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Tower of Time

Tower of Time

Tower of Time, Análisis

Una de esas joyas perdidas en los infinitos océanos que son el catálogo de Steam, Tower of Time nos presenta una experiencia en la que un excelente sistema de combate nos hará perder cientos de horas. Viajemos pues a las elevadas profundidades de la Torre del Tiempo.

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Hace unos años vivimos una resurgencia del CRPG (Computer Role Playing Game), que comenzó con los éxitos en Kickstarter de Divinity: Original Sin y Pillars of Eternity. Desde entonces parece que se han sucedido uno tras otro los éxitos en este género que durante años yació durmiente. Tanto así que el jugador medio tendrá más problemas administrando su tiempo para jugar a todos estos títulos, cada uno de ellos con decenas de horas de contenido. ¿Por qué, entonces, deberíamos prestar atención a Tower of Time?

La respuesta es que Tower of Time es distinto al resto de recientes incorporaciones al género. Este juego, que se trata del primer lanzamiento de la desarrolladora Event Horizon, se aleja de las convenciones del género para presentarnos un amalgamiento de ideas y mecánicas que lo acercan más a Diablo que a Divinity. La historia aquí pasa a un segundo plano para presentarnos una aventura a través de mazmorras casi infinitas donde el combate toma el protagonismo. Afortunadamente, dicho combate es rico en posibilidades, variado en los enfrentamientos que nos propone y puede ser el causante de la perdida de cientos de horas de nuestro tiempo. Todo esto lo hace con un mimo y una atención a los detalles más propia de una desarrolladora experimentada, con una interfaz clara y una presentación de lo más sólida.

 

Comienzos humildes

Tower of Time entra por los ojos. Con una breve secuencia animada y un excelente doblaje nos introduce al mundo del Artara, una nación llevada al borde del colapso por lo que sus habitantes denominan El Cataclismo. Este catastrófico evento cuyos orígenes aun se desconocen sumió al mundo en una oscuridad absoluta donde la hambruna y la miseria reinan sobre los supervivientes. Nuestro protagonista se haya en su aldea natal durante la destrucción, aldea donde misteriosamente aparecen unas gigantescas ruinas al disiparse la humareda de la explosión. Dominando dichas ruinas se haya la titular Torre del Tiempo, una colosal estructura cilíndrica que cuenta con la particularidad de estar completamente del revés, quizás una metáfora del mundo de Antara que ha experimentado un giro de ciento ochenta grados tras El Cataclismo.


Con la curiosidad característica de los niños e ignorando los negativos presentimientos que le transmite la estructura, nuestro protagonista se adentra en su interior seguro de ir a encontrar explicaciones de la reciente tragedia en su interior. Una gigantesca estatua le recibe y le notifica de que su llegada era esperada, unos trolls custodian la habitación central de este primera sala y en general dentro de la torre hay cosas de lo más extrañas. Tras recibir la aprobación de dichos trolls por no representar ninguna amenaza, nos dirigimos a un trono que preside esta gran sala. Inevitablemente nos sentamos en el mismo y una misteriosa voz nos anuncia que somos el elegido para una misión que desconocemos pero que nuestra hora aún no ha llegado.

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Años más tarde, nos hemos ganado el respeto de nuestro Rey en numerosas batallas, consiguiendo el respetable título  de Lord. Contamos con un pequeño número de hombres, pero más importantemente con la ayuda de Maeve y Kaene, los primeros miembros de nuestro grupo. Junto a ellos volvemos a nuestra aldea natal después de muchos años, dispuestos esta vez a encontrar las respuestas dentro de la Torre del Tiempo. El interior está ya carcomido por el tiempo, sus antaño lustrosas habitaciones ahora mostrando claras señales de decrepitud. Solo uno de los trolls ha sobrevivido y está vez nos desafía en combate.


