The Last of Us: Parte II, vídeo análisis

Siete años de espera, amigas y amigos de MeriStation. Toda una generación desde aquel título que nos dejó a todos enamorados: la aventura de Joel y Ellie, la aventura de Ellie y Joel. Una historia que se construyó en base al aprendizaje, al cariño y la confianza de ambos para sobrevivir en una sociedad agitada por el dichoso cordyceps. Ahora, casualidad o no, The Last of Us Parte 2 llega a PS4 también para poner punto y final a una generación de éxito en el panorama PlayStation; para poner el broche de oro a un ciclo donde ya os podemos asegurar el viaje a merecido la pena.

The Last of Us Parte 2 es un salto cualitativo y cuantitativo para lo que es ya una saga. Nos espera un viaje con un mensaje muy distinto: la venganza, la sed de represalia y, en cierto modo, la redención. Ellie es la gran protagonista; ahora con 19 años. Han pasado cinco desde los sucesos de la primera parte y vive tranquila en Jackson, Wyoming. Sin embargo, algo terrible ocurre y… comienza el viaje. Poneos el cinturón, porque vienen curvas.

No esperábamos estas mejoras en el plano jugable, hemos de ser sinceros: un juego más ágil a los mandos, que ha mejorado sensiblemente el combate cuerpo a cuerpo y que plantea un diseño de escenarios mucho más vertical, más abierto, que invita a la exploración. ¡Está repleto de secretos! Podemos completar cada fase de multitud de formas. ¿Prefieres sigilo? Naughty Dog lo ha hecho de maravilla. ¿Prefieres algo más de acción? Coge el arco o el arma que prefieras, ve mejorándola con el paso de la aventura y aprovéchate de las mesas de trabajo que ha dispuesto el equipo californiano durante no pocas zonas.

Es un juego largo, ya os avisamos, un título que seguramente se alarga en exceso en algunas zonas por esa acentuada ambición del equipo de Neil Druckmann. De hecho, hemos de decir que no termina resultando tan, tan redondo como la primera parte; peca con puzles algo simplones y repetitivos, mientras que algunos personajes secundarios están a años luz del carisma de Ellie, que se come la pantalla. Nos hubiese gustado algo más de concisión, ser más directos para que los momentos de lucidez y clímax no estuviesen tan separados entre sí.

Este es nuestro vídeo análisis.