Madden NFL 19
- PlataformaPC8.6XBO8.6PS48.6
- GéneroDeportes
- DesarrolladorEA Tiburon
- Lanzamiento10/08/2018
- EditorEA Sports
Madden NFL 19, Análisis
EA Tiburon lleva a cabo cambios jugables y visuales que lo convierten a Madden 19 en el juego de football más realista jamás creado.
No es casualidad que la franquicia más longeva de entre todas las deportivas de Electronic Arts sea también la más constante en cuanto a calidad, y es que desde 1988, Madden NFL ha visto entregas mejores o peores, pero apenas ha sufrido altibajos. Viniendo estas segundas de lo que probablemente es un paso al que hay que aclimatarse, como es un salto generacional, la realidad es que EA Tiburon siempre acaba cogiendo el ritmo del hardware con el que trabaja y ofreciendo la entrega definitiva al cabo del tiempo, y eso es precisamente lo que ha ocurrido con Madden NFL 19, probablemente, la mejor en años.
Un cambio de motor gráfico puede ser uno de esos momentos que suponen un punto de inflexión en una franquicia, normalmente para bien, y cuando EA decidió desechar el Ignite -destinado a soportar todos los juegos deportivos del gigante canadiense- en favor del Frostbite, la bestia creada por los suecos de DICE, desde FIFA hasta Madden, pasando por NHL y NBA tuvieron que aclimatarse. Una vez dado este paso, lo más complicado seguramente sea desarrollar un sistema de físicas y colisiones creíble y fluido, algo además especialmente importante en el deporte que nos ocupa, y así, en Madden NFL 19 podemos disfrutar del que tal vez sea el mejor que hayamos visto nunca en un videojuego deportivo. Esto no es óbice para que en ocasiones seamos testigos de alguna incongruencia, como brazos o piernas que traspasan jugadores o que simplemente, tienen una forma “antinatural” de doblarse, pero estas ocasiones son aquellas en las que la jugada ha llegado a su fin tras una cantidad importante de bloqueos y jugadores envueltos en ella.
El paso más grande hacia el realismo hasta ahora
Gráficamente el juego da un salto de calidad notable, tanto, que es difícil pensar que ya le quede aún margen de mejora en esta misma generación. El reflejo de la iluminación en los cascos es asombrosa, más aún en el caso de la artificial procedente de los focos que en la natural que llega del sol, y los efectos de nieve en estadios en los que suele hacer acto de presencia, como el Lambeau Filed de los Packers, son sencillamente geniales, pero esto quedaría en agua de borrajas si no fuera por una fluidez y movimiento de los jugadores a la altura. Afortunadamente, están presentes.
En entregas anteriores y en las dificultades más altas -All Pro y sobre todo, All Madden-, la recepción del jugador solía significar el final de la jugada, haciendo además la precisión de la defensa una misión casi imposible el ganar esas yardas extra necesarias para anotar o conseguir un primer down. Esta vez, el sistema Real Player Motion y Locomotion cambian eso por completo, y vienen a ofrecer no solo un control completo del jugador a quien está al mando, sino también una manera creíble de cómo se mueve cada uno según su posición y físico. No tiene la misma rapidez un wide receiver que un tight end, y de hecho, no se moverán igual Antonio Brown u Odell Beckham Jr., poseyendo cada uno de ellos una gran variedad de movimientos entre jukes, reversos, etc. que dan la posibilidad, hasta ahora casi inédita, de tener un control absoluto y ser partícipe de jugadas más allá de la recepción. Pero no solo cambia el juego de pase…
Madden NFL 19 es un juego de menor ritmo que sus predecesores, y eso afecta también al juego de carrera. Los mencionados sistemas funcionan también en este aspecto del juego, y eso conlleva dos consecuencias: la primera de ellas es, al igual que en los casos anteriores, una sensación magnífica a la hora de controlar al running back, mientras que la otra es aún mejor, y es la necesidad de buscar huecos en la defensa. A su vez, esto hace que la línea de ataque juegue un papel más importante que nunca, y es que no es conveniente tomar el control del RB y correr hacia delante como si no hubiera mañana confiando bien en su fuerza para romper placajes o bien en su rapidez para evadirlos. No, cuando se da el hand off con el quarterback hay que parar un segundo, mirar los bloqueos, buscar esos espacios .y aprovecharlos. La consecuencia no es sino mayor realismo, algo bienvenido, por supuesto.
