Análisis de Final Fantasy VII Remake Intergrade para PC

Hubo un tiempo cuando si un juego salía inicialmente en exclusiva para PlayStation ese era su destino definitivo. Esos días parecen haber quedado atrás y ahora vivimos en un mundo donde el consumidor de PC puede permitirse la esperanza. No todos los juegos dan el salto y siempre hay unos meses o años de por medio pero la posibilidad siempre está ahí. El último en dar el salto, de manera súbita (se anunció solo una semana antes de su lanzamiento) es Final Fantasy 7 Remake Intergrade. La obra dirigida por Nomura y Hamaguchi deja la soledad del ecosistema Sony para unirse al casi infinito elenco de títulos de la computadora moderna. Pero aquellos que tenemos experiencia con juegos de Square Enix sabemos que una sombra se cierne sobre cualquier posible translación al PC capitaneada por esta empresa. ¿Es esta una de las excepciones, o nos hallamos ante otro nefasto port a PC?

Terror en las opciones

Nuestro primer gran susto viene al abrir el menú de opciones. La primera palabra que se nos viene a la mente es escueto, algo que pierde toda connotación positiva en este contexto. Solo nos deja seleccionar entre pantalla completa sin bordes o ventana, sin opcion de pantalla completa. Primer fallo.Tenemos la opción de cambiar las texturas y las sombras, bien. También la opción de cambiar los fotogramas máximos en incrementos de 30 y hasta 120 FPS (fotogramas por segundo).

Ampliar

Aquí nos hubiera gustado poder escoger los fotogramas directamente, ya que hay quien tiene monitores con tasas de refresco peculiares, o poder directamente desbloquear los fotogramas. El límite a 120 tampoco nos entusiasma. También nos deja seleccionar el número de personajes que aparecen en pantalla durante las secciones de “mundo abierto”. Finalmente, las opciones ya disponibles en consola para ajustar el HDR.

Cualquier veterano del PC habrá notado ciertas opciones básicas ausentes. Es imposible ajustar desde el juego el filtro anisotrópico. No se puede ajustar el filtrado de texturas. Bloom, motion blur, lens flare y demás ajustes estéticos brillan por su ausencia. Por supuesto olvidaos de ajustar el Vsync, sería demasiado pedir de un pequeño título como este. El campo de visión queda fijo en el nivel arbitrariamente fijado por los desarrolladores para que el juego funcionase bien en consolas de pasada generación. Prácticamente toda opción indispensable en un juego de PC moderno brilla por su ausencia. Este menú de opciones ya sería imperdonable en un juego que funcionase a la perfección en sistemas punteros, pero es que ni esto es el caso.

Ampliar

Toqueteo obligatorio

Con una RTX 3080, un procesador AMD de última generación y una resolución modesta de tan solo 1080p no conseguimos obtener fotogramas fluidos durante la secuencia de acción inicial. Los trompicones, tirones, lagazos o como queráis llamarlo eran los verdaderos protagonistas de la acción, apareciendo con cada cambio de cámara. Tras buscar soluciones online resulta que la causa son dos elementos de la configuración del título que deberían haber sido opciones a modificar por el propio usuario.

La resolución adaptativa, que normalmente trata de bajar o subir la resolución para mantener una tasa de fotogramas estable, estaba activada por defecto y hace que el juego funcione peor que con ella activada. Un simple mod lanzado por un usuario menos de un día después del lanzamiento soluciona el problema. El segundo, la incapacidad de cambiar de DirectX 12 a DirectX 11, se soluciona a través de las propiedades de lanzamiento de la Epic Games Store. Ambos problemas deberían haber sido irrelevantes si solo se hubieran incluido las opciones necesarias. Como debe hacerse.

Ampliar

Por último mencionar que todas estas lacras podríamos perdonarlas, pues tras un poco de trasteo el juego luce de maravilla, incorporando todas las mejoras visuales de la versión de PS5, así como todo el contenido adicional de Intergrade. Pero es que Final Fantasy VII Remake: Intergrade aparece en PC en nuestras regiones al monumental precio de 80 euros. Esto podría “colar” aunque dificilmente en consolas, pero en esta plataforma estamos acostumbrados a precios algo más reducidos.

Football Manager 2022, por ejemplo, no alcanza los 60 euros pese a tratarse de una franquicia anual con ventas estratosféricas. Hay que recordar que Square Enix es una compañía que dejó Nier: Automata sin parches en PC durante años a pesar de que algunos usuarios no podían abrirlo, sea quien comienza esta práctica hace que sea aún más difícil de justificar. ¿Por qué debería el usuario medio pagar semejante fortuna por un videojuego que seguramente no funcione bien sin tener que arreglarlo el usuario?