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Maid of Sker

Maid of Sker

CANTO AL TERROR

Maid of Sker, análisis: el fan victoriano de Resident Evil VII

Nos adentramos en el viejo balneario-hotel de Sker en una mezcla de Walking simulador + stealth horror desigual.

Actualizado a

En un videojuego, lo mismo que en una película, poco importa si es grande o pequeño, si lo han hecho un estudio de 100 personas con 80 millones de presupuesto, o 5 con apenas unas decenas de miles. Lo que cuenta es su eficacia, su capacidad para lograr el fin último que su género busca. Maid of Sker logra eso en su estupenda primera parte, pero lo arruina en su segunda, en un juego con 2 mitades diferenciadas por sus mecánicas. Pero incluso tal como está, su historia merece ser descubierta.

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La doncella de Sker

Tras un Don’t Knock Twice que ciertamente componía una gran atmósfera, el estudio Wales Interactive regresa este año con Maia of Sker, un título con el que buscan solventar los fallos del anterior al tiempo que contarnos una estupenda historia de horror cósmico - marítimo.

El punto de partida es directo: Estás en el siglo XIX, en un ambiente puramente victoriano de la vieja Inglaterra, viajando en tren a un destino ‘perdido’, enterrado en un bosque y cerca de la costa. Vas al Hotel - Balneario de Sker, un lugar antaño popular y destino favorito para relajarse pero que poco a poco fue cayendo en el olvido… Su dueño quiere reabrirlo y recuperar la grandeza de antes, la fama, todo. Y para ello desea usar a su hija, Elisabeth Williams, como la gran atracción, pues la hija tiene la misma voz hipnótica de su madre. Pero Elisabeth se ha dado cuenta que algo horrible sucede en el corazón de Sker, y avisa a su amado, Thomas Evans, para que la rescate y acaben juntos con el horror que allí habita.

Y aquí nos paramos, porque aquí comienza el juego. Y nos paramos porque su trama merece la pena descubrirse por sí misma, sobre todo si eres fan de los autores clásicos como Poe, Lovecraft y demás, ya que la historia de Maid of Sker juega primero la carta del mundo fantasmal de Poe, para adentrarse de repente en el terror cósmico de Lovecraft cuando averiguas lo que sucede en el hotel de Sker, siempre a través del clásico uso narrativo de documentos, notas y, como debe ser en la época, grabaciones en gramófonos.

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Victorian Resident Evil VII

Con una duración de no más de 4 horas si vas a saco, y 5 (casi 6) si quieres buscar todos los coleccionables, Maid of Sker acierta de lleno en una primera mitad en la que la mayoría del gameplay se basa en el estilo Walking Simulator + puzzles. Al principio, todo es andar, descubrir zonas del mapa, buscar puntos de guardado, ítems para desbloquear las habitaciones y vislumbrar a los enemigos.

Esta parte nos ha encantado porque sus creadores juegan bien con el género, y saber cómo crear una tensión que se corta con el cuchillo: no sabemos quién acecha en la oscuridad, quién hace crujir las maderas en el piso de arriba, quién cierra las puertas de golpe. La tensión en esa penumbra iluminada es alta, y 2-3 sustos repentinos cumplen con su cometido de ‘jumpscares’ efectivos.

Lo malo viene después, cuando ya sabemos el ‘plot twist’ de la historia, cuando salimos incluso fuera del hotel, porque las zonas nuevas y las que recorrimos antes están de repente llenas de enemigos. Aquí el walking simulator deja paso a un ‘Stealth Horror’ que bebe de títulos como Resident Evil VII, del clásico Amnesia, etc, y ya nos obliga a (no) hacer frente a una plétora de enemigos que pierden toda la condición de aterradores. El terror se convierte en infiltración, pero mal ejecutada.

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No Respires

Algunos puntos de guardado están muy mal distribuidos, porque es absurdo el tener que repetir lo que te ha llevado 30-40 minutos hacer yendo con todo el cuidado otra vez -e incluso una tercera-, porque el estudio no ha puesto un punto de guardado donde debería, obligándote a repetir una sección sin que sea culpa tuya. Es aquí cuando la atmósfera de terror victoriano se deshace: Wales decide que tengas que estar lidiando con entes porque sí, y en vez de plantear una especie de juego del gato y el ratón, prefiere llenar las estancias de enemigos para ralentizar tu avance, provocando un grave desequilibrio jugable.

Jugablemente aprendemos algunas mecánicas nuevas para sortear a los enemigos, como la estupenda mecánica de aguantar la respiración y otras como usar un aparato que paraliza a las criaturas temporalmente. La primera, aprendida de títulos como Until Dawn, se usa muy bien no sólo de cara a los enemigos, sino para no llamarlos de lejos cuando pasamos por delante de una hoguera o una sección llena de polvo que hace toser al protagonista.

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La segunda es una bendición, o lo sería si tuviese usos infinitos, pero Wales prefiere que tengas que buscar la munición también. Si ya la exploración se vuelve tediosa, encima tener que buscar también munición para aturdir es la guinda, porque ya que te dedicas a poner varios enemigos de forma injusta sólo para aumentar la dificultad, al menos déjanos aturdirles cuantas veces necesitemos para que ya el frustrante avance no se vuelva más tedioso aún.

El canto de la doncella

Visualmente, Maid of Sker denota su humilde desarrollo, porque las texturas no son precisamente tochas y se nota la carga repentina de elementos en las zonas más grandes. A cambio exhibe una fotografía en su primera parte preciosa, una cuidada iluminación tanto de día como en su parte nocturna, y un diseño artístico de primera que logra darle al hotel de Sker su propia personalidad, algo que no es fácil. El conjunto es hermoso de ver, pero el diseño de enemigos falla porque esa idea de ‘hombres del saco’ no aterra en absoluto.

En lo sonoro, es la parte del león: Tenemos voces con un exquisito acento inglés y todo localizado a textos en español, pero latinoamericano y no castellano de España hay que aclarar. La BSO de Gareth Lumb es una hermosura, mezclando pianos y voces etéreas en algunos cortes, y apostando por otros de tensión y atmósfera con percusión y cuerdas frotadas sin caer en el mero uso de música ambiental. Y aunque los efectos de sonido caen en el ‘jumpscare’ a veces, esas pisadas lejanas y la madera crujiendo son estupendas.

Conclusión

Nos gusta muchísimo la historia, nos encanta la primera parte y ese terror- tensión de qué saldrá a la vuelta de la esquina, pero el cambio de tercio a la infiltración no está tan bien ejecutado como el Walking simulator victoriano con puzzles. Es esta mecánica central la que arruina el conjunto y se carga la atmósfera, incluso a pesar de lo corto que es el juego. Maid of Sker es para incondicionales del terror victoriano, de los juegos de miedo, pero es también un título que tenía un buen potencial que no sale a la luz.

Lo mejor

  • El diseño artístico del hotel y sus estancias
  • La delicadeza de la BSO, con un aria estupenda
  • La mecánica de aguantarse la respiración
  • La ambientación y la sensación enorme de terror que crea en su primera parte…

Lo peor

  • … Que desaparece en la segunda
  • Pocos sustos, demasiado estirados y algunos predecibles
  • El diseño de los enemigos, que no dan nada de miedo
  • La mala implementación de la mecánica Stealth y algunos checkpoints, que frustran el avance
6.8

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.