20 aniversario de Final Fantasy XI: toda una vida a su lado

Hoy se cumplen 20 años desde la puesta en marcha del juego de mi vida; Final Fantasy XI Online. Pocos son los juegos que pueden decir con orgullo que llevan ofreciendo diversión 24 horas al día, 7 días a la semana, desde hace dos décadas. Porque a pesar de que apenas conozco a gente interesada en él más que unos pocos curiosos, todavía sigue teniendo una comunidad fantástica y el videojuego sigue rebosante de vida gracias a sus actualizaciones constantes.

Recuerdo como si fuera ayer cuando me decidí a comprar una copia de importación a Canadá. Acababa de lanzarse allí así como en América y traerlo desde el otro lado del charco hasta España me costó cerca de 80 euros, una salvajada de dinero por aquellos entonces. Eso fue hace 18 años, y todavía sigo jugándolo, aunque a un ritmo algo más pausado.

No ha habido ningún otro MMORPG —ni creo que lo haya ya a estas alturas— que me haya enganchado tanto como Final Fantasy XI Online. Entrar en Vana’Diel es como adentrarse en el corazón de la magia. Sus paisajes, ciudades, personajes o la música son capaces de obnubilar a cualquiera que esté predispuesto a dejarse llevar por su mundo.

En la actualidad es bastante fácil ponerse al día gracias al sistema Trust implementado en 2014. Desde hace ocho años cualquier jugador puede invocar avatares controlados por la IA con los que completar bastante contenido en solitario —incluso alguno catalogado como High End— pero en los primeros compases del juego se necesitaban amigos para cualquier misión o tarea.

Ese compañerismo dotaba al videojuego de un gran componente social que lo hacía único. Teamspeak no era demasiado conocido y hablar por MSN Messenger se volvía complicado debido a que el MMORPG te penalizaba si intentabas “ventanear” hacia otra aplicación. Todo se vivía a través del chat del juego, y si no sabías inglés o japonés, tocaba tirar de la función de traducción automática con la que cuenta el juego.

Hay un montón de compañeros de aventuras con los que todavía sigo hablando a diario y muchísimos recuerdos agradables —y otros no tanto— que conservo intactos. Mi primera Promyvion, entrar en Dynamis, acceder a Sky, entrar en Lufaise Meadow y enamorarme de su música, conseguir la licencia de Chocobo, divisar mi primer “Crag” en La Theine Plateau o el primer día de juego. Y este día fue muy curioso.

Curioso por el hecho de que aparecí en San d’Oria sin tener ni pajolera idea de cómo se jugaba, simplemente disfrutaba del paisaje de tan esbelta ciudad. Casi como por obra de Altana —la diosa suprema del juego—, apareció ante mí un chico español. Ese chico, Matías, fue el redactor que analizó Final Fantasy XI aquí en MeriStation, aunque yo de eso me enteré años más tarde.

Final Fantasy XI me ha marcado tanto en mi vida que no solo llevo tres tatuajes de él —y dos de ellos también relacionados con mis hijos—, sino que gracias a él aprendí inglés. Nunca me cansaré de enarbolar la bandera de su calidad y buena prueba de ello es que mi primer reportaje en esta santa casa, en 2017, fue hablando de este MMORPG por su 15 aniversario.

Hoy 16 de mayo de 2022 es la fecha en la que el videojuego de mi vida cumple veinte añitos. Mi personaje principal sigue siendo el mismo y la ilusión con la que entro a su mundo es casi como la de aquél primer día. Hay y han habido un montón de MMORPGS en el mercado pero ninguno tan trabajado como FFXI. Ni tan siquiera Final Fantasy XIV, a pesar de su tremenda calidad, puede presumir del mimo que recibe en comparación con la onceava entrega. Un capítulo, por cierto, del que bebé mucho más de lo que la gente cree.

Hoy es el día para que Square Enix anuncie alguna sorpresa para su MMORPG más longevo. Son muchos los jugadores que han pedido su paso a F2P, una nueva expansión, modo sin conexión (ojo a ESTE enlace) o incluso una renovación total de la interfaz. De momento podemos disfrutar de una página web especial donde reviven sus 20 años de edad con curiosidades, actualizaciones y entrevistas.

Por 20 años más —como mínimo—, mi querido Final Fantasy XI.