Röki, análisis

La mitología nórdica va ganando notoriedad en los medios, si bien no está tan arraigada en nuestra cultura como la griega. Series como Vikingos han reavivado el interés por dicha civilización, y en el ocio digital se refleja un nuevo interés por las leyendas escandinavas para ambientar títulos de fantasía. God of War, tradicionalmente situado en la mitología helénica, obtuvo una perspectiva nueva con Kratos y su segunda oportunidad en tierras escandinavas. Assassin’s Creed Valhalla promete una nueva aventura empapada de historia y fantasía de pueblos vikingos. Hellblade narra el periplo de Senua, que se enfrenta a los propios demonios de su psique mientras busca a su amado del mismo reino de Hela. El mercado indie, por su lado, tampoco se queda atrás con títulos tan memorables como The Banner Saga. Recientemente, el estudio Polygon Treehouse lanzó Röki (PC Windows, Mac y Nintendo Switch), una aventura gráfica al estilo LucasArts en la que asistimos al viaje del héroe de Tove, una niña que se adentrará en un mundo mágico para rescatar a su hermano y descubrirse a sí misma.

Tove y el viaje de la heroína

Röki es el debut de Tom Jones y Alex Kanaris-Sotirou, antiguos directores artísticos de Guerrilla Games que han formado el estudio independiente Polygon Treehouse. A la hora de confeccionar la historia de Tove, el dúo ha aplicado las normas consabidas y heredadas de LucasArts: puzles desafiantes sin llegar a ser crípticos y la tranquilidad del riesgo sin consecuencias letales. Sin embargo, el humor absurdo queda sustituido por una lógica asequible dentro de la dimensión asombrosa que ofrece la fantasía escandinava.

Nuestra protagonista es Tove, una niña que se ha visto obligada a madurar más rápido de lo que requiere su edad: con su madre trágicamente fallecida y su padre sumido en la depresión y el alcoholismo, la muchacha ha tomado las riendas de su hogar. La amarga realidad de esta familia desestructurada queda dibujada en una secuencia que, con pocos y elegantes detalles, nos informa de lo sucedido sin caer en el morbo. Pero la tristeza no mina el espíritu de Tove, quien encuentra su alegría en su adorado hermano menor Lars. La normalidad gris queda trastocada ante un suceso extraordinario: un monstruo ataca la cabaña de la familia, que debe huir a toda prisa. Durante la huida, el padre queda atrás, mientras que el pequeño desaparece tras un misterioso portal. Tove, abandonada a su suerte en un bosque habitado por criaturas mágicas y peligrosas, deberá ir al rescate de su hermano. Y, al igual que casi toda heroína de una aventura gráfica, la chiquilla no dispone de una gran fuerza física ni de poderes sobrenaturales; sólo su ingenio y valentía. No obstante, la historia de Tove, precisamente, es una reivindicación de dichos valores, gracias a los cuales no sólo sobrevive, sino que se gana el respeto de los habitantes del bosque, quienes la acaban contemplando como una heroína.

Acertijos entre bestias mágicas

Así, Tove deberá explorar un terreno desconocido que no se rige por las leyes naturales, interactuará con bestias que las leyendas presentan como peligrosas y deberá resolver rompecabezas para ganarse el favor de sus potenciales aliados. Si bien la ambientación es bastante amable con el público más profano en folclore escandinavo, los más duchos en la materia y jugadores con leves nociones encontrarán una carta de amor a una cultura rica y atractiva, con varias licencias a crear la epopeya de Tove. En cuanto a la historia, ésta cala de forma muy emotiva en dos vertientes: Tove descubre su propia fortaleza y entabla amistad con criaturas fascinantes y entrañables, a la vez que se embarca en un viaje personal que trata temas como el perdón, la culpabilidad y la superación de la pérdida.

Equipada con su mochila, Tove recolectará y combinará objetos que serán claves para el progreso. En su diario, anotará el mapa del terreno y todas las tareas necesarias para poder resolver el misterio del paradero de su hermano. Si bien algunos puzles resultan muy evidentes, habrá otros que requerirán una atención especial a las pistas que se nos ha proporcionado. Con todo, sentiremos esa satisfacción tan especial de las aventuras gráficas cuando demos con la solución de un problema que antes veíamos indescifrable. Sin destripar la historia, el último episodio del juego nos permite jugar entre el plano mágico y el tangible con dos diferentes personajes, lo cual estimulará el trabajo en equipo y proporcionará una dificultad más compleja. Tal vez, el único defecto que acusa el sistema de puzles es complicar demasiado algún acertijo, dejando de lado soluciones factibles sin ninguna explicación. Asimismo, el control puede resultar chocante al inicio para los aventureros gráficos veteranos: el point & click queda sustituido por el desplazamiento WASD, mientras que debemos abrir la mochila con el inventario y desde allí seleccionar los objetos con Intro y arrastrarlos con el ratón para utilizarlos. La exploración queda facilitada gracias a la tecla F, que nos resalta los puntos importantes de cada zona. Asimismo, disponemos de coleccionables llamados tesoros: pequeños hallazgos que subrayan la curiosidad infantil de Tove.

Un cuento de hadas melancólico y adulto

A nivel visual, Röki evoca un cuento infantil con unos gráficos minimalistas hechos a mano, con un ligero toque apoligonado. En escenarios amplios que hacen sentirnos como la propia Tove, diminuta y sobrepasada por un mundo desconocido, descubrimos un imaginario muy diferente al de los cuentos de hadas dulcificados. Los trolls, tomtes y demás criaturas no resultarán bellos ni bondadosos según las convenciones de un relato para niños, pero su singularidad les hará entrañables en cierto modo. En cuanto a la banda sonora, nos acompaña una escasez de temas que se mueven en un acertado tono melancólico. Así, recordamos que la aventura de Tove no es un periplo heroico, sino un viaje doloroso en el que se enfrentará a su propia oscuridad para poder volver a casa con Lars. Para completar una inmersión excelente, debemos mencionar una localización perfecta, que hace un buen dúo con las voces de los personajes que, aunque sólo pronuncian palabras escuetas, rebosan personalidad propia y aportan gran relieve a sus emociones. La fuente de letra, legible y de tamaño generoso, resulta muy agradecida con todo tipo de ojos.

Aunque el periplo de Tove puede completarse en 7 horas si somos lo bastante ágiles para dar con las soluciones a todos los puzles, encontraremos momentos en los que deberemos tomarnos una pausa para desentrañar cada enigma. Con todo, nos adentraremos en un cuento de hadas satisfactorio y adulto, que nos proporcionará esa sensación de maravilla ante un mundo mágico y desconocido, mientras nos hace reflexionar sobre temas muy humanos.

Este juego ha sido analizado en su versión para PC Windows.