Endless Space 2: Supremacy, análisis

Endless Space 2 es uno de esos títulos que una vez has apagado el ordenador sigues pensado en él. Un turno más, un edificio más, un enfrentamiento más. Las horas vuelan. Vuelan y caen al suelo de nuevo cuando, de repente, te percatas de lo poco que queda por hacer. De que ya has ampliado todos los planetas. Ya dominas la Academia. Tus rutas comerciales son prósperas y nadie las desafía. En ese momento apagas el ordenador y ya no vuelves a pensar más en él. Hasta que aparece una nueva expansión. Es el caso de Supremacy.

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Supremacy añade al juego base una nueva facción importante, los Hissho, y una plataforma gigante, la nave Bégimo. Otros añadidos destacables son cuatro nuevos héroes, una facción menor, los Illo, y nuevas naves espaciales, como los behemots. La intención de estos nuevos elementos es, evidentemente, añadir variedad al título básico, un juego que, pese a su apariencia compleja era fácil de dominar en un par de horas y después tenía poco que ofrecer en comparación con otros títulos semejantes en el mercado, como por ejemplo Stellaris.

Esta nueva expansión aporta una mayor variedad en un sentido estético. No transforma ni añade ningún elemento base del juego, es decir, diplomacia, comercio, tecnología, guerra, etc. El juego sigue presentando los mismos problemas que su versión original. La gestión interna de los planetas y las razas que lo pueblan carecen de profundidad e impacto en la partida. Las poblaciones se mantendrán calladas y felices mientras desplegamos nuestra política exterior imperialista en la galaxia. No existe el tiempo y viviremos en un eterno presente donde nuestros héroes adquirirán experiencia y niveles pero nunca edad.

La exploración y colonización de la galaxia sigue siendo fundamental en la partida. La exploración se seguirá realizando mediante sondas y naves espaciales. Echamos de menos más acontecimientos y fenómenos científicos que investigar y tratar, como también sistemas solares que no tengan cuatro planetas habitables. Aumentar la variedad de los sistemas solares y los fenómenos galácticos debería ser una prioridad para el estudio si desea competir en este género. La colonización se mantiene igual que en el anterior título. Una nave colonia se posará sobre un planeta creando un puesto de observación que, transcurridos un número determinado de turnos, se convertirá en una colonia. Un nuevo asentamiento que deberemos progresar a través de paciencia o gasto de recursos, influencia y polvo estelar.

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También falta por mejorar el apartado bélico. Romper el precioso interfaz estelar e introducir cinemáticas que simulan el combate entre muy pocas naves sigue pareciendo un error. La gestión de las flotas es innecesariamente artificial y su manejo excesivamente aparatoso. Sería necesario añadir nuevas formas de gestionar la flota que se sientan orgánicas y coherentes en torno al planteamiento de la partida.

La nave Bégimo es un añadido fundamental que aporta una mayor variedad a la estructuras del juego. Sin embargo este añadido tan solo multiplica por dos las opciones, ante solo había planetas, ahora hay planetas y Bégimos. Títulos como el citado Stellaris proponen al jugador toda una serie de estructuras que añaden variedad y riqueza a cada partida. En cambio, en Endless Space 2, no podemos construir plataformas de ningún tipo, hábitats extraterrestres, etc. Si bien es cierto que todos estos añadidos fueron llegando al título de Paradox Entertainment a través de expansiones, en el caso de Amplitude Studios, sus añadidos se nos antojan escasos en comparación.

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La diplomacia debería ser revisitada de nuevo para ofrecer más opciones y sobre todo una gestión más transparente que nos permita conocer, en todo momento, la situación de nuestro imperio galáctico con respecto al resto.

En cambio, todo aquello que funcionaba en Endless Space 2 sigue funcionando a la perfección en su expansión. El sistema de comercio se ha mantenido sin alteraciones y sigue siendo una de sus mejores bazas. Construir y proteger rutas comerciales es un elemento fundamental de cualquier estrategia que apunte a tener un mínimo de éxito. Y no solo las rutas comerciales, la gestión y explotación de recursos estratégicos y lujosos se plasman a través de un sistema claro y sencillo de dominar. Un aspecto realmente útil para conseguir avanzar entre nuestros competidores. La tecnología ha seguido inalterada también y es una decisión que hay que celebrar debido al claro y cristalino funcionamiento de su gestión.

La interacción con las facciones menores sigue siendo otro de los apartados más atractivos del juego. En esta nueva expansión no se ha modificado, tan solo se ha añadido una nueva facción menor. Sin embargo se debería prestar más atención a la interacción de estas facciones menores con nuestra facción mayor. Todo ello, es decir, incidir en la política interior de nuestro imperio, tan solo puede redundar en una mayor riqueza y profundidad de cada partida.

Los héroes siguen manteniendo su importancia y papel. En la nueva expansión se han añadido cuatro nuevo personajes que podemos reclutar, ya sea a través de la pestaña de comercio o a través de la Academia. Las habilidades se han mantenido y su rol fundamental en nuestro imperio sigue siendo el mismo. Situarlo al mando de una flota o de un sistema es una decisión que sigue siendo imprescindible para extraer de estos su mayor potencial. Echo de menos, en cambio, más posibilidades de acción para ellos.