Assassin's Creed Valhalla se despide de Eivor, pero para mí es un 'hasta luego'

No siento que me esté despidiendo de Eivor. El protagonista de Assassin's Creed Valhalla me ha acompañado durante estos dos años de forma intermitente. Es como uno de esos amigos a los que ves de vez en cuando, pero que te dan momentos agradables y de pura alegría, aunque estés con ellos una o dos horas cada cierto tiempo. En la Inglaterra del siglo IX d.c. siempre encuentro una historia por completar, un misterio por resolver, una conversación por escuchar o una batalla por luchar.

El juego desarrollado por Ubisoft Montreal no se actualizará más, hasta aquí hemos llegado, se acabó, finito, c'est fini. Tras dos años de apoyo postlanzamiento, la empresa francesa ha confirmado que el periplo de Eivor ha concluido. El Último Capítulo es el broche final a una trama argumental que se ha ampliado con tres expansiones (La ira de los druidas, El asedio de París y el Amanecer del Ragnarök), modos de juego y misiones extra. Tal es la cantidad de contenido que con casi 130 horas jugadas todavía me queda mucho camino por recorrer.

El epílogo, eso sí, me ha sabido a poco. No voy a entrar en detalle porque no quisiera yo chafar la sorpresa a nadie, pero esperaba una conclusión un poco más cerrada. El arco argumental de El Último Capítulo es puramente narrativo, nada de misiones, de infiltraciones de sigilo o de combate. Cinemáticas, conversaciones y contemplación.

Se ha concebido como una despedida, y en ese sentido funciona a la perfección. La estructura en la que se acomoda está pensada para que Eivor diga adiós a otros personajes, pero también para que el jugador se despida del protagonista. Plantea, además, un diálogo interesante consigo mismo y con Odín, una especie de alter ego que lo ha acompañado durante todo el viaje. Ahora, tras entrechocar las copas de cerveza con un fuerte 'skol' toca emprender otra aventura.

He presenciado el final y me formulo una pregunta, ¿es realmente el Último Capítulo? Diría que es únicamente el cierre de Assassin's Creed Valhalla. En cierto modo, el desenlace es otro comienzo, pero para mí tiene un significado adicional como jugador. Vas rellenando los huecos según avanzas en la historia principal, pero para comprender el contexto en conjunto y profundizar necesitas dibujar los contornos, como si de una pintura se tratara.

No digo adiós a Eivor, es un 'hasta luego'. Pienso regresar una y otra vez hasta desentrañar los secretos que aún se esconden en su mundo. Y aunque los halle, el futuro (o pasado, mejor dicho) del vikingo no parece que haya escrito su Último Capítulo.