Los 5 mejores juegos de El Señor de los Anillos
Aprovechando la cercanía de Los Anillos de Poder, repasamos las adaptaciones que más nos engancharon al universo de Tolkien en su versión virtual.
Siendo una de las obras literarias más influyentes del S.XX y una de las adaptaciones cinematográficas más celebradas del S.XXI, El Señor de los Anillos nunca ha dejado realmente la cultura popular, pero es innegable que últimamente está acaparando más atención de lo habitual. Con la serie Los Anillos de Poder a pocas semanas de su estreno, orcos, elfos y enanos vuelven a protagonizar noticias y conversaciones. Así que hemos pensado, ¿por qué no aprovechar y recordar también los mejores juegos que nos ha dado el universo de J. R. R. Tolkien a lo largo de los años?
Después de todo, a falta de saber el impacto que puede o no tener la reimaginación de la Tierra Media producida por Amazon, fue la visión de Peter Jackson la que reavivó en su día el interés por la franquicia. La que inició hace algo más de dos décadas una carrera para capitalizar un imaginario que poco antes parecía limitado a los fans de la fantasía. Así, tras un periodo de sequía que se extendió durante la mayor parte de los noventa, varias compañías dieron un paso adelante y lanzaron juego tras juego. No siempre con acierto; pero a veces surgieron joyas que aún hoy merecen ser elogiadas.
El Retorno del Rey
La era moderna de juegos basados en El Señor de los Anillos (o la Tierra Media más en general) empezó con un duelo entre Vivendi y Electronic Arts. La primera disponía de la licencia de los libros desde mucho antes de la producción de las películas, pero no confiaba particularmente en ellas y dejó pasar la oportunidad de asegurar también sus derechos. Estos fueron adquiridos por EA, razón por la que, en cuanto La Comunidad del Anillo se reveló como una obra maestra del cine de aventuras, las dos compañías se embarcaron en el desarrollos paralelos para aprovechar el tirón.
En 2002, a pocos meses del estreno de Las Dos Torres, Vivendi ofreció una versión más fiel al primer libro que, no obstante, se quedaría sin secuelas por fallar en cosas básicas como juego. Por su parte, EA decidió esperar un poco más y unificar las dos primeras películas para crear una colección de niveles en clave de hack and slash intercalados entre secuencias directamente sacadas de ellas. Los actores también prestaron su parecido e incluso grabaron nuevas líneas de diálogo, y el adictivo sistema de combate (con ligeros toques RPG para conseguir experiencia y comprar nuevas técnicas) logró replicar con éxito la visceralidad de las peleas multitudinarias.
Las Dos Torres vendió extremadamente bien, pero fue apenas un calentamiento para El Retorno del Rey. La secuela, a pesar de basarse en solo una película, subió el listón en todos los sentidos: la puesta en escena era más espectacular, añadió cooperativo y partió el desarrollo en varias rutas para jugar también con Frodo, Sam y Gandalf (Las Dos Torres se había centrado en Aragorn, Legolas y Gimli, que por supuesto también regresaron). Los niveles eran más variados visual y jugablemente, con más elementos interactivos y jefes (el Rey de los Muertos, Ella-Laraña, etc.) para que no faltasen los encuentros climáticos. Uno de los mejores ejemplos de cómo adaptar una película.
La Batalla por la Tierra Media II
Otro ejemplo de secuela que tocó las teclas adecuadas fue la segunda parte de La Batalla por la Tierra Media, título de estrategia en tiempo real que sorprendiera a los fans del género un año después de El Retorno del Rey. Algunos primitivos juegos de PC ya habían mezclado el universo de Tolkien con la gestión de tropas durante los ochenta, pero en la etapa moderna EA volvió a ganarle la mano a Vivendi (que publicó antes su propio RTS, La Guerra del Anillo) con una adaptación muy marcada por la estética de las películas, aunque a la vez accesible y con suficiente sustancia jugable.
La Batalla por la Tierra Media II se tomó su tiempo y llegó algo más de un año después con la licencia ampliada (Vivendi se cayó definitivamente de la carrera), lo que permitió contar con personajes (como el elfo Glorfindel o el rey enano Dain) y batallas no presentes en la trilogía cinematográfica. Así, el nuevo juego no solo fue más profundo como RTS, que también gracias la inclusión de más facciones y más tipos de unidades (con posibilidad de crear nuestro propio héroe o villano); la sensación de escala aumentó y permitió sacar más partido al genial modo Guerra del Anillo, donde podíamos librar por turnos batallas en todas la regiones de la Tierra Media.
