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The Dark Pictures: Little Hope

The Dark Pictures: Little Hope

AQUELARRE JUGABLE

The Dark Pictures Anthology: Little Hope, análisis: Jóvenes y Brujas

Nos adentramos en lo nuevo de Supermassive, un aquelarre jugable imperfecto pero de sustos bien cocinados.

Actualizado a

Quien ya haya jugado el anterior Man of Medan, ya tiene una idea. Pero quien no conozca de qué va la Dark Pictures Anthology, un breve resumen: Con Supermassive creando y desarrollando y Bandai Namco produciendo y distribuyendo, Dark Pictures es básicamente la traslación del concepto de Cuentos de la Cripta o el (fallido) Dark Universe de la Universal: diferentes historias nacidas de una galería de cuadros que un personaje misterioso, ese conservador de las historias que tanto va a aprender de nosotros, nos descubre.

Del mar a la montaña, de Medan a Little Hope

Cada cuadro supone un juego, un título de fuerte carga narrativa que, al igual que cada temporada de la serie American Horror Story, cambiará de época, ambientación, personajes, trama y sub-género de terror en cada entrega. El año pasado vimos debutar esta ambiciosa antología con Man of Medan, un título que llevaba el concepto de terror al mar con un trasfondo de barcos fantasmas. Este año, toca cambiar de escenario, este año Supermassive ha decidido cambiar el mar por la montaña.

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Al igual que el anterior, el estudio quiere partir de hechos reales para construir su propia historia. Y Little Hope parte de los tristemente célebres Juicios de Salem, aquellos en que una ola de puritanismo católico - religioso llevó a la muerte a mucha gente bajo la acusación de brujería. Los juicios fueron reales; las torturas y muertes reales e injustas; y esa es la base que Supermassive usa para su nuevo título en su antología oscura.

“Abandonad toda esperanza”

Como suele pasar en estos juegos, cuanto menos se sepa de la historia mejor. De hecho vamos a dar una pequeña pincelada, que si no queréis ni leerla y pasar al siguiente párrafo, mejor aún: Tras el soberbio prólogo muy tipo La Profecía, el juego arranca con el típico inicio de una buena peli de terror, con un grupo de personajes quedándose aislados en un sitio que parece abandonado al inicio. Un pueblo del medio Este americano llamado Little Hope, que en mitad de los juicios de Salem de 1692 tuvo su ración de acusadores y brujas.

Y ya está, aquí nos paramos, porque el resto es mejor que lo descubráis por vosotros/as mismos/as. Con una mirada muy puesta en obras como The Blair Witch Project, It Follows o La Bruja y con una capa ‘Horror Folk’ a lo Silent Hill muy agradecida -empieza como Downpour y nos ha recordado al cómic Dying Inside-, Supermassive compone una trama efectiva, que sorprende por su doble juego temporal y que irás juntando pieza a pieza un tanto por lo que los personajes cuentan y otro por la información que vas descubriendo si eres curioso/a y te gusta explorar. Se nota la apuesta por una estructura narrativa novedosa, rematada con un final que dividirá opiniones sin duda.

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Al igual que Man of Medan, la campaña de Little Hope dura unas 4-5 horas. La gracia es que la clave en este sub-género es la alta rejugabilidad que tiene el título -aunque el impacto inicial se pierde claramente y la mayoría de los sustos ya te los sabes. Dividida en capítulos, una mejora con respecto a Man of Medan es que el juego empieza de forma directa y no pierde mucho el tiempo. En el anterior, la innecesariamente larga presentación de personajes abarcaba demasiado tiempo, y al final tardábamos casi la mitad de su (breve) duración en ir al barco fantasma. Pero en Little Hope, entramos en la historia de lleno, sin ambages. Aunque eso sí: como buen relato de terror, la primera mitad es suave, de exploración pura y dura, y luego en su segunda mitad se vuelve un carrusel de carreras, peleas, huidas y eventos QTE.