Y a la hora de defender, nos encontramos también con cambios, sobre todo, a la hora de romper los bloqueos con la línea defensiva. Ahora es posible hacerlo bien con finesse moves -algo así como movimientos estilosos- o a base de fuerza bruta, con el detalle de que en cada momento se nos indicará con el icono correspondiente directamente con qué botón hacerlo. Todo un detalle, ya que en el fragor del juego no siempre es posible saber a quién estamos controlando, y es más, podemos saberlo pero no qué estilo de jugador es.
Todo esto es harto importante, porque al fin y al cabo, no hace sino hacerse énfasis en que cada jugador es diferente. La posición, el físico… Todo cuenta, e incluso los más populares tienen sus propios movimientos personales e intransferibles.
¿La mejor oferta de modos hasta la fecha?
Si hablamos de Madden NFL, probablemente sí, y eso que el cambio de Longshot Homecoming no gustará a todo el mundo. El “estilo Telltale” de la pasada entrega deja paso a uno más centrado aún en la narrativa y menos en las decisiones, ya que solo hay que tomar una en diálogo y es totalmente irrelevante. Esta vez el protagonista casi absoluto es Colt Cruise, que esperando una llamada de la NFL lo que recibe es otra sorpresa menos agradable a la que con el tiempo terminará acogiendo, y que, ya habitando en su pueblo natal de Mathis, es testigo de algunos acontecimientos que amenazan con acabar con el football en la pequeña localidad tejana. Por su parte, Devon Wade disfruta de su gran oportunidad en la NFL con los Dallas Cowboys, haciendo apariciones fugaces y a nivel argumental, también irrelevantes.
En general, la historia de Longshot Homecoming es casi de película de Disney, prçacticamente sin ápice de dramatismo, pero resulta ser el mejor tutorial posible para el jugador nuevo. Sobre todo las escenas protagonizadas por Wade, nos ponen en situaciones reales de partido acompañadas de mensajes de ayuda para comenzar a comprender las muchas vicisitudes de este deporte, pero incomprensiblemente los fallos o los aciertos apenas tienen consecuencias en la historia. Esto consigue que sí, los nuevos lo agradezcan, pero para los jugadores veteranos, Longshot es una experiencia que, a no ser que disfruten con su historia, les resultará totalmente anodina.
Pero si hablamos de MUT -Madden Ultimate Team- tenemos que cambiar el tono radicalmente, y hacerlo para hablar de una cantidad de contenido realmente ingente, y con un sistema de recompensas, y esto es difícil de encontrar, generoso con el jugador. No habremos jugado ninguna cantidad de horas salvaje cuando ya podremos contar en nuestro equipo con leyendas de la talla de Ray Lewis, Brian Urlacher o Dan Marino, y los Solo Challenges -pequeños desafíos- nos sirven a la perfeccción como primera toma de contacto con este modo que sin lugar a dudas, nos robará mucho tiempo si Madden NFL va a ser uno de nuestros juegos de cabecera en los próximos meses.
Contamos con un total de 83 desafíos iniciales, basados en cada equipo de la NFL, a los que se van añadiendo, según los vayamos desbloqueando, otros con jugadores legendarios como protagonistas, o bien, tengamos un equipo suficientemente competente para enfrentarnos a ellos. Así, Ricky Williams, Terrell Owens o el fallecido Sean Taylor, protagonizan más pruebas que superar, y a las que hay que sumar también las Solo Battles. Estas no son sino partidos frente a equipos MUT de otros jugadores de Madden y otros famosos -algunos incluso de jugadores reales de la NFL- aunque controlados por la IA, y donde obviamente, vamos a encontrar las mejores recompensas, al ser también los más exigentes.
