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Una luz en la oscuridad

Cuando Demon´s Souls y Xenoblade Chronicles alumbraron el camino a la industria japonesa

En un año donde Elden Ring y Xenoblade Chronicles 3 son claros aspirantes a GOTY, recordamos las raices de ambos en aquel momento en el que la industria japonesa del videojuego se encontraba sumida en una grave crisis creativa.

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Cuando Demon´s Souls y Xenoblade Chronicles alumbraron el camino a la industria japonesa

Siendo Xenoblade Chronicles uno de mis juegos favoritos, me alegra una barbaridad presenciar el rotundo éxito de su tercera entrega numerada. La crítica lo ha recibido con entusiasmo, asegurando en muchos casos que nos encontramos ante el mejor juego de la saga y uno de los mejores JRPGs de los últimos tiempos. En este punto me veo en la obligación de poner en valor aquella primera entrega, no por el éxito crítico y popular que tuvo, que también, sino por lo que significó el lanzamiento en un momento en el que se cuestionaba la salud creativa de la industria japonesa.

A finales de la primera década de los 2000, la séptima generación de consolas estaba más que asentada. PS3, que había sido lanzada en 2006, estaba sudando para alcanzar a una Xbox 360 que había salido un año antes (Sony pagó de forma dolorosa la prepotencia de la frase: “La nueva generación empieza cuando nosotros digamos”. Respuesta rápida: se equivocaron). Por su parte, Nintendo resurgía de sus cenizas (había perdido su papel preponderante en las generaciones de N64 y Gamecube) con una apuesta en principio muy arriesgada. La Wii arrasaba con una potencia muy inferior a sus competidoras, pero con un novedoso control por movimiento que había echado abajo el muro que suponía el mando para el público masivo ajeno al medio.

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El juego independiente había comenzado a entrar en tropel a través de los nuevos servicios de distribución online. El enfoque más libre y arriesgado de los creadores indies redefiniría para siempre, y para bien, el videojuego moderno (Braid, Fez, Super Meat Boy o Limbo fueron de los primeros y más brillantes exponentes en llegar). Por otra parte, un Japón que no dejaba de mirarse al ombligo, con problemas de adaptación a la alta definición y sin aparente capacidad de reacción, vio cómo las grandes producciones occidentales marcaban tendencias. Si miráis las listas de ventas y títulos reseñables de aquella generación (Assassin´s Creed hasta Black Flag, GTA IV y V; las sagas Bioshock, Uncharted, Mass Effect, Metro y Gears of War; Fallout 3, Dead Space, Dishonored, Portal 2, los Batman Arkham, Borderlands 2, Burnout Paradise, Skyrim, Red Dead Redemption, The Witcher 2, Call of Duty Modern Warfare 1 y 2, Far Cry 3, Forza Horizon, Deus Ex, The Last of Us…), veréis que occidente ganó por goleada.

Es reseñable cómo no solo esta parte del planeta se hizo eco de la crisis de la industria japonesa. Desde el propio país del sol naciente se reconoció que aquello estaba resultando desastroso. Fueron los años de Square y su forzada trilogía sobre Final Fantasy XIII, de Capcom queriendo sacar dinero del usuario a toda costa y dinamitando sus franquicias Street Figther y Resident Evil, de Konami perdiendo el feudo de PES frente a FIFA… La fuga de talentos de estas, otrora, intocables compañías, se vio acompañada de declaraciones demoledoras. La más sonada, probablemente, la de Inafune (Mega Man, Onimusha, Dead Rising) en el Tokio Game Show de 2009:

Inafune no era consciente en ese momento, pero un juego lanzado en Japón en febrero de ese mismo año le estaba llevando la contraría y, a la postre, iba a ser el inicio de una revolución creativa y jugable dando fruto a todo un nuevo género que alcanza su cenit en el presente 2022. Demons Souls tardó ocho meses en llegar a Estados Unidos y más de un año en hacerlo a Europa. La desconfianza en el producto japonés había hecho mella (además del ombligismo comentado donde se realizaba el producto para abastecer, y agradar en primera instancia, a su propio mercado). Fue un público potencial cada vez más ruidoso desde fuera de tierras niponas, el que allanó el camino al inédito monstruo creado por Miyazaki. Una luz surgida de la más insondable oscuridad.

El otro foco llegaría al año siguiente, en 2010. En este caso desde el lugar más insospechado. La Wii tenía la mitad del mercado en aquella época, pero también un catálogo que, si bien aglutinaba un puñado de grandes obras como los Mario Galaxy, Smash Bros, Monster Hunter Tri o Metroid Prime 3, había presenciado la huida de third parties a la vez que la proliferación de juegos sencillos enfocados a un nuevo público masivo. Este, había resultado que no compraba con la asiduidad de los jugadores habituales (cuántas Wii terminaron en un cajón cogiendo porvo por falta de uso, ¿recordáis?). Para sorpresa de todos, Xenoblade Chronicles fue una apuesta por la vuelta al juego hardcore, más profundo, complejo y exigente, y todo con la pátina de algo novedoso (siempre he defendido que el combate de este juego es a lo que debería haber aspirado, el por otro lado laureado, Final Fantasy XII). Tardó más de un año en llegar a Europa y casi dos a Estados Unidos, tras ver allí que había funcionado por estos lares.

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En España resultaba sorprendente cómo Nintendo había pagado su extensa, y suponemos cara, localización a nuestro idioma para, después, acompañarla de una paupérrima distribución. Poco a poco, con todo normalizado, solo quedó la evidencia: Xenoblade era uno de los mejores, más grandes y estimulantes JRPGs surgidos en el todavía joven nuevo siglo. Con las puertas abiertas, Wii se despidió de la generación con The Last Story y Pandora´s Tower, otros dos juegos de rol que apostaban por la diferencia. Aunque apreciables en sus propuestas, sin embargo no atesoraban la calidad de su precedente.

Y aquí estamos, en 2022, con una industria del videojuego japonés ya renacida y más que recuperada (Capcom, a toda máquina y absolutamente reconciliada con el público, quién te ha visto y quién te ve), y con un más que posible GOTY para Elden Ring (algo muy gordo tendría que pasar para que no fuera así). El bisnieto de aquel iniciático Demon´s Souls que aglutina hoy lo mejor de todo un fenómeno en el medio (de Dark Souls a Sekiro pasando por Bloodborne y con el propio Demon´s Souls brillando como nuevo en PS5). Y Xenoblade Crhonicles 3 con crítica y público aplaudiendo, y coronándose como lo mejor hasta la fecha de Monolith Soft. No olvidemos los orígenes, aquellos en los que unos valientes pasos en la oscuridad, marcaron con su luz el camino hacia la salvación de una industria agonizante. Es para celebrarlo.

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Demon's Souls

  • PS3
  • Acción
  • RPG

Libertad para el jugador y enemigos que cambian de forma en este RPG de acción exclusivo de Playstation 3.

Carátula de Demon's Souls
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