Aunque la primera partida te sepa a poco, al ser un juego basado en un sistema de ‘Branching’, Little Hope pide, demanda, necesita una segunda y hasta una tercera vuelta, para elegir rutas alternativas y vivir situaciones distintas a las de tu primera vuelta. El juego acierta en su planificación visual, en cómo Supermassive coloca las cámaras, y en su ración de pasar miedo: hay muchos instantes de tensión en que piensas “me va a asustar ahora, verás tu”, hay sustos genialmente ejecutados, hay jumpscares de gritar y sustitos chorras para soltar una risa nerviosa. Un buen compendio, porque venimos a eso, aunque a veces hay cierto abuso del ‘BUH!!’ para hacerte saltar a posta.

Lo mejor vuelve a ser la inclusión de la Permadeath, y el ahorro de escenas que vivirás cada vez que se te muera un personaje. Dependiendo de esto verás un final u otro. Y a pesar de que no te preocupes por los personajes en sí, con la inclusión de la muerte permanente el juego consigue que te esfuerces por no perderlos, aunque a veces no será tanto tu pericia resolviendo QTEs como simplemente haber tomado una decisión al azar que haya sido la correcta -nos ha pasado tener a un personaje de repente en una decisión de elegir a qué lado ir: a uno se encuentra con un monstruo, a otro con un compañero y puede huir.

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La misma jugabilidad

Uno de los puntos que dividen en este tipo de juegos, la jugabilidad de Little Hope es la misma que Man of Medan, aunque afinada: hay partes en las que tenemos un control total sobre el movimiento del personaje y también podemos rotar la cámara y la linterna que lleve en la mano, además de interactuar con el escenario. Nos gusta que la cámara se haya mejorado, y ahora el juego te avisa de para qué sirve el botón que te pide pulsar, y de cuándo empezará un QTE con una vibración en el mando y la ralentización de la imagen.

El esquema jugable emplea pocos botones, como suele pasar con estos juegos: con el stick movemos al personaje en las zonas que nos permiten; con R2 -el juego lo hemos analizado en una PS4- cogemos objetos, los rotamos y examinamos; con X interactuamos, con O cancelamos; con L1 andamos rápido; con stick derecho miramos y elegimos las decisiones. También tenemos combates en QTE. Y ya está. Si jugasteis el anterior, enseguida le cogéis el control. Y preparaos, porque en la segunda parte del juego se encadenan los momentos quicktime events con mucha celeridad, aunque en general la ventana de pulsación en minijuegos como el cardiograma se ha ampliado un pelín.

Sustos en Pareja y a 5

Al igual que en Man of Medan, Little Hope permite compartir sus sustos con un amigo en un cooperativo online  que es una delicia, porque por momentos os separa y os lleva a recorrer caminos distintos dentro de la misma campaña. Si juegas solo, puede que según lo que elijas te lleve por un camino o por otro. Si juegas online Coop, cuando se bifurque el camino, cada uno jugará una zona en específico. La gracia es que al darle una primera vuelta en single player, podremos rejugarlo en el modo Curator’s Cut, que nos permite vivir esa parte que no vimos o solo vio nuestro compañero.

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Cada uno de los 2 jugadores puede detener su partida cuando quiera, pero ojo, que si no avisa al otro y lo hace en mitad de un momento ‘delicado’, puede joderle la partida. Así que además de asustarnos en Coop, Little Hope nos ofrecerá material para algunos ‘rage quit’ antológicos. O mejor dicho ‘scare quits’, igual que su predecesor

Vuelve también el tercer modo llamado Noche de Pelis, un modo extra que se basa en el clásico ‘pasa el mando’, pero en vez de ir a una vida, es más divertido: Pensado para 5 jugadores, Movie Night Mode se juega a un mando y con cada jugador encarnando a uno de los 5 personajes. Cuando te toque el turno, coges el mando y afrontas la parte del juego de tu personaje, y luego lo pasas al amigo. Puede que entre 5 los sustos se diluyan, pero las risas y el pasarlo bien están aseguradas.