Y dicho esto, la gestión de nuestro equipo se basa en un sistema de química que recompensa la presencia de varios jugadores del mismo equipo, con lo que muchas veces sacrificaremos a uno de un mayor rating por otro que haga que esa química mejore. Sin embargo, una de las mayores preocupaciones en MUT, como suele ser habitual, es hasta qué punto es necesario comprar sobres con dinero real para mejorar nuestro equipo, y la respuesta es sencilla: todo depende de la paciencia del jugador. Como decíamos antes, es posible conseguir muy buenos jugadores a las pocas horas de juego, pero si queremos que nuestro plantel mejore rápidamente entonces sí, habrá que tirar de tarjeta de débito. Aún con todo, no se siente como un sistema abusivo ni intrusivo, y en nuestra opinión, no enturbia en absoluto un modo de juego que hará disfrutar por igual -y es algo muy complicado de conseguir- tanto a los jugadores que prefieren desafíos offline como a los que gustan de batirse el cobre en el online.
Y claro, también merece un aparte el modo Franchise, ese en el que tomamos el control de una franquicia de la NFL y gestionamos cada uno de los pasos que marcarán su presente y su futuro. El football tiene una peculiaridad que hace de este modo uno de los más atractivos del panorama del videojuego deportivo, y es que la temporada regular tan solo consta de 16 partidos, más los -como máximo- 4 encuentros de playoff, lo que hace que la postemporada se sienta como algo cercano y de disfrute más habitual sobre todo si queremos el máximo control y jugar todos y cada uno de esos partidos. Es algo que no ocurre en otros deportes como el baloncesto o el béisbol, con temporadas regulares de 82 y 162 partidos respectivamente.
Dicho esto, la principal novedad la encontramos en el sistema de progreso de los jugadores. Ya sabemos que tras cada partido podemos asignar los puntos de habilidad obtenidos para su mejora según su actuación, pero ya no podemos asignarlos en parámetros concretos. En su lugar, ahora cada jugador tiene su propio arquetipo y esos puntos serán aplicados a todos los arquetipos posibles, aunque siempre es aconsejable, claro, mejorar al que ya pertenece dicho jugador. Esto es importante porque estos arquetipos se acoplan a nuestro sistema de juego elegido, siendo algunos más efectivos que otros, y haciendo que haya que tomar decisiones en base a ello. Al fin y al cabo, nuestro quarterback tal vez nunca pueda amoldarse a nuestro estilo si es de uno muy opuesto y puede que prefiramos directamente traspasarlo… Puede ser este un cambio que no guste a todo el mundo, ya que es bastante más rígido que simplemente elegir las habilidades concretas en las que invertir esos puntos de experiencia.
Otra de las decisiones que marcan sobre todo el futuro del equipo es el draft, ahora más atractivo visualmente, algo que se agradece debido a la gran cantidad de rondas que hay que superar. Pero sobre todo, la gran novedad en este sentido es la posibilidad de editar la generación de jugadores que se presentan a ser seleccionables, y que lo dotará sin lugar a dudas de mayor realismo, y con lo que no cabe duda que veremos arduos trabajos de la comunidad a la hora de editar decenas de jugadores universitarios y de high school.
Conclusión
No es fácil sacarle pegas al trabajo de EA Tiburon sobre el campo. Gráficamente el Frostbite está a pleno rendimiento en Madden NFL 19, habiendo sacado el estudio el máximo partido a este motor gráfico. Por otro lado, los nuevos sistemas de movimiento y físicas hacen de este uno de los juegos deportivos más realistas viusal y jugablemente hablando, y desde luego, que encantará a los fans del football. Mientras, al tiempo que la oferta de modos de juego es tremenda y cuenta con muchísimo contenido online y offline, hay algunos cambios en los modos Longshot y sobre todo, Franchise, que probablemente no termine de convencer a los más puristas. Estos es principalmente porque reduce -aunque no drásticamente´- la profundidad en beneficio de la accesibilidad. No obstante, Madden NFL 19 se convierte en una de esas entregas de franquicias deportivas que hay que tener y si somos de los que de cuando en cuando se saltan alguna debido a las escasas diferentes, no será este caso con la iteración de esta temporada.
Lo mejor
- Visualmente imponente
- El movimiento de los jugadores, con el nuevo sistema Real Player Motion, otorga más control que nunca
- Mucho contenido en sus modos, sobre todo en MUT
- Sistema de recompensas justo en MUT
Lo peor
- Su sistema de físicas y colisiones siempre deja algún bug puntual
- Longshot es ahora menos interactivo a nivel argumental
- El sistema de progreso de jugadores en Franchise
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.