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Servidores Dedicados Virtuales, un sueño al alcance de la mano

La virtualización pone este fundamental servicio al alcance de cualquier bolsillo

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Servidores Dedicados Virtuales, un sueño al alcance de la mano

Hace unos días disfrutamos de la beta abierta del prometedor Hell Let Loose. Quizá lo más diferenciador de este juego es que requiere un mínimo de “seriedad” para ser divertido. Pelotones coordinados, con mucho “team play”, bien comunicados, sin “noobs” o "trolls" que arruinen una partida que puede llevar horas… de ahí que no es de extrañar que en el menú de configuración del juego la primera opción fuese la de “Alquilar Servidor Dedicado”.

Una de las ventajas del PC como plataforma de juegos es precisamente la posibilidad de usar servidores dedicados. Básicamente se trata de instalar el juego en un PC que sea el servidor sobre el que jugarán el resto de usuarios. Esto nos permite tener control total sobre el juego. Podremos elegir quién juega y quién no, a qué mapas, en qué condiciones, durante cuánto tiempo, además de conseguir una latencia muy baja porque ese servidor se supone que estará en nuestro entorno.

Ese control absoluto sobre el juego nos permitirá organizar competiciones entre clanes, o “ladders”, de una forma muy sencilla, permitiéndonos configurar y arrancar la partida cuándo y cómo nosotros queramos. En “shooters” tener un servidor dedicado ha permitido que comunidades de CounterStrike, Quake, Battlefield… hayan exprimido los títulos más allá de su vida útil natural al existir servidores privados donde siempre había gente, generalmente del mismo país e idioma donde se encontraba el servidor, jugando al juego en unas condiciones acorde a sus gustos, evitando mapas impopulares, configurando parámetros como el fuego amigo, el número de jugadores por partida, los tiempos… y un control exquisito de los tramposos, porque un baneo de un servidor privado es definitivo.

Fuera de los “shooters” hay decenas de juegos que sacan partido de los servidores privados porque su propia naturaleza invita a mantener una comunidad más controlada y estable, con universos configurados a su gusto. Entre los que nos vienen a la cabeza destaca Minecraft o títulos como Day-Z, Ark o ArmA.

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Como jugadores de PC veteranos, la posibilidad de poder crear un servidor privado se nos antoja imprescindible en determinados títulos, pero hemos tenido que claudicar con el tiempo y aceptar esa posibilidad como algo cada vez más exótico. El prevalecimiento de las consolas como plataforma de juego durante años, los port multiplataforma y, en definitiva, un porcentaje mayoritario de jugadores que se han acostumbrado al “matchmaking” y a ver como normal el no poder decidir en qué condiciones van a jugar. Por otra parte, los títulos cada vez son más volátiles y cuesta que los jugadores permanezcan fieles a ellos, con lo que la desarrolladora prefiere tener la capacidad de gestionar esos jugadores de modo que los pueda agrupar y mantener en servidores concurridos.

Pero, por encima de todo, el mantener un servidor privado se ha vuelto demasiado caro y complejo para los tiempos que corren. Veamos por qué.

La primera opción para tener un servidor propio es literalmente esa… tener un PC que uses como servidor en tu propia casa. La ventaja es que eres tú el administrador que configura cada partida y la latencia, al estar jugando sobre ese mismo PC, es nula. Al otro lado de la balanza las desventajas son muchas, empezando porque la máquina que haga de servidor tiene que tener la suficiente potencia para dar un servicio digno a todos los jugadores, el suficiente caudal de datos para que el “lag” sea tolerable, la obligación de estar constantemente encendido y funcionando correctamente y levantando el servidor cada vez que se cae, manteniéndolo actualizado con las diferentes versiones del juego y libre de tramposos y hackers… Todo ello implica compromiso, dinero, tiempo y unos conocimientos informáticos avanzados; algo que cada vez es más escaso hoy día.