Músculo Fotorrealista

A nivel visual es impresionante el fotorrealismo que los modelos faciales del juego llegan a alcanzar, algo que se ve no solo en las cinemáticas, sino abriendo el menú con R1 para poder comprobarlo en la pantalla del personaje que llevas en ese momento y sus relaciones. Esto es comprobable también en los objetos que examinamos o en los escenarios interiores. Lo malo es que las animaciones de los personajes no están a la altura de lo bien que lucen y se nota.

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A destacar el enorme juego de luces y sombras que establece el uso de la linterna, aunque hay que tener en cuenta que a diferencia de Man of Medan, Little Hope es un juego oscurísimo desde su inicio, con un 80% en la oscuridad y con apenas iluminación, por lo que no se luce en exteriores como lo hacía el anterior. Algo que nos ha encantado es la mejora de la cámara, que en escenarios interiores angostos no da tanta guerra como antes

A nivel de ejecución hemos notado menos tirones, aunque hay una desincronización labial en algunos momentos que puede sacarte del juego. Esta vez no hay tantos problemas ni con la carga inicial de texturas ni de tirones en las cinemáticas, pero sigue habiéndolos, derivado seguramente de la carga que está haciendo el juego en segundo plano. Aunque al menos no es como en Man of Medan que podían fastidiarte un QTE. La experiencia es más fluida, y eso es de agradecer.

En el apartado sonoro, encontramos un doblaje al castellano impecable, soberbio y con una gran localización, con voces profesionales que oís en series y películas actuales. En cuanto a la BSO, Jason Graves vuelve a lucirse -ha musicado las anteriores obras de Supermassive- con un score que se alza sobre lo habitual, con momentos que parecen homenajes al Ave Satani de Jerry Goldsmith. La mezcla de sonido es escalofriante, potenciando la tensión en pantalla y ayudando al susto sin duda. Pero que a veces salten 1-2 líneas de diálogo de los personajes hablando en inglés cuando tenemos el audio en castellano denota que hay algo que corregir ahí.

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Conclusión

Corrigiendo problemas vistos en su anterior obra y dando un (arriesgado) salto mortal con la trama, nos da la sensación que en Little Hope los chicos de Supermassive parecen más cómodos contando la historia, y logran momentos de genuino terror y una atmósfera tensa. Pero a nivel jugable no hay prácticamente ninguna novedad, salvo que ahora te avisan de cuándo van a empezar los QTEs. El juego es corto con respecto a los estándares, pero supone un viaje aterrador e intenso entre espectros y brujas junto a la rejugabilidad y los impagables modos cooperativo y multi. Si no te gustó Man of Medan o si este tipo de gameplays y jugabilidad no son lo tuyo, entonces Little Hope tampoco te va a gustar. Pero si eres fan de estos ‘dramas interactivos’, no hay nada más ideal para este finde de Halloween, sin duda.

Lo mejor

  • De nuevo el modo Coop online y el Multi para 5 son geniales
  • El gran doblaje y el Score de Jason Graves
  • El gran uso de la vibración en el mando: ahora te avisan de los QTE
  • Tiene sustos muy muy efectivos (o sea: acojonantes)
  • El prólogo, la trama con sus líneas temporales paralelas y el riesgo de Supermassive de intentar innovar con la estructura narrativa
  • Visualmente el fotorrealismo sorprende...

Lo peor

  • ...Aunque es una pena que las animaciones de los personajes no esten a la altura de su modelado facial, demasiado ortopédicas a veces
  • Algunos bugs gráficos y de sonido que deberían corregirse con un parche
  • Desincronizaciones labiales ocasionales y transiciones bruscas entre escenas que descolocan un poco.
7.7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.