Las 10 contraseñas más usadas que hay que evitar
¿En serio alguien usa alguno de estos diez passwords? Pues es candidato al hackeo.
Desde que empezamos con esto del Internet hace unas dos décadas y después con el teléfono móvil, las compras online, los correos digitales, los smartphones, Steam, el iPod, las redes sociales y, en fin, todo lo que ha traído consigo la Red de redes, nuestra vida ha estado gobernada por las contraseñas. Tenemos passwords para proteger nuestros datos, aparatos, cuentas corrientes, dispositivos, etc, por lo que es normal que a veces recurramos más a la comodidad que a la seguridad. Pero es esa comodidad la que nos puede salir cara, ya que a veces tendemos a crear contraseñas de muy baja efectividad, aunque otras es directamente para quedarse mirando a los autores y preguntarles “¿EN SERIO?”.
Facilidad a cambio de riesgo
Según la OSI, la Oficina de Seguridad del Internauta, el problema reside en la cantidad de claves y combinaciones que, como usuario, debemos recordar. Cada vez que queremos registrarnos en una web o crearnos una cuenta debemos pensar en una combinación nueva de caracteres, y tendemos a repetir la misma contraseña sencilla de siempre para hacerlo más sencillo. No es de extrañar, por tanto, que la creación de una nueva contraseña cada vez nos suponga una tarea más tediosa, repetitiva y, en muchos casos, una molestia que preferimos evitar lo más rápidamente posible.
Las contraseñas dejan de ser una herramienta de seguridad con la que sentirnos a salvo. Al final, los usuarios prefieren recurrir a claves fáciles de recordar, que son precisamente las más vulnerables y las que se siguen usando. A modo de ejemplo tenemos la filtración de datos sucedida en agosto de 2017, en la que un total de 711 millones de cuentas quedaron expuestas en una IP pública accesible por cualquier usuario. De los 711 millones de credenciales, aproximadamente el 10% contenían tanto el correo electrónico como su respectiva contraseña.
Las 10 contraseñas que no hay que usar
Un estudio analizó las credenciales afectadas en busca de patrones de vulnerabilidad, y descubrió que las contraseñas más vulnerables eran combinaciones sencillas, secuencias consecutivas, repeticiones de un dígito o palabras simples como “password”. Y este es el Top 10 obtenido de contraseñas sencillas que la gente sigue usando, pero que son muy peligrosas, ya que no hacen más que ponérselo en bandeja de oro a los hackers:
Este tipo de claves, que muchos consideran la mejor opción debido a la facilidad que tenemos para recordarlas, no suponen ningún reto para los ciberdelincuentes, incluso para los menos experimentados, que son capaces de descifrarlas en cuestión de segundos. Siendo conscientes de estas listas de contraseñas “fáciles”, un ciberdelincuente siempre recurrirá a ellas como primera opción a la hora de hacerse con el control de una cuenta de usuario.