Estos detectores sabrán si los deberes los ha hecho una inteligencia artificial
La tecnología se pone del lado de los profesoras y en contra de los estudiantes más 'listillos'.
La época colegial suele ser de las más dulces por eso de que se tiene tiempo para un montón de actividades. Tanto que los padres suelen apuntar a su hijos a actividades extraescolares con las que desarrollar sus habilidades. Pero en los últimos años la tecnología se ha puesto aún más cerca del alumnado gracias al uso de inteligencia artificial. Tanto es así que algunos han conseguido usarla para hacer deberes, algo que tiene los días contados gracias a estos detectores.
Los profesores sabrán si sus alumnos se esfuerzan con sus tareas
Es verdad que los colegios mandan cada vez más y más deberes para casa. Los profesores tienen que cerciorarse de que sus alumnos entiendan la materia que se da en clase y de ahí nace la necesidad de que cada niño se ponga a prueba con los ejercicios mandados. Internet tiene algo de culpa a la hora de que muchos copien lo que encuentran en la Red.
Algunos recordarán los tiempos en los que había páginas webs con respuestas o incluso textos que algunos los copiaban para ahorrar tiempo que empleaban en salir a la calle o jugar en casa. El método ahora es mucho más sofisticado, ya que existen inteligencias artificiales que son capaces de crear textos más o menos coherentes que se hagan pasar por la escritura de los jóvenes.
Pero esto tiene los días contados y todo gracias al uso de detectores que los profesores pueden usar para detectar si un texto ha sido escrito por una persona o generado por un programa. Esto es lo que se consigue con un programa de OpenIA llamado ChatGPT. El programa es capaz de detectar si un texto se ha escrito con un programa o si se ha hecho con la propia imaginación.
Un problema de progresión
Esto suena muy bien, ¿verdad?. Los profesores de materias como lengua, conocimiento del medio, historia o geografía tendrán esta herramientas muy a mano para evitar ser engañados por los pupilos. Aunque todo se demostrará en el examen pertinente, el programa puede usarse para detectar los textos autogenerados, pero hay un problema.
Resulta que estos programas se actualizan más lento de lo que una IA aprende. Y es que en cuanto cambia una frase o tiene un estilo concreto, GPT aumenta el porcentaje de autenticidad o reduce el nivel de que un texto sea falso, que es lo mismo.