Al llegar al trono nuestro protagonista vuelve a sentarse en él ansiosamente. Esta vez parece estar preparado y la voz que oyó hace tantos años le dice que su cometido es permanecer en esa habitación y liderar a su grupo gracias a unos nuevos poderes místicos que le permitirán infiltrarse simultáneamente en las mentes de sus aliados. Así, el juego justifica con su argumento la perspectiva isométrica e identifica a jugador y protagonista con una misma jugada. Desde entonces será raro que volvamos a vernos, pasando a jugar como los distintos aliados que encontraremos a lo largo de nuestras aventuras.

Bienvenido a la Torre. A pelear.

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Al contrario que otros juegos como Pillars of Eternity donde pasaremos la mayoría de nuestro tiempo leyendo y solo una pequeña fracción del mismo combatiendo, en Tower of Time la historia sirve como telón de fondo para lo que es uno de los mejores sistemas de combate del género. Esto puede decepcionar a quienes tratan a estos juegos como gigantescas novelas jugables, pero aquellos que disfruten del resto de elementos tienen aquí un juego en el que zambullirse durante infinidad de tardes. Esto no implica que no haya historia, pero los pequeños fragmentos de lore que vayamos encontrando son más pinceladas de historia sobre el mundo que los impresionantes murales de otros títulos.



Por ejemplo, poco después de empezar encontraremos un esqueleto con una nota a su mujer e hijos donde dice haber plantado una semilla por cada uno. A su lado, tres arboles representan su eterno amor por una familia a la que nunca volvería a ver. Se trata de pequeños detalles que dan la sensación de que la Torre tiene su propia historia, de que no eres el primero en deambular por sus eternos pasillos. Es cierto que hay un argumento principal que conoceremos principalmente a través de secuencias animadas, pero son estos pequeños bocados de lore los que demuestran el cariño puesto en crear este mundo. También los diálogos entre nuestros aliados revelarán detalles sobre el mundo en que vivimos, sus relaciones entre ellos e incluso sus relaciones con nosotros. Se trata en general de una historia que ofrece poco, pero de calidad.

El que se haya trabajado tanto en hacer de la Torre (auténtica protagonista del juego) un sitio que parezca real, aun con todos sus elementos fantásticos, es especialmente encomiable porque Event Horizon se lo podría haber ahorrado por completo. Tower of Time nos recuerda en su estructura jugable más a un juego de mazmorras como Diablo o Torchlight que a sus supuestos compañeros de género. A lo largo de la aventura recorreremos los numerosos pisos de la Torre, enfrentándonos a decenas de enemigos diferentes en el proceso con la ayuda de nuestros muchos aliados. Si estáis familiarizados con la saga de Blizzard sabréis más o menos como irá esto, andaremos durante un rato explorando nuestros entornos y quizás resolviendo puzles sencillos, pero la gran mayoría del tiempo lo pasaremos en el modo de combate.

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Combatiendo a la horda

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Como si de un JRPG se tratase, nuestros enemigos aparecen en el mapa jugable, pero al acercarnos a ellos la acción se trasladará a una de docenas de distintas zonas de combate distintas. Antes de cada combate, el juego nos informará de la composición de nuestros enemigos, el número de ellos que podemos esperar y nuestras posibilidades de salir victoriosos, a la vez que nos da la opción de poner pies en polvorosa y retirarnos del combate.  En ocasiones no se nos permitirá esta cortesía y seremos emboscados sin posibilidad de huida, pero estos son casos excepcionales y para nada lo habitual.



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Una vez entremos en combate quizás nos sorprenda que, al contrario que otros juegos del género, no hay un número predefinido de oponentes a los que derrotar sino que nos enfrentaremos a oleadas de los mismos. Una barra en la parte superior de la pantalla se irá llenando para indicar nuestro progreso en combate y los enemigos tienen sitios predeterminados por donde pueden aparecer. Cada combate se convierte así en una larga sucesión de enemigos que en un principio no ofrecerán un gran desafío pero a medida que avancemos y sus números vayan creciendo y su variedad sea cada vez mayor cada combate se convertirá en un gigantesco puzle que desentrañar.

