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Crítica

Star Wars: La Remesa Mala, crítica | Trepidante y sólida, pero con algunos episodios de relleno

La nueva serie de animación capitaneada por Dave Filoni recupera personajes, presenta nuevas sorpresas y desvela algunos misterios de la saga galáctica.

Star Wars: La Remesa Mala, crítica | Trepidante y sólida, pero con algunos episodios de relleno

Que Disney recuperara la serie The Clone Wars después de su cancelación fue toda una sorpresa. Su legado se percibe en muchos de los productos principales que han salido a posteriori, todo un acierto por parte de los creativos de Lucasfilm. Si algo ha conseguido Dave Filoni, responsable de casi todas las series de animación basadas en Star Wars, es contribuir a la consistencia de la historia principal. Star Wars: La Remesa Mala se concibió como un spin-off, pero es toda una secuela (que el logo de Clone Wars se mimetice con el de la nueva serie en el primer episodio es un claro indicativo de ello).

La nueva ficción no solo aporta detalles cruciales a la trama principal, sino que es capaz de desarrollar la personalidad de un grupo protagonista sólido y con características distintivas, que vive sus propias aventuras en la galaxia muy, muy lejana. Un arranque intenso, tan solo emborronado por ciertos episodios que son entretenidos, sí, pero que se descuelgan de la trama principal y la ralentizan innecesariamente. Aun así, siempre aportan datos que enriquecen el universo creado por George Lucas.

El dilema del Escuadrón 99

El argumento de la serie arranca justo en los momentos finales de The Clone Wars y de La Venganza de los Sith, cuando el autoproclamado emperador Palpatine emite la Orden 66. En esos momentos, el Escuadrón 99 —que lo conocimos en los primeros episodios de la Temporada 7 de Las Guerras Clon— se encuentra cumpliendo una misión para la extinta República Galáctica, por lo que las órdenes cambian de manera radical. Es el momento de asesinar a todos los Jedi, motivo por el cual los clones se vuelven contra sus antiguos aliados y los traicionan.

Dave Filoni y el equipo de guionistas explora un conflicto en el que muchos de los soldados no tienen ni voz ni voto. La Remesa Mala, en cambio, no se ve afectada por los mecanismos de seguridad que han instalado en sus cabezas, pero eso no impide que se produzca una ruptura entre sus filas. Crosshair decide unirse al Imperio Galáctico, mientras que Hunter, Tech y Wrecker se convierten en fugitivos. La disyuntiva entre “los soldados cumplen órdenes” y “los soldados no son robots sin criterio” aparece a lo largo de los 16 episodios que componen este primera temporada, que regresará con una segunda próximamente. La incorporación de Omega, una niña clon que se une al escuadrón, humaniza a unos protagonistas que poseen algunas capacidades únicas con respecto a los regs, como ellos los llaman.

La calidad de la animación, al nivel de lo visto en la séptima y última temporada de The Clone Wars, pone de manifiesto el mimo con el que han tratado el producto. Además, Dave Filoni tiene la habilidad de conectar los puntos, de unir las historias para dotarlas de coherencia interna, hasta el punto de que esta es una serie imprescindible para descubrir lo que ocurrió con los clones, cómo y por qué fueron reemplazados por soldados normales, por así decirlo, y cuál fue el destino de Kamino. En su camino hacia ese lugar, La Remesa Mala conoce a viejos y nuevos personajes, sobrevive como puede a la persecución del Imperio y lucha por unos ideales que se van construyendo y reforzando a medida que avanza el argumento.

A Clone Wars y a Rebels les costó encontrar su tono, The Bad Batch lo ha cogido desde el primer episodio. El único pero es que algunos capítulos se alejan del arco principal, lo que debilita el conjunto. De todos modos, las bases están bien fundamentadas para continuar desarrollándose en el próximo lote de episodios, todavía sin fecha oficial.