La segunda opción es contratar a alguien para que haga todo eso. Existen empresas especializadas en las que alquilas el uso de un PC y el servicio de personal que lo mantiene en condiciones óptimas para el juego. Ellos se ocupan de mantener una máquina con suficiente potencia para dar el mejor servicio, se ocupan de levantarla si cae, ofrecen un buen caudal de datos y nuestra función, como clientes, es simplemente acceder a la consola de configuración del juego desde nuestro PC y configurarla como si fuese un PC propio.

La oferta de este tipo de servicios varía mucho de un país a otro, aunque siempre vamos a estar condicionados por tener ese servidor lo más cerca posible de la comunidad, para reducir latencias y para contar con el mismo idioma a la hora de configurar y contactar con el servicio técnico.

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Si hablamos de España, un buen servicio de servidor dedicado parte de los 100€ mensuales, subiendo en tarifa a medida que necesitamos más espacio de almacenamiento o caudal de datos. En Sudamérica, las condiciones son sensiblemente peores, al mantenerse los precios (del orden de los 150$) pero con menos servidores y más dispersos, muchos de ellos en los USA, con el consiguiente aumento de latencia o “lag”.

Se trata de precios contenidos, teniendo en cuenta lo que nos supondría mantener nosotros el servicio y, sobre todo, la velocidad a la que queda obsoleto el hardware, pero no deja de ser un buen dinero al mes y se ha de contar con una comunidad comprometida que pague su parte puntualmente.

En definitiva, un panorama complicado. O así lo era hasta la llegada de los VPS.

VPS: Virtual Private Server

Decir que los Servidores Privados Virtuales son algo actual sería erróneo. IBM ya los ofrecía en la década de los 60, pero la normalización de Internet en los 90 acabó con ellos estableciéndose la relación cliente/servidor a la que hoy estamos acostumbrados. Y es esa misma masificación de internet la que nos devuelve a aquella configuración, dado que cada vez somos más los posibles clientes interesados en las ventajas de un servidor privado, tanto en el ámbito profesional, como en el lúdico.

Por otra parte, el crecimiento en potencia del hardware y, sobre todo, la normalización de las redes de alta velocidad, sumado a la inminente llegada del 5G y la consiguiente entrada en Internet de sectores hasta ahora ajenos a ella, se convierten en un terreno abonado para este tipo de servicio. Por no hablar del incipiente "cloud gaming" que promete cambiar definitivamente nuestra concepción de las plataformas de juego.

Como su propio nombre dice, la diferencia respecto a un Servidor Dedicado clásico es que éste es Virtual. No disponemos de una máquina “alquilada” en exclusividad, sino que pagamos por el servicio que ofrecería esa máquina, sin conocer ni decidir sobre la forma en la que ese servicio nos llega.

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La virtualización básicamente consiste en un mejor aprovechamiento del “data center” donde se alojan los servidores. Dicho de otro modo, en lugar de tener nuestro servidor privado, una máquina física a la que solo nosotros podemos acceder, compartiremos varios. Estos servidores virtuales se integran en las mismas VLAN que los servidores físicos, con lo que la única diferencia se refiere al aprovechamiento del hardware. Así, cuando no utilicemos nuestro servidor o consumamos pocos de sus recursos, estos serán aprovechados por otros usuarios, manteniéndose las garantías de tener el servidor en el centro de datos elegido (de cara a no aumentar el lag), y de todos los recursos de procesador, ram y almacenamiento que hayamos contratado.

Este tipo de configuraciones tiene además otra ventaja que es la de ser totalmente escalables. Podemos contratar exactamente lo que necesitemos, a medida, sin estar condicionados por configuraciones de hardware “reales”. Será el servidor virtual el que gestione sus recursos para darnos el servicio que demandemos.

Sobre el papel, un servidor virtual ofrece el mismo rendimiento y servicio que uno real, pero la realidad es que sí se pueden ver afectados por picos de demanda. Por supuesto depende del proveedor que nos dé el servicio, pero ese riesgo existe y puede que el rendimiento se vea puntualmente afectado si la demanda de los clientes a esos servidores supera lo previsto. Esa circunstancia, que no debe darse pero que no deja de ser posible, queda del todo anulada si tenemos un servidor dedicado real, que trabaja exclusivamente para nosotros.