El Señor de los Anillos Online
Con el subtítulo inicial Las Sombras de Angmar, en 2007 el estudio Turbine (más tarde adquirido y absorbido por Warner Bros) nos trajo una propuesta MMORPG de tal calidad que aún hoy sigue contando con una base de usuarios en activo. Una experiencia quizá menos intensa y cinematográfica que otras adaptaciones, pero probablemente la mejor a la hora de hacer de la Tierra Media un espacio grande, vivo y creíble. La Comarca, Bree, Rivendel, Edoras, Minas Tirith... No faltaron ninguno de los lugares clave, recreados con más detalles que las propias películas, y acompañados por muchos otros solo conocidos por los lectores de las novelas.
La narrativa también fue un aspecto cuidado, hilando con eventos y personajes familiares del canon, pero expandiendo el mundo mucho más allá. Y tanto la dirección artística como la banda sonora merecen mención propia: aunque han pasado 15 años, el esmero puesto en su ambientación sigue logrando que sea un lugar ideal para perderse sin necesidad de preocuparse por objetivos. Pasear por los bosques del norte, cabalgar por llanuras de Rohan o simplemente decorar una casa en Hobbiton (u otra ciudad) resulta tan o más satisfactorio que matar orcos o participar en gestas heroicas. Si eso no lo hace fiel al espíritu Tolkien, ¿qué otra cosa puede hacerlo?
La Tierra Media: Sombras de Mordor
Algo menos fieles al espíritu Tolkien, al menos a un nivel narrativo, encontramos la dupla de juegos de Monolith Productions. Después de que EA encadenase varios proyectos mucho más desafortunados que comentados antes, la licencia pasó a manos de Warner Bros, que confió en los creadores de FPS como F.E.A.R. o Condemned para reimaginar la Tierra Media en un juego de acción en mundo abierto. Y eso hicieron. Con una historia que haría tirarse de los pelos a algunos fans del Legendarium (por el tono crudo y muchas contradicciones con el lore establecido), pero capaz de combatir la rutina de los sandbox gracias al genial sistema Némesis.
Aunque a nivel superficial podía parecer un sucedáneo de Assassin’s Creed, con su escalada y sus desbloqueo de mapas con decenas de iconos, la jerarquía dinámica de los orcos elevaba el juego hacia algo de entidad propia. A través de este sistema de naturaleza procedural, los enemigos que sobrevivían podían recordarnos en batallas posteriores, o buscarnos para vengar amigos. Incluso se enfrentaban entre ellos para ascender de rango y, más adelante, también podíamos marcar y reclutar o utilizar a unos para asesinar a otros sin necesidad de ensuciarnos directamente las manos, creando una especie de Juego de Tronos orco orgánico y fascinante.
Llegados a este punto, seguramente algunos se pregunten por qué, si antes nos hemos decantado por dos secuelas, ahora elegimos el original sobre Sombras de Guerra. El segundo juego de Monolith, como buena continuación, mejoró gráficos, aumentó el número de técnicas de combate desbloqueables, varió más la ambientación entre zonas e incluso añadió nuevas variables al sistema Némesis. Por desgracia, su mayor foco en la trama dio paso a un desarrollo menos flexible, las limitaciones de nivel para reclutar pusieron más trabas y el estreno de la toma de fortalezas lo podían empujar más hacia el grindeo y la monotonía. Un paso hacia adelante, otro hacia atrás.
LEGO El Señor de los Anillos
Terminamos con el más desenfadado de la lista, aunque no por ello el peor. Si bien es cierto que casi no hay franquicia de fantasía o aventuras relevante que no tenga su propia adaptación de LEGO, la del El Señor de los Anillos aún se puede seguir contando entre las mejores una década después de su estreno. Pasado por el tamiz de la parodia constante, y una dificultad baja para adecuarse a todos los públicos, Traveller’s Tales recuperó un ritmo ágil, similar a aquellas primeras adaptaciones cinematográficas de EA, solo que ahora agolpando la trilogía en un solo juego.
La Comarca, Moria, el Abismo de Helm, la Puerta Negra... Todas las localizaciones se reconstruyeron con juguetes, y también se hizo honor a momentos tan intensos como la batalla de Gandalf contra el Balrog, la carga de los jinetes de Rohan en los campos del Pelennor y otras batallas multitudinarias. Además, fiel a la tradición LEGO, todos los miembros de la compañía del anillo eran controlables y disponían de habilidades propias (disparar con un arco, encender hogueras, etc.) que el diseño de niveles pedía para avanzar, a veces incluso en paralelo por partes diferentes del escenario. Ideal para cooperativo, y para introducir a los más pequeños en el universo de Tolkien.
El Señor de los Anillos Online: Shadows of Angmar
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