E3 2021, día 0: Elden Ring no puede salvar a un Summer Game Fest para el olvido

Se había preparado el terreno para un evento previo al E3 que diera el pistoletazo de salida por todo lo alto. Giancarlo Espósito (villano de Far Cry 6), Hideo Kojima y una larga lista de compañías de primer nivel apuntadas. Algunos mirábamos con recelo las posibilidades del Summer Game Fest como previa del E3, sobre todo porque ya nos hemos llevado algún chasco en eventos similares, y los peores presagios se confirmaron. Un evento con tanto nombre como con poco interés, falto de emoción y de novedades de peso. Se salvaron algunos pequeños anuncios y Elden Ring, claro está. El juego de From Software no fue el colofón, sino la excepción.

Y eso que el Summer Game Fest empezó bien, con el filtrado, pero atractivo Wonderlands, con Tiny Tina como protagonista del spin-off de Borderlands. Acto seguido, un combo tan inesperado como potente. Sale Dotemu (Streets of Rage 4) y sale SNK. Aparece Marco de Metal Slug. Y todo es lo que parece: Un Metal Slug Tactics. Pero fue entonces cuando el evento empezó a decaer. La esperada entrevista con Kojima divagó sobre su proceso creativo, truncado por una pandemia que ha cambiado nuestro ritmo y nuestra manera de ver el futuro, para acto seguido presentarnos la Director’s Cut de un juego que ya llevaba incorporado el concepto Director's Cut de inicio: Death Stranding. Ni juego de terror, ni por supuesto el rumoreado (casi meme) Silent Hill remake.

Y Geoff navegó entre el buen ritmo –muchos anuncios, poca palabrería y anuncios menos invasores que en el Game Awards- y la indolencia. Se anunció Jurassic Park Evolution 2, y luego desfilaron juegos ya conocidos: algo de Sable, la llegada de Lost Ark a occidente, Warzone y Among Us intentando remontar el vuelo con nuevos modos y trajes.

Todo parecía tener un aroma de segundo plato (matizando que nombres como el mencionado Jurassic Park o Two Point Campus tenían buena pinta, eso sí). Incluso la aparición de Yoshida, mostrando Chicory –os gustará nuestro review de mañana- y la secuela de Salt and Sanctuary, tenía un perfil bajo. El evento siguió con juegos conocidos (Solar Ash), juegos ya a la venta (Chivalry 2, Tarkov, Smite, Rocket League) y anuncios incapaces de levantarnos del asiento. De sorprendernos. De la batería de juegos de Prime Matter, flashes de escasos segundos como para poder valorarlo (lo suyo será verlo con calma mañana en previews y el evento de Koch).

Claro que nos gustó ver gameplay y nuevos personajes en Tales of Arise, o algo más de Monster Hunter Stories 2. Pero nada con suficiente empuje. Y nos íbamos acercando al final, viendo tres segundos literales de algo de Valorant o a dos héroes de Overwatch 2 bailando (qué debe pensar la fanbase que le queda al juego al recibir crossplay del juego original cinco años después y de ver que de la secuela anunciada hace dos años la mayor novedad es tener a Sombra bailoteando). De la retahíla de herederos de Left 4 Dead, Back 4 Blood fue evidentemente el mejor parado.

Y así se llegó al final. Hasta Elden Ring. Desaparecido en combate, lo nuevo de From Software y Bandai con George RR Martin se mostró y se lució. No fue un teaser como antaño. Gameplay del que se pueden sacar conclusiones. Muy Dark Souls, pero con escenarios más asimétricos, la presencia del caballo, un diseño de enemigos y localizaciones todavía más transgresor e inquietante y un gran sentido de la épica. Elden Ring quiso salvar el Summer Game Fest, pero ya era demasiado tarde. El gran golpe de efecto no rescató un evento a veces apático, otras innecesario. Esto solo puede ir a mejor.