Esa es la verdadera diferencia entre un servicio y otro y la razón por la que determinados clientes siguen apostando por los servidores “bare metal”, servidores físicos con uso exclusivo. Pagan más por tener la garantía de que el servicio siempre va a estar al 100%.

Y aquí llega la cuestión fundamental. El precio. Los VPS son muchísimo más baratos que los reales y nosotros, los clientes, debemos estimar si podemos y queremos pagar por uno real o podemos arriesgarnos a esa supuesta pérdida de rendimiento puntual a cambio de pagar un 80% menos. Porque esa es la diferencia de precio. Para nosotros no cabe duda de la respuesta…

Para concretar con situaciones reales, usaremos la que quizá sea la mejor opción de servidores dedicados para gaming en España, dado que cuenta con sus configuraciones adecuadas a los jugadores, servidores en el país y la correspondiente baja latencia y una especial atención a combatir ataques DDoS. La empresa OVHcloud mantiene servidores dedicados dirigidos a jugadores (de hecho llama a su servicio Game) rondando los 100€ al mes. Incluye un AMD Ryzen 5 3600X, 32 GB DDR4, 1TB de almacenamiento SSD y tráfico de datos ilimitado y a 1Gb/sg.

Éste es un buen servicio a su precio habitual, con unas prestaciones que difícilmente vamos a utilizar como usuarios particulares. De ahí lo interesante de la llegada de estos Servidores Dedicados Virtuales para jugadores. En la misma empresa podemos contratar un VPS donde poder instalar Minecraft, por ejemplo, por poco más de 5€ al mes, con un servicio mínimo de 1 vCore, 2GB de RAM, 20GB de almacenamiento y tráfico ilimitado a una velocidad de 100Mbit/sg. Más que suficiente para Minecraft y con un 95% de ahorro.

Otra de las ventanas de los VPS es que podemos contratarlos totalmente a medida. Atendiendo al juego que queramos alojar podemos cambiar el contrato y añadir más procesador, RAM, almacenamiento o velocidad de datos.

Siguiendo con el ejemplo que os hemos dado, el que superaba los 100€ como servicio “clásico” de servidor dedicado, con el sistema VPS la misma empresa ofrece 8vCore, 8GB de RAM, 160 GB SSD y tráfico ilimitado a 2Gb/sg por un precio ligeramente superior a los 20€. A ese precio podemos seguir sumando servicios que pueden interesarnos, como una IP fija o el backup automático del servidor.

Con estos precios, ya no hay excusa para volver a las ventajas de los servidores dedicados. Empresas como la que hemos citado ya están dirigiendo sus servicios de VPS a los jugadores, sabedores del potencial que para nosotros tiene este servicio. Aquellos irreductibles que han mantenido sus servidores de CounterStrike o ArmA ahora pueden disfrutar del mismo servicio pagando muchísimo menos.

El resto de jugadores, ahora estamos en la capacidad de a exigir a las desarrolladoras que nos devuelvan ese servicio. Títulos de éxito como Call of Duty o Battlefield, no han sido lo mismo desde que no es posible gestionarlos. Cualquiera que haya disfrutado estos títulos en un entorno configurado a medida, debe asumir que la actual política de matchmaking y de “totum revolutum” en la que se ha convertido el juego online actual será muy cómodo para las desarrolladoras, pero es una auténtica porquería para el jugador.

La excusa para eliminar esas posibilidades de los juegos es que los jugadores no las usábamos. Con esta nueva opción VPS el precio ya es apenas un problema y lo han dejado de ser el hardware y la complejidad de configuración. Es hora de recuperar el control sobre nuestro juego que nunca debíamos haber perdido en los PC. Queremos elegir con quién, cómo y cuándo jugar porque eso es lo natural. Así que os animamos a que en el próximo título multijugador que vayáis a comprar valoréis si permite servidor dedicado o no. Porque, en definitiva, recuperar esa forma de jugar solo depende de que nosotros, como compradores, lo exijamos.