exigentes siempre buscan un punto más. De ahí nació el mando Élite de Microsoft (con su segunda versión casi insuperable) y muchas otras propuestas de primeras marcas, como es el caso de Razer, de quién ya hemos hablado largo y tendido de productos como Raiju o Wolverine. Hoy nos toca desmenuzar el Razer Wolverine v2 Pro para PS5. ¿Será un duro rival para el próximo Edge de PlayStation?

Estamos ante un dispositivo que mantiene el diseño que todos conocemos de esta línea de productos, con una forma ancha y muy cómoda, con el stick izquierdo en la zona superior a diferencia de los DualSense y con la sensación de que todos los botones principales están a nuestra mano (o casi, como comentaremos más adelante). Lo más destacado a nivel de diseño es que el mando sigue la línea blanca de PS5 tanto en la carcasa principal como en los botones y la cruceta, dejando el color negro para los agarres laterales, los botones superiores y las palancas.

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Siendo como es un mando pensado para PS5, trae consigo todas las funciones que se esperan de él, y eso incluye el botón de home en el centro y el panel táctil marca de la casa que ya empezamos a ver en el DualShock 4 y que se ha mejorado en el DualSense. También contamos con el botón Share, naturalmente. En este sentido, no hay nada que se eche en falta más allá, eso sí, de la vibración háptica del mando oficial de Sony que aquí no está disponible y que puede ser un punto negativo en su valoración general, aunque las virtudes de un mando Pro van por otros derroteros.

Las principales novedades de este mando, que van en la línea de otros Wolverine que ya hemos visto en el pasado, es la presencia de varios botones de acción más. En concreto tenemos seis posibilidades extras repartidas en dos botones superiores al lado de los gatillos y dos palancas posteriores con sus respectivos dos clics. Los seis botones se pueden personalizar de muchas maneras, siendo como es habitual colocando acciones como saltar, golpear cuerpo a cuerpo o correr en el caso de los FPS en las palancas posteriores y dejar otras acciones más secundarias en los botones superiores.

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En su momento pusimos en duda la posición de los dos botones accesorios superiores, pero hemos de decir que en este modelo nos parece que su acceso es mucho más cercano y ágil. Están pegados a los gatillos (pero sin que podamos pulsarlos sin querer) y es mucho más cómodo dar con ellos para, por ejemplo, cargar un arma o cambiar entre ellas. En este sentido, este v2 es mucho más compacto y se agradece.

Razer apuesta una vez más por las palancas posteriores colocadas de forma vertical y en una parte bastante centrada del mando. Esto significa que para llegar a ellas tenemos que estirar un poco los dedos para tenerlo controlado. Para que nos entendamos: las palancas del mando Élite reposan en la zona de agarre, siendo mucho más natural tener los dedos encima y pulsar en cualquier momento. Si tienes las manos grandes, no hay problema con ello porque realmente está bien colocado, pero es verdad que para las manos pequeñas la posición puede ser menos ergonómica que las palancas que están colocadas en los extremos. Eso sí, con esta disposición te ahorras pulsar sin querer algún botón, por lo que en términos generales la experiencia es buena.

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Un tacto de calidad: joysticks, cruceta…

Las funciones extras son imprescindibles para un mando Pro, lo sabemos, pero hay otra cosa que marca la diferencia: la calidad de componentes y sobre todo, la respuesta del mismo. Y este Wolverine v2 es uno de los mandos más cómodos y con mejor respuesta que hemos tenido. Su forma hace que el agarre sea completo y perfecto gracias a los grips antideslizantes, pero es en la mecánica del mando donde nos ha ganado. Los botones principales táctiles son de calidad y su pequeño clic súper rápido son agradables y precisos.

Por su parte, la cruceta también nos ha convencido: es un pad direccional con 8 microinterruptores que nos permiten identificar claramente cada dirección que pulsamos. La cruceta no siempre ha sido lo más convincente de algunos mandos Razer, pero en este caso la precisión con la que podemos actuar nos parece ideal para juegos de lucha o plataformas en 2D que exijan movimientos concretos a gran velocidad. La verdad es que nos ha dejado muy buen sabor de boca, incluso por exceso de suavidad a la que te adaptas fácilmente.

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Las buenas sensaciones se completan con los joysticks, muy suaves (la diferencia con los DualSense es evidente al primer contacto), sin puntos muertos y con una gran respuesta. El mando trae consigo un par de setas intercambiables, una más redonda y otra con forma cóncava pensado sobre todo para el joystick derecho. No podemos añadir mucho más a estos controles más allá de que son muy precisos. Otro de los puntos a favor sin duda alguna del dispositivo. El mando se completa con otros elementos a tener en cuenta: por un lado, la capacidad de recortar el recorrido de los gatillos para que los disparos sean inmediatos, y por el otro, el hecho de poder jugar tanto wireless gracias a un dongle propio que sabes que siempre se va a conectar a él sin problemas o con cable.

A la hora de poder personalizar nuestra experiencia, a través de una app para móvil podremos escoger entre cuatro perfiles y reasignar los botones multifunción a nuestro gusto, además de cambiar los efectos de chroma que podemos ver por los bordes del mando. En este punto, eso sí, hemos echado en falta algunas funciones más de personalización que tenemos en otros mandos, como por ejemplo a la hora de toquetear la sensibilidad y recorrido de los sticks analógicos. Por último, y no menos importante, la batería del mando que nos parece muy competente y más tras las primeras impresiones con DualSense Edge. En este caso, hemos jugado más de 20 horas (sin chroma) sin problemas. Según la casa, se reduce a la mitad en el caso de usar el RGB chroma.

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Conclusión

 Razer Wolverine v2 Pro es un mando muy completo y con acabados de grandísima calidad. Tanto la respuesta de los botones como la suavidad y precisión de la cruceta y los joysticks juegan otra liga. Además, su diseño compacto y perfecto agarre lo hacen muy cómodo, y los seis botones multifunción añaden un extra de control a las partidas. Su respuesta es sólida y convincente desde el primer momento, pero es cierto que no es un mando perfecto: no cuenta con vibración háptica como el DualSense y echamos en falta algun elemento de personalización más en la app de ajustes. En todo caso, si quieres joysticks precisos, botones de respuesta rápida y los extras clásicos de un mando Pro, es una apuesta segura, aunque no apta para todos los bolsillos: sale a 299 euros.