Detrás de las cámaras: el verdadero realismo de Captain Spirit

Este artículo contiene detalles argumentales del título.

La llegada de Las increíbles aventuras de Captain Spirit gratis a consolas y PC es una visita casi obligada para aquellos que se sientan mínimamente atraídos por los trabajos de DontNod, una suerte de capítulo 0 de lo que será Life is Strange 2. Jugar a este título es recomendable desde el momento en que dura menos de hora y media, pero este aspecto es en verdad lo menos importante de todo, porque este prólogo esconde en el fondo una dosis de realidad que choca y se camufla con la realidad idílica, mágica, que circula en la mente del joven protagonista.

Y es que si hay algo donde acierta Captain Spirit es en la crudeza a la hora de representar el día a día de un niño cuya vida dista de ser perfecta. Al contrario que en anteriores ocasiones, aquí no tenemos momentos exagerados; todo lo que se presenta y cómo va sucediendo es perfectamente plausible en la vida real.

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El sonido que emana la soledad de un niño

Desde el padre que se altera viendo el partido de su equipo fetiche a la sed de alcohol que le provoca ver que la situación vital no es favorable, pasando por los juguetes tirados por el suelo de un chiquillo que sueña por las noches lo mismo que otros de su edad. Chris es especial, pero no es un alumno modelo: investigando por la habitación vemos que en sus calificaciones hay notables, suficientes, notas que rozan el suspenso… y un sobresaliente: en educación artística. Las ciencias plásticas son lo que mejor domina este muchacho que sueña despierto, un ejemplo más de que en la actualidad la educación falla al exprimir en demasía las destrezas memorísticas y meramente numéricas respecto a las cognitivas, sociales o de pensamiento crítico. Igual con las artísticas.

La frustración de Chris, lejos de ser especial, es conocida por muchos de los que esta semana hayan completado Captain Spirit. Independientemente de la edad o género, su vida es fácilmente comparable a otras. La empatía se produce de forma orgánica, sin forzarlo; y eso es una virtud por parte de DontNod.

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Una falsa doble realidad que cobra sentido

El estudio francés no ha tenido que recurrir a la lágrima fácil para emocionarnos, no ha caído siquiera en la violencia gratuita explícita para generar un nudo en la garganta: solo ha dejado que el propio jugador, a base de interactuar con lo que tenía a su alrededor bien fuera en la habitación, cocina o la casa del árbol, descubriese el qué, cómo, dónde, cuándo y por qué.

Esa doble realidad que comentábamos no solo se da en Chris, que se escuda en un mundo paralelo donde tiene poderes que lo alejan por momentos del sufrimiento, sino que se da también en su padre de una forma más racional. Fútbol, alcohol, pérdida de control, mal humor, falta de tacto a la hora de convivir con un niño que no tiene culpa de nada…

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Ninguno de los dos tiene control directo del conflicto, simplemente viven con él, lo sufren, lo aceptan. Lo asimilan. La diferencia está en cómo lo desarrolla cada uno: el adulto usa vías de las que luego pueda arrepentirse; el joven cae una y otra vez en su inocencia, en el convencimiento de que hay algo más a través de la ventana.

La magia, nunca mejor dicho, llega cuando al final nos damos cuenta de que esa realidad aparentemente idílica se funde en la racional y que todo cobra sentido. El dominio de ese don será la tarea vital de Chris, que como todo héroe deberá ser responsable y consecuente con los poderes que posee, aprovecharlos para enderezar su vida y la de los suyos de cara a una donde no haga falta recurrir a la magia para ser feliz.

El próximo 27 de septiembre podremos continuar dando la mano a Chris en Life is Strange 2.

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