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Opinión

Andor demuestra que Star Wars puede contar buenas historias sin el comodín de los Skywalker y de los Jedi

La nueva serie de Disney+ ha comenzado su andadura como el producto televisivo mejor valorado de la saga tras The Mandalorian.

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Andor demuestra que Star Wars puede contar buenas historias sin el comodín de los Skywalker y de los Jedi

Ya se dejaba entrever en los tráileres: Andor no se anda con tonterías. Sin StageCraft, la tecnología con la que Lucasfilm ha filmado The Mandalorian, El Libro de Boba Fett y Obi-Wan Kenobi, el showrunner y guionista Tony Gilroy ha optado por un enfoque más tradicional en el rodaje. A falta de que la visión global y las buenas sensaciones se concreten del todo  —solo se han estrenado tres episodios de los doce de la temporada—, creo que se puede afirmar sin mucho riesgo a equivocarse que Andor es uno de los mejores productos de Star Wars de los últimos años.

Aspectos técnicos aparte, rezuma Star Wars por los cuatro costados, pero al mismo tiempo es distinta al resto de proyectos audiovisuales de la saga. Se ambienta en una época familiar, la del Imperio Galáctico, años antes de que estallara la Rebelión. Y Sin embargo, su historia no está protagonizada por los los clásicos héroes a los que estamos acostumbrados. Decía el propio Gilroy que en esta serie se iba a dejar de cameos, de Jedi y de toda esta parafernalia, que prefería dar voz a aquellos a los que no se les solía escuchar, a la gente normal.

Cassian Andor, interpretado de nuevo por Diego Luna, vivía humildemente en el sistema Kenari hasta que su tribu se metió en un lío de narices y tuvo que ser rescatado, para luego cambiar de identidad y esconder su procedencia. A fuego lento, Gilroy construye a su protagonista y a los que le rodean, bosqueja el contexto que lo va a llevar a utilizar sus habilidades como espía para infiltrarse en el Imperio. La serie funciona como thriller y demuestra que la galaxia es tan grande que se pueden contar otro tipo de historias sin necesidad de utilizar el comodín de los Skywalker o de los Jedi.

No es que Star Wars no haya visitado los confines de la galaxia: las novelas, los cómics y los videojuegos sí han experimentado con otras historias y personajes. Es en las series y en las películas donde más dificultades han tenido para desprenderse un poco de ese legado.

La clave no está en eliminar un tipo de contenido para sustituirlo por otro. Como seguidor, ansío seguir rellenando huecos y descubriendo las aventuras de Obi-Wan, Qui-Gon Jinn, Luke Skywalker, Ahsoka Tano o Darth Vader / Anakin Skywalker. Estoy convencido de que hay espacio para que lo nuevo y lo clásico coexista, para que Lucasfilm busque enfoques frescos y trate de alejarse de Tatooine en películas y series de televisión.

Desde 2021, la empresa de Disney comenzó a publicar novelas y cómics ambientados en la Alta República, cientos de años antes de la saga de los Skywalker. The Acolyte, una de las próximas series de Star Wars, será el primer producto audiovisual que nos lleve a esta época de esplendor, que poco a poco entrará en declive. Esta es otra prueba de que tras Andor, hay cosas más allá de los Skywalker. Pero ojalá ver a Luke en nuevas series también, claro que sí. Si queda algo interesante por narrar, ¿por qué no hacerlo?