Assassin's Creed Odyssey: Algunos aspectos a mejorar

Es evidente que Assassin's Creed Origins fue un nuevo comienzo para la franquicia tras años disfrutando, al fin y al cabo, una fórmula caduca. No solo nuevo, sino lo que es aún más importante, ilusionante ya que no solo fue un juego que se sentía diferente a Syndicate, Unity, etc... sino mejor. Entre las entregas de la pasada generación y las primeras vistas en la presente -las ambientadas en Francia y Londres, además del intergeneracional Black Flag- apenas habíamos gozado de mecánicas novedosas en la franquicia, pero sí de un salto gráfico notable y la siempre excelsa recreación de la ambientación y escenarios. Con lo cual, la aventura de Bayek insufló nuevas energías a una de las franquicias más populares de la actualidad, y próximamente Kassandra tomará el relevo en Assassin's Creed Odyssey para refrendar esta nueva y exitosa tendencia, pero aún así, sigue habiendo aún aspectos que desde Ubisoft Montreal puede hacer mejor, y es que por pedir, que no quede.

Es cierto que el combate cuerpo a cuerpo cuando el sigilo ya no es una opción había mejorado notablemente en Assassin's Creed Origins, pero es uno de los terrenos donde apreciamos aún más margen de mejora. Por ejemplo, adolecía de un defecto con el que también contaba un grande como es The Witcher 3: Wild Hunt, y es el fijado de enemigos. Es de destacar el hecho de que al hacerlo, en ocasiones, terminamos fijando a un arquero que se encuentra a varios metros de nosotros, mientras que incomprensiblemente, un enemigo nos está haciendo añicos con su espada a corta distancia, con lo que es preciso una mecánica más inteligente en este sentido. Títulos como Nioh o, por supuesto, Dark Souls, hacen esto de manera absolutamente genial, y si queremos exigir, una IA más avanzada en los enemigos "corrientes" añadiría un nivel más de desafío, sin necesidad de aumentar la dificultad de forma manual.

Crafteo y mejora de armas

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Assassin's Creed Origins introdujo un nuevo sistema de equipamiento siguiendo la tónica de looteo que domina muchos juegos de la actualidad tales como Diablo III, Destiny o The Division, donde las armas y equipo se clasifican por rareza, y esta se distingue por los colores azul, morado y amarillo. Siendo este un modelo que está probado que funciona, aún hay algo que no termina de convencer, y es la manera de mejorar este equipo. Curiosamente, para ampliar la capacidad del carcaj o la armadura, sí era necesario recolectar materiales, pero a la hora de hacer nuestras armas más poderosas, es requisito imprescindible acercarse a un herrero y soltar una cantidad, en ocasiones muy importante, de oro. ¿Por qué no añadir también el crafteo a la mejora del arsenal?

Aún más elementos de RPG

Esto ya es evidente que será así, ya que desde el mismo estudio a cargo lo han asegurado: Assassin's Creed Odyssey será aún más rol que Origins. En aquel, se optó por abandonar la fórmula más cercana al sandbox para seguir una vertiente más cercana al RPG, algo más similar al excelente y ya mencionado The Witcher 3, y que posteriormente también adoptaría el no menos bueno Horizon: Zero Dawn. Sin embargo se cierne una duda al ver el extenso gameplay del E3, y es la magnitud de las consecuencias que tendrán nuestras opciones elegidas en las conversaciones. En el videojuego de CD Projekt estas son en ocasiones enormes e inesperadas, algo que el estudio polaco ha manejado con gran maestría, y que no es nada fácil en un título tan centrado en la narrativa. Esperemos que Ubisoft Montreal tenga la misma o parecida habilidad para manejar esta mecánica y pueda ofrecer no solo diferentes opciones conversacionales, sino consecuencias de peso en la trama o en el entorno que nos rodea.

Menos cantidad y más calidad de misiones

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Otro elemento donde se mejoró sustancialmente fue en el sistema de quests secundarias y el diseño del mapa, o al menos, cómo rellenarlo. La recolección de coleccionables insustanciales pasó a una serie de misiones con más fundamento y profundidad a nivel argumental, aunque no así jugable, ya que debido a la enorme cantidad de las mismas, las labores a realizar se repetían con demasiada insistencia: recuperar un caballo o carro robado, salvar a alguien de la amenaza de los cocodrilos o hipopótamos, etc... No es esta una labor fácil, algo que ni siquiera el juego de Geralt de Rivia -referente absoluto en el género, como podemos comprobar- supo solucionar, pero tal vez apostar por ofrecer menos misiones a cambio de mayor variedad sea una opción a tener en cuenta, aunque por el camino se sacrifiquen horas de duración.