Inventados a finales de 1930, los auriculares o cascos empezaron a usarse tras la cimentación de la telefonía (de la época) y la radio. Pero fue con el surgimiento de los llamados “sistemas de audio personales“ como radios cuando se difundieron entre el gran público, que acrecentó su utilización cuando en los 80 Sony lanzó el Walkman y con él vino a posteriori el reproductor de CD, el MP3, el iPod y los smartphones actuales. Y ahora mismo, como demuestran los AirPods de Apple, incluso prescindirán de los ya molestos cables.
Las formas de no hacerlo
Pero, a pesar de que los smartphones de los últimos años están prescindiendo de la salida de audio clásica, de momento el viejo modelo del par de cascos con cables y una clavija Jack de 3.5mm para conectarlos a un puerto similar sigue siendo el más usado y el más vendido. El problema es que ya sean los cascos de botón como los que rodean toda la oreja, la parte de los cables siempre es el componente más susceptible de romperse. Y guardar de manera incorrecta los auriculares puede contribuir a acelerar el deterioro de estos.
¿Cuál es la mejor forma de envolverlos entonces? De momento señalaremos las que no son acertadas aunque las demos por sentadas:
Cómo enrollar los auriculares del móvil
¿No se deben enrollar los cables? Ciertamente se debe, porque de lo contrario al guardarlos pueden liarse mucho -lo que suele pasar con las luces del árbol de Navidad por ejemplo-, pero hay que hacerlo de una manera que evite una tensión innecesaria en el cable.
En el vídeo de más arriba tenéis un ejemplo, en el que un ‘pipa’ o ‘roadie’ (los técnicos y personal de apoyo que viajan con un grupo musical durante sus giras, y que se encargan de todos los aspectos de sus conciertos) nos enseña cómo debemos hacerlo. Y aunque él realiza la demostración con un cable largo y grueso de un equipo musical, el principio es el mismo y nos garantiza una mayor duración para nuestros auriculares.