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Análisis

El nuevo PS Plus, un servicio en búsqueda de una identidad

Buscamos las luces y las sombras del nuevo servicio de juego por demanda de Playstation según las diferentes categorías.

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El nuevo PS Plus, un servicio en búsqueda de una identidad

Cuando Spotify o Netflix irrumpieron en el imaginario colectivo y se hicieron tangibles para millones de usuarios en todo el mundo, su mismo concepto era lo que resultaba revolucionario: paga una cuota, accede sin restricciones a un amplio abanico de contenido. Por supuesto, esta idea no surgió de la nada, sino que cabalgaba sobre todas las transformaciones digitales, legales o no, que se habían producido en las últimas décadas. El gran público interiorizaba como posible la idea de tener más selección de entretenimiento que nunca, más accesible que nunca, a un precio más competitivo que nunca, y eso ya era novedad suficiente como para que se le llamase una “revolución”.

Ahora eso ya no es suficiente, hay más competencia, más servicios y muy pocas ganas de pagar por todos. Para que un servicio funcione tiene que ofrecer algo más que un saco de entretenimiento; tiene que ofrecer algo deseable que no tengan los demás. De hecho ahí está la batalla que se libra actualmente, con especial intensidad en el sector audiovisual ¿qué se promociona? ¿qué miman especialmente las grandes plataformas en cuanto a publicidad y exposición exterior? obviamente, el contenido exclusivo, el elemento diferencial que puede convencer al público de elegirlos a ellos frente a los demás. Incluso las plataformas más pequeñas tratan de vender algo que las demás no tienen, ya sea por características particulares en su catálogo o por llenar nichos que las grandes no se molestan en llenar.

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Lo que distingue un servicio por demanda

Ya empezamos a ver esa batalla desplegarse en el videojuego y los argumentos no difieren tanto de los que se pueden ver en las plataformas de vídeo, aunque con matices. La intermediación del hardware es un factor en el videojuego y la propia naturaleza del medio también interviene, no es lo mismo dedicar 2 horas a una película o 10 horas a una serie que 50 horas a un juego; por no hablar de la curva de aprendizaje y del elemento activo que supone controlar el pad. Sin embargo, es posible abstraerse de todo eso y quedarse con la idea base: para el triunfo de un servicio por demanda se necesita algo más que un puñado de títulos.

Con esa premisa nos adentramos en la categoría más alta de Playstation Plus, la Premium para ver todo lo que el nuevo servicio tiene que ofrecer. La vista superficial nos dice lo evidente: más de 700 juegos repartidos entre juegos de todas las plataformas, aunque con clara predilección por PS4. De esos, unos 350 están dentro de la categoría de “clásicos”, contando con títulos de PS3 en nube y un puñado (escaso) de juegos de PS2, PS1 y PSP. Esto es así porque parte de la idea del nuevo PS Plus es integrarlo con lo que era PS Now, por lo que parte del catálogo sólo es jugable desde la nube.

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La forma en la que se ha integrado el catálogo en el interfaz es elegante, con varias subdivisiones para permitirnos buscar lo que queremos con más precisión. En un primer lugar las grandes categorías: catálogo de juegos, catálogo de clásicos, juegos para probar, juegos estrictamente por streaming y los juegos mensuales del mes que han sido el corazón del servicio desde que Sony lo implantara para intentar acortar distancias con Xbox Live, hace ya más tiempo del que nos cuesta reconocer. Dentro de cada una se puede buscar por géneros, por plataformas o por diferentes criterios como fecha de lanzamiento u orden alfabético.

Extra, una buena ampliación de PS Plus

Nos gustaría comenzar por el llamado Catálogo de Juego, que es la librería rotatoria de títulos de PS4 y PS5 a la que se accede con PS Plus Extra (13,99€). Incluye más de 400 juegos, que van desde grandes producciones a indies de distinto peso, pasando por una amplia variedad de capas, géneros y posibilidades, todos descargables. Aquí es donde encontramos algunas de las propuestas más atractivas del nuevo Plus, acceso a juegos de PS5 como Returnal, Miles Morales o Demon’s Soul, o a títulos AAA como Assassin’s Creed Valhalla, Control, Ghost of Tsushima, God of War, Horizon Zero Dawn… algunos de ellos ya estaban incluidos para los nuevos usuarios de PS5 que tuvieran Plus, pero la lista es igualmente interesante, con una cantidad inabarcable de entretenimiento y una buena cantidad de títulos de calidad para explorar en la que también se incluyen joyas indies como Blasphemous, Celeste o Hollow Knight. Por el precio, creemos que es una buena alternativa al Plus normal (llamado ahora Essentials), ya que por cuatro euros más al mes accedemos a los juegos mensuales, y a una librería bastante atractiva y cuantiosa de títulos.

