Impresiones del DualSense EDGE, el mando PRO de PS5 que se adapta al jugador y al juego
Probamos el nuevo mando de PlayStation 5, un producto premium pensado para usuarios más especializados y exigentes.
A simple vista, la construcción es parecida a la del DuanSense original, el mando incluido en todas las consolas PS5. Tiene el mismo tamaño, aunque el peso es ligeramente superior. DualSense EDGE es un mando que se siente prémium desde el momento en que lo tienes entre las manos, con todo lo que ello conlleva. A falta de unas semanas para su lanzamiento oficial (sale el 26 de enero), en MeriStation hemos trasteado con él durante unas horas, así que no te pierdas nuestras primeras impresiones.
Para probarlo, PlayStation nos ha preparado un set con juegos de distintos géneros: FIFA 23, NBA2K23, Call of Duty: Modern Warfare 2, Gran Turismo 7 y God of War Ragnarök. El hecho de poder acceder a títulos diferentes nos ha brindado la oportunidad de alternar las configuraciones a fin de personalizar nuestra experiencia de juego.
A la venta por 239,99 euros
DualSense EDGE no es un mando barato. Su precio recomendado es de 239,99 euros, pero es un producto orientado hacia un target muy concreto: jugadores profesionales o usuarios exigentes y competitivos a la hora de adaptar la jugabilidad a sus propias necesidades.
Uno de los puntos cruciales de un mando que facilita el cambio de algunas piezas es que el montaje sea sencillo. En el estuche de transporte vienen todas las piezas necesarias para realizar estas operaciones sin ningún problema:
Jugar con las piezas: la personalización y más
Las tapas de los sticks se sustituyen de forma sencilla, al igual que los botones posteriores. Además, es posible extraer los sticks abriendo la carcasa en apenas unos segundos. Pese a que en un principio da miedo que el plástico se llegue a quebrar, lo cierto es que el procedimiento es tan fácil que es muy complicado forzarlo. Los cabezales de los sticks, diseñados en distintos tamaños y formas, están pensados para la comodidad del jugador.
Una de las ventajas de disponer de botones traseros es que se pueden configurar atajos en los controles, acciones que con un mando tradicional serían más engorrosas de realizar. En la parte trasera del mando también encontramos unos botones deslizantes que regulan el recorrido de los gatillos, en función de si el juego nos exige más o menos recorrido. Por ejemplo, en un shooter es mejor no hacer tanta fuerza con los gatillos para obtener el resultado: disparar de modo rápido y preciso.
Por si eso no fuera poco, el mando DualSense EDGE implementa dos botones de personalización que llevan hasta un menú de configuración lleno de opciones. Desde el mapeado completo de los botones hasta la opción de regular las zonas muertas de los sticks y de los gatillos. Dependiendo de si la Deadzone está configurada de una u otra manera será más o menos sensibles. Así las cosas, en Call of Duty: Modern Warfare 2, juego que requiere de tiros precisos, es mejor que haya mayor sensibilidad.
A cada tipo de juego le beneficia una configuración determinada. Por eso, el mando DualSense EDGE introduce tres perfiles diferentes, que se pueden durante la partida con solo pulsar los botones Fn. En la consola se pueden almacenar 30 en total que luego se pueden trasladar al mando.
El punto flojo del mando es quizá la duración de la batería. No hemos podido medir exactamente lo que dura, pero no parece que su vida se alargue durante mucho más que cuantas horas. Según Sony, dura sensiblemente menos que la del DualSense.
Volviendo al principio, a la sensación que nos produce el mando, los agarres interiores antideslizantes mejoran todavía más la experiencia jugable y la comodidad. Modificar la intensidad de la vibración o disfrutar de las funcionalidades especiales del DualSense (gatillos adaptativos, funciones hápticas). Eso sí, estas no son diferentes con respecto al original.
En definitva, un mando pensado para un perfil más especializado que nos ha convencido, aunque el precio sea un handicap a tener en cuenta.