Por qué el último Direct de Nintendo es una celebración del movimiento Indie

Lo hemos dicho muchas veces, los juegos independientes mantienen fresco el medio interactivo, le dan variedad, sirven de banco de pruebas a los grandes estudios para nuevas mecánicas, dan cabida a la creatividad desde cualquier parte del planeta y desde los más inusitados orígenes. Son en definitiva, necesarios para la industria y nos enriquecen como jugadores, pero también como personas. Así lo constatamos mientras veíamos hace solo unas horas el úttimo Indie World, y a continuación lo eplicamos con detalle.

Bienvenidos a Mundo Indie

El pasado Indie World emitido por Nintendo fue una feliz constatación, una fiesta, una celebración de todo ello. No hay límites para la escena, y las ideas surgieron sin traba a través de juegos muy distintos entre sí, en cuestión de mecánicas, temáticas y dirección artística. Lo mostrado estaba, como debe ser, en las antípodas del inmovilista terreno de las superproducciones y las grandes compañías, presas de los presupuestos millonarios.

Hagamos un rápido repaso. Visal Games, con sus tres integrantes de origen indio, presentó Venba, un juego culinario, pero también narrativo, que nos cuenta las dificultades de una familia india que emigra al Canadá de los años 80. En Goodbye Studio se nos mostró lo complicado que es hacer un videojuego de la mano de dos protagonistas, desarrolladoras, que comparten piso y tienen que buscar un trabajo a media jornada para sustentarse mientras luchan por alcanzar su sueño.

La pareja que conforma el estudio Cosmo Gato, está enamorada de la del cine de animación. Homenajeando las producciones de los 90 con Aka, su sosegado juego pintado a mano con el que pretenden conmovernos. En Coffe Talk Episode 2 volvemos a regentar una cafetería que abre hasta altas horas de la madrugada, por donde pasarán curiosos personajes, cada uno con una historia que contar. Space For The Unbound nos habla del primer amor adolescente y lo mezcla con poderes mentales

En el bellísimo Dordogne, con un aspecto gráfico realizado a acuarela, acompañaremos a Mimi en busca de sus recuerdos en los veranos de la infancia. Botany Manor nos pone en la piel de una botánica jubilada que vive en una gran mansión, donde seguiremos cuidando de las plantas hasta el fin de nuestros días.

One Upon a Jester es un homenaje a las compañías de teatro ambulantes. El juego está creado por Bonte Avond, un pequeño estudio conformado por un grupo de amigos que, además, gusta de improvisar con su banda de música. Y eso es lo que han intentado transmitir en el juego. Blanc está realizado en blanco y negro asimilando técnicas de carboncillo, y nos habla de la amistad entre un lobezno y un cervatillo. La pareja Lukas y Anne nos contaron cómo en su juego A Little to the Left trasladan su interés por el orden casero y cómo este se ve desbaratado de vez en cuando por su gato,

En un popurrí de varios juegos, nos llamaron la atención el surrealista Wobbledogs; Storyteller, donde crearemos nuestros cuentos combinando elementos sobre un cuaderno; World of Horror, que nos meterá en las extrañas páginas de un manga en blanco y negro; Curse of the Sea Rats, que puede presumir de su excelsa animación…

Como veis, no hay límites expresivos para la escena indie. La popularización de la distribución digital multiplicó los tipos de títulos que llegaban hasta notoros, y eran tan variados como personalidades extrañas, curiosas, avezadas y talentosas tomaron el videojuego como manera de expresarse ante el mundo. Es la grandeza de lo pequeño, lo especial de lo cotidiano, en definitiva, es una suerte que disfrutamos hoy más que nunca.