Digimon Survive, otro review bombing absurdo y esperpéntico

En un mundo cada vez más polarizado, las posturas extremas emergen impulsadas por la inmediatez y por el anonimato de Internet. Las opiniones tienden a escorarse hacia un lado o hacia el otro, engalanadas con palabras rimbombantes y preñadas de términos absolutos, sin mesura y sin apenas dejar espacio al debate. En ese extremo se halla el fenómeno del review bombing, cada vez más frecuente y extendido. ¿Su última víctima? Digimon Survive.

Todo el mundo tiene derechos a quejarse, a decir libremente que no le gusta algo y a expresar su descontento cuando un producto no le satisface. Las obras culturales como la literatura, el cine o los videojuegos son propensas a interpretaciones de todo tipo, a los buenos y a los malos comentarios. No creo que la naturaleza del ser humano haya cambiado, pero sí los canales de comunicación, abiertos a todo el que tenga acceso a Internet. Las voces se entremezclan y a menudo se llenan de ruido. Se suele decir que se escucha mucho al que grita mucho, al que dice la mayor barbaridad, aunque no siempre sean mayoría. Y eso es igual en videojuegos, política o gastronomía: los chillidos se escuchan lo desees o no.

La crítica argumentada es correcta porque suele tener un componente constructivo. Cuando los usuarios utilizan el review bombing para bajar la nota media de los juegos en agregadores como Metacritic, las intenciones suelen ser claramente destructivas. Se busca hacer sangre, atacar a un producto o a una compañía o castigar un determinado comportamiento que por una u otra razón ha causado escozor a parte de la comunidad.

Que Digimon Survive sea un novela visual ha sido motivo suficiente para que algunos jugadores hayan lanzado una campaña ofensiva, si bien en este caso se ha contrarrestado por el fenómeno contrario: gente puntuando con un 10 sobre 10. El problema es el mismo, opiniones en blanco y negro que no aprecian los grises, como si el resto de colores estuviera completamente desterrado de su campo de visión.

Entiendo que algunos contemplen el review bombing como herramienta para expresar descontento, pero cuando los argumentos se apagan y el objetivo es la mera destrucción, el espacio para la razón desaparece. La crítica puede ser descarnada, despiadada, sin pelos en la lengua, que si está bien argumentada y no ataca por atacar será válida. Arremeter contra un juego por el mero hecho de que sea una novela visual es tan absurdo como si se hiciera con cualquier otro género.

Estoy seguro de que Digimon Survive tiene muchas cosas criticables, no entro en el fondo de la cuestión. Lo que tengo claro es que es irrelevante que sea o no sea una novela visual. Por eso, este nuevo review bombing ha sido tan esperpéntico como absurdo, un capítulo más de un fenómeno que no parece que vaya a remitir en el futuro.