Más pantanoso nos resulta explorar las opciones de Premium. Por 16,99€ accedemos a las ventajas mencionadas en Extra, y además a los “Clásicos” que es, básicamente, lo que era PS Now con algunas adiciones. Son unos 340 juegos, formados en su mayoría por títulos de PS3 para jugar estrictamente en la nube, más una pequeña colección de juegos de PSP, PS1 y PS2 que se pueden jugar en la nube o bajo descarga, aunque con matices.

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Más dudas con el tier Premium

Por ejemplo, uno de los pocos juegos disponibles de PS2 era Primal, una exclusiva notoria en su día que nos hubiera gustado que tuviera más oportunidades de continuación en base a sus virtudes. Al intentar descargarlo en una PS5, se nos avisa que el juego está pensado para PS4 y que podemos experimentar problemas. Efectivamente, a la hora de jugar encontramos molestos glitches visuales en las texturas que hacen que se nos quiten rápidamente las ganas de seguir. No es un comienzo muy prometedor.

Por otro lado, nuestra experiencia con los juegos en streaming fue variopinta. A pesar de tener una conexión de 300 megas y estar conectado por Ethernet, no hay garantías de que en algún momento haya un pequeño salto ocasional. Para algo como Motorstorm Apocalypse no es un problema capital, pero para jugar a un shoot’em up como Raiden IV la cosa es más delicada. En todo caso, es juego en la nube, con sus ventajas e inconvenientes. Y nos sigue pasando lo mismo que nos pasaba con PS Now, tanto por su catálogo como por la falta de prestaciones técnicas y mejoras visuales que nos podría dar una emulación ambiciosa. Jugar a títulos de PS3 por streaming en una pantalla 4K no es lo que se diría una experiencia transformadora.

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Curiosamente, acceder a los Classics en PS4 con una pantalla 1080 es bastante más placentero. Los juegos de PS Now lucen mejor por la lógica de la resolución, la emulación está mejor implementada (Primal va perfecto) y en general se disfruta más. Es cierto que ahora mismo hay más PS4 en el mundo, pero se nos antoja que los usuarios de PS5, teniendo en cuenta el precio de la consola y las dificultades para conseguir una, deberían estar entre los más mimados de la compañía, algo que en este caso concreto no podemos decir que sea así. 

Hay otras dos ventajas exclusivas de Premium. Una es la posibilidad de descargar ciertos juegos y jugarlos en su versión completa, pero por tiempo limitado, sobrepasando el sentido estricto de una demo, con pesos pesados como el último Horizon o Cyberpunk. Es una opción atractiva, aunque pensamos que este tipo de prácticas deberían ser más generalizadas en un mundo cada vez más digital como el nuestro, más que como un complemento "de lujo". La otra opción exclusiva del tier es la de jugar por streaming a buena parte del catálogo, una opción quizás interesantes para los que quieren jugar a través de un PC, o a distancia, pero que no aporta gran cosa para el que sólo quiere jugar en su consola. 

Además, el mayor “pero” que ponemos es a la propia selección en sí. Estamos hablando de Playstation, una familia de consolas que aglutina una de las mayores y más ilustres librerías de la historia del medio. Sólo con los first party de las tres primeras generaciones ya hubieran conseguido mandar una señal potente al público: “esta es nuestra historia y este es el valor que aportamos”, y ya si se hubiera seleccionado además una lista de exclusivos emblemáticos de diferentes generaciones, el mensaje hubiera llegado todavía más alto. En lugar de eso nos encontramos una línea de juegos dispersa y absolutamente escasa en el caso de las primeras generaciones, una emulación a medio cocinar y un servicio de juego en la nube que se nos ofrece como la única posibilidad de jugar a títulos de PS3. No es suficiente, ni por asomo. Está muy lejos de su potencial.

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La búsqueda de un distintivo propio

No discutimos que el no ofrecer día uno los grandes lanzamientos de Playstation Studios sea lo adecuado. Los AAA internos son una de los mayores motivaciones hoy en día para tener consolas, en un tiempo en el que las exclusivas cada vez son más raras. Classics podría ser la posibilidad de ofrecer una alternativa a eso, algo propio que sólo Sony puede ofrecer, y que serviría para darle esa extra al servicio más allá de una selección de juegos, pero no se está aprovechando hoy por hoy. Esa parcela necesita ser mucho más de lo que es ahora mismo, cuantitativa y cualitativamente.

En conclusión, el nuevo PS Plus en su categoría Extra nos parece un buen y recomendable suplemento a lo que sería el PS Plus de toda la vida, una ampliación atractiva tanto para usuarios de PS4 como de PS5. Premium en cambio consideramos que debe trabajarse bastante más para justificar su precio, al igual que opinamos que el liderazgo en Playstation tiene que empezar a poner en valor su propia historia, más allá de los anuncios que tan bien hacen, si lo que buscan es que el servicio tenga un valor añadido. Esa vía es su gran oportunidad para competir con otros servicios y otras aproximaciones a un catálogo por demanda, pero hay trabajo por hacer en esa dirección.