Análisis
¿Next Gen y portátil? xScreen, una pantalla para conectar a Xbox Series S
Probamos la propuesta de UPspec Gaming para Xbox Series que te permite llevarte la consola allí donde quieras
Xbox Series S se ha ido convirtiendo con el tiempo en una consola de lo más solvente y convincente. Aunque empezó con dudas porque cuando la nueva generación asomaba, todos soñábamos con la máxima potencia y prestaciones, la realidad es que el tiempo ha ido dando la razón a la plataforma de Microsoft, que tiene prestaciones next gen, pero mantiene un precio súper ajustado y se está convirtiendo en una alternativa a tener en cuenta, ya sea como plataforma principal para quienes no sueñen con el 4K o como un complemento ideal dentro de la casa. El caso es que con Xbox Series S se anunció, de la mano de Upsec Gaming, un añadido que siempre nos llamó la atención. xScreen. Y por fin lo hemos podido probar.
Estamos, básicamente, ante una pantalla de 11,6 pulgadas que se acopla directamente a la consola de Xbox de manera perfecta y que permite, por lo tanto, disfrutar de todas las ventajas de Series S sin necesidad de un televisor ni tampoco un monitor. Un all-in-one que sorprende, primero de todo por la idea (puede sonar un tanto extraña) y, acto seguido, por el buen rendimiento que propone.
Con un diseño blanco como el de Series S, que dicho sea de paso tiene seguramente uno de los diseños de consola sobremesa más impresionantes que recordamos, la pantalla xScreen se acopla de forma perfecta a la consola, conectando por detrás el puerto HDMI, dejando un espacio bien pensado para el cable de electricidad y para la tarjeta de memoria externa y que con unas ruedecitas en los laterales podremos encajar sin problema para que todo esté bien fijado. Solo vemos un problema en el diseño, aunque tiene que ver con su idea de portabilidad: se tapa completamente el puerto ethernet posterior.
Una vez hemos conectado la pantalla a nuestra consola, vemos que queda una plataforma de una sola pieza de tamaño compacto –dentro de lo que cabe, xScreen se aprovecha precisamente que Series S ya es una consola de dimensiones muy reducidas- preparada para usarse tal y como se planteó: Next Gen para llevarte de viaje y no preocuparte de nada más que de tener un lugar donde enchufarte a la corriente.
Hay algunas consideraciones que tanto el pequeño libro de instrucciones como las protecciones de la pantalla indican. La primera de ellas es que no se tiene que cerrar la pantalla con la consola encendida, ya que precisamente el panel queda tapando justamente la vía de respiración principal de la consola. La segunda, que hay que activar la opción HDMI CEC para que cuando cerremos la pantalla, la consola se apague automáticamente para evitar precisamente el primer punto.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, toca ponerse con lo más importante: jugar y probar. Estamos ante un dispositivo sólido, que no va a destacar por las prestaciones ni por su calidad de imagen pero que cumple perfectamente el cometido que se propone. Las especificaciones principales:
Los datos nos indican varias cosas. Primero, la apuesta por una resolución máxima de 1080p, algo que encaja perfectamente con el concepto de consola Xbox Series S y con la necesidad de optimizar recursos. Se podría haber empujado a los 1440p seguramente, pero es un sobrecoste innecesario teniendo en cuenta el tamaño de la pantalla. Luego está la tasa de refresco, que con los 60hz es más que suficiente ya que los juegos que van a 120hz son pocos y en Series S, todavía menos. Así que tenemos algo que va directo y al pie: buscando explotar el rendimiento de la consola en un estándar 1080p/60fps.
Llevamos varias semanas jugando con xScreen y el resultado es más que convincente. Hemos probado juegos que exigen mínimo los 60fps para que se disfruten en todo su esplendor: esos son la saga Ninja Gaiden, Devil May Cry V o Forza Horizon 5. En todos los casos la tasa de refresco cumple con su cometido, la resolución es más que suficiente con el tamaño del panel y la respuesta es perfecta: no hemos apreciado lag ni nada por el estilo a la hora de controlar dichos títulos, algunos de ellos con exigencia de respuesta inmediata por ser juegos de acción.
En este sentido, dos de las características principales de xScreen también se ponen a prueba. Por un lado, los altavoces estéreo que suenan bastante bien y tiene un buen volumen, aunque es evidente que no destacan precisamente por los sonidos graves; y los nits. Como vemos en las especificaciones, la cantidad de luz que es capaz de transmitir esta pantalla se sitúa en los 350 nits, algo que se aleja de paneles o televisores de gama alta, y aunque se dice normalmente que entre 400 y 500 es lo ideal, xScreen ofrece una pantalla suficientemente brillante.
Es cierto que se nota que es algo más limitado de la cuenta si lo comparamos con un monitor como los que tenemos en casa, pero dentro del tipo de producto que es y su concepto de poderlo jugar donde queramos, hemos visto un buen contraste general en espacios oscuros –como algunas fases de Devil May Cry- y lo que podemos ajustar desde sus botones frontales ayudan a acabar de completar la escena con buenos resultados. Juegos más coloridos como TMNT Shredder’s Revenge o Cuphead lucen perfectamente en pantalla. Es evidente que podemos encontrar por un precio similar de entre 200 y 300 euros algunos televisores o monitores más grandes o con mayor brillantez, pero no tendrán esta movilidad ni este diseño compacto que lo hacen apetecible.