Cine
Armageddon Time, crítica
James Gray explica la pérdida de la inocencia como un inevitable camino hacia la degradación moral.
Paul es un niño que está a punto de pasar del final de la niñez a la adolescencia. En el colegio disfruta de su rebeldía y su inocencia propia de la infancia. Siempre protegido por su familia. Nada es importante y todo es fácil. Pero el tiempo avanza y como una suerte de Peter Pan, Paul tendrá que dejar de volar y pasar por el aro. James Gray no nos explica la pérdida de la inocencia como un cuento de superación, sino más bien como un inevitable camino hacia la degradación moral.
Paul vive en el Nueva York de principios de los años ochenta, EEUU está a punto de comenzar una trasformación moral con la entrada de Reagan a la Casa Blanca. La película hace un paralelismo entre este hecho y la llegada de Paul a la adolescencia.
Diría que esta parte resulta interesante, pero toda su fuerza reside en el interior de la familia de Paul. La madre sufrida y protectora como una acogedora patria acogedora, dejará de serlo para abandonar a su hijo a los intereses de los adultos. Su padre, como un estado férreo y acomplejado decidirá por Paul como un gobierno que lo hace por sus ciudadanos sin importarle sus opiniones. Y los abuelos son las raíces y los principios que por mucho que los promulguen morían con ellos.
Anne Hathaway muestra en su rostro su fragilidad e inevitable caída como guía de su hijo en cada plano. Actriz en continuo crecimiento. Su techo y su registro aún no tienen límite. Anthony Hopkins sigue siendo el genio que parece no esforzarse para inundar la pantalla con su presencia.
El peso de los actores
Hace poco presencié una conversación en la que un hombre aseguraba vehementemente que el mérito de una película reside únicamente en el director y en el guionista. Dando igual el actor que haga el papel mientras cumpla con el trabajo de forma correcta. Casualmente poco después me puse a escribir está crítica y no pude evitar pensar en Anthony Hopkins y su pequeño papel en esta película. Personalmente creo que la fuerza de una escena depende de la conjunción de todos los factores que intervienen en la película, más allá de cual se más relevante o no. Curiosamente en mi experiencia dirigiendo para mi sorpresa he ido aprendiendo el peso que tienen los actores en el resultado final. Por otro lado, estoy seguro de que en este caso el director y guionista James Gray no contrató a Anthony Hopkins para que le diera lo que ponía en el guion sino mucho más. Y así fue.
Un diamante en bruto
Jeremy Strong habitual y solvente secundario se pone en primera línea robando momentos a sus dos grandes compañeros de reparto. Y el niño Michael Banks Repeta interpretando al todoprotagonista Paul borda su papel magistralmente. Me pregunto si habrá sufrido las amarguras de la vida que tan bien nos transmite o la dirección de actores habrá tenido algo que ver. Y también está Jaylin Webb que desprende una inesperada madurez interpretativa con el papel del amigo de Paul, representante del sufrimiento de la represión racial de aquella época tan solo por ser de raza negra.
La película como he dicho trata la vida social y política de EEUU, por lo que toca muy de lleno la problemática racial. Dos niños de la misma edad, uno blanco y otro negro, en el mismo colegio, ambos rebeldes y traviesos, pero uno tiene protección familiar y el otro protege a su abuela moribunda. Uno tiene una vida esperándole y el otro una trampa detrás de cada esquina. Uno vive, otro sobrevive. Uno es blanco y otro es negro.
Conclusión
Armageddon Time es una buena película que tiene gran parte de su fuerza en el interesante punto de vista de la pérdida de la inocencia de una forma tan corrupta. El ritmo es bueno, algo plana a veces pero termina más arriba de lo que empieza. Tal vez demasiado localista en sus tramas y algo manida en algunas escenas de niño blanco amigo de niño negro, pero en conjunto es una película recomendable e interesante.