Legend of Kay Anniversary, análisis Switch

Por: Dedede

Cuando alguien usa de forma habitual algo que va poco a poco sufriendo pequeños cambios, da la impresión que se mantienen de alguna forma inmutables y es solo cuando volvemos a una versión del pasado cuando notamos cuánto hemos avanzado. Esa es la sensación que deja jugar a Legend of Kay Anniversary, un producto de otro tiempo al que un simple lavado de cara no logra tapar las costuras.

Esto es especialmente viendo quién es nuestra principal némesis en esta aventura de THQNordic. Sí, la historia nos presenta antagonistas, pero ninguno nos pondrá las cosas tan difíciles como la cámara, siempre presta a complicarnos los saltos o dejarnos vendidos ante los rivales. Es verdad que podremos tratar de domesticarla con el stick derecho, pero eso en algunos casos solo servirá para hacerla más revoltosa. No es el único enemigo inesperado, pues algunos bugs nos dejarán vendidos y nos obligarán a repetir situaciones.

Más allá de estos dos grandes problemas, nos encontramos ante un juego que mezcla plataformeo 3D con aventura con una clara orientación infantil/juvenil que plantea una historia sin ambiciones, pero entretenida. El juego (que ha sido porteado ya a 9 plataformas, desde PS4 a Nintendo DS) no tiene novedades destacables respecto a la versión anniversary de Wii, ni realmente tampoco a la original de PS2.

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Un juego de otro tiempo

Se ha retocado ligeramente el aspecto del principal protagonista, pero tanto el resto de personajes como los escenarios dejan claro de dónde proceden. De entrada, el mundo se compone de pequeños escenarios separados entre ellos, sin posibilidad de retroceder una vez avanzamos. La exploración es totalmente lineal, con únicamente pequeñas “mazmorras” donde deberemos resolver algún objetivo del tipo recoger x objetos o pulsar ciertos interruptores para avanzar. En total son unas 15 horas de juego que se hace entretenido, si bien un tanto repetitivo.

Entre zona y zona el juego nos recompensa con pequeños vídeos en formato de “cómics” en los que se explican pequeños detalles de la historia, y cada cierto progreso el juego cierra un capítulo y nos recompensa, dependiendo de las gemas que hayamos recogido, con algunos extras como modelos 3D de los personajes, canciones o ilustraciones que luego podemos ver desde el menú.

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Buen sistema de combate

Si bien la parte técnica muestra sus años, al menos sí se puede decir que la jugabilidad resiste mejor el paso del tiempo, especialmente el sistema de combate. Aunque empezamos contando solo con una espada, según progresemos en la historia obtendremos unas veloces garras y un pesado pero poderoso mazo, así como varias mejoras para estas armas.

Saber qué arma utilizar ante qué enemigo será clave para derrotarlos de forma efectiva. También deberemos dominar los movimientos correctos para esquivar los ataques y poder romper sus defensas, mientras aumentamos nuestro combo. No es el mejor sistema de combate del mundo, pero es efectivo.

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Derrotar enemigos nos dará dinero y magia con la que podremos hacer ataques a varios enemigos a la vez. El dinero, por su parte, será imprescindible para progresar en el juego, ya que deberemos comprar los contenedores adicionales de corazón y de magia. También podremos reforzarnos con armaduras que nos darán unos corazones extra o comprar frascos para recuperar vida y magia. Otro útil objeto que podremos comprar son las bombas, a veces imprescindibles para progresar y otras útiles para descubrir algún (escaso) secreto.

Para dar algo de variedad, a veces el juego nos propondrá montarnos en animales para avanzar, momentos en los que deberemos evitar chocar con las paredes y llegar al final en un tiempo determinado. A esto se le añade pilotar una barca entre minas o volar con un dragón. Estas partes no revisten gran dificultad pero se agradecen (aunque pueden acabar resultando repetitivas en el primer caso).

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Doblaje prescindible

De vuelta a los apartados técnicos, la música, sin ser de las que dejan huella, sí transmite correctamente el tono oriental del juego y ambienta correctamente la acción, al igual que los efectos de sonido. No le pasa lo mismo al aspecto visual, donde especialmente las animaciones de los personajes pueden llegar a resultar chocantes y claramente muestran que estamos ante un producto no ya de otra época, sino uno que ya no era brillante en ese aspecto.

Lo mismo pasa con el doblaje, que, si bien está en completo español, está doblado sin indicaciones a los actores y por tanto con entonaciones que chocan con el contexto. El texto lleno de chistes fáciles y textos poco inspirados no ayuda a mejorar este aspecto.