Afortunadamente contamos con numerosas herramientas que nos ayudarán a conseguir la ansiada victoria. La primera y más importante es la posibilidad de pausar o ralentizar el tiempo. En el momento del lanzamiento del título la ralentización era la única opción disponible, pero tras las súplicas de usuarios y críticos Event Horizon nos permitió la posibilidad de pausar el combate en una actualización posterior. Y se agradece, pues el combate llega a niveles extremadamente caóticos durante las fases posteriores del juego, donde cada segundo para planear que hacer es necesario e imprescindible.

El combate en sí es muy parecido a lo que el género nos tiene acostumbrados. Contamos con un grupo de hasta cuatro aliados a los que deberemos controlar simultáneamente. Por supuesto, sus habilidades cuentan con sinergias que deberemos explotar si queremos doblegar a las hordas. Las clases se adhieren a los arquetipos tradicionales, pero se nos da la posibilidad de customizarlas a nuestro antojo. Así, podremos hacer que nuestro tanque sea el tradicional cacho de carne cuyo único cometido es llamar distraer a los enemigos con su viril cuerpo o quizás prefiramos que se trate de un gran líder capaz de ayudar a sus aliados en combate y potenciar sus habilidades con gritos guerreros.



Mecánicamente el juego comienza de manera muy sencilla, poseyendo una curva de aprendizaje con picos severos, pero en general bastante bien llevada. Durante los primeros combates nuestros enemigos serán zombies incapaces de sorprendernos, cuyos predecibles movimientos y ataques nos servirán para familiarizarnos con las mecánicas más básicas. Cada personaje cuenta con dos posiciones de combate, una en la que mantendrán su posición luchando con los enemigos que se acerquen y otra en la que atacarán a cualquier enemigo durante el trayecto marcado. Además, los enemigos contarán con un marcador de amenaza que cada uno de nuestros personajes podrá rellenar. Cuando uno de nuestros aliados daña sucesivamente a los enemigos estos tratarán de acabar con él.

Asimismo cada uno de nuestros personajes contará con  tres habilidades además de su ataque básico. Dichas habilidades pueden ser más simples como lanzar una bola de fuego o disparar un puñado de flechas de golpe, pero también las hay más complejas, capaces de alterar la posición de nuestros aliados e incluso el entorno de juego. Uno de nuestros primeros aliados, por ejemplo, es capaz de crear un muro en sus proximidades, atrapando así a enemigos para su fácil aniquilación o impidiendo que estos ataquen a nuestros aliados más débiles. La libertad al dibujar este muro es total, hasta el punto de que lo dibujaremos literalmente con el ratón. No hay casillas predeterminadas donde crearlo, somos completamente libres y esto ocurre con varias habilidades a lo largo del juego.



Nuestros enemigos también obtendrán sus propias habilidades a lo largo del juego, pudiendo invocar aliados, crear torbellinos, atraer a nuestros personajes hacia sus poderosos golpes, etc. La variedad de enemigos es impresionante hasta para un juego en el que prima el combate y de conocer sus habilidades, patrones de movimiento y no subestimarlos dependerá nuestro éxito en Tower of Time. Visualmente también irán pasando de ser enemigos más tradicionales como zombies o liches hasta convertirse en criaturas verdaderamente espeluznantes.

Prepara a tu equipo

Pero todo esto es solo la lucha. Entre combate y combate podremos modificar a nuestro equipo y su armamento de infinidad de maneras, habiendo una extraordinaria selección de atributos, habilidades y equipamiento con los que trastear hasta conseguir a nuestro equipo perfecto. Las habilidades previamente mencionadas, por ejemplo, cuentan con dos variedades para cada una que alteran tremendamente los efectos de las mismas, pudiendo hacer por ejemplo que una carga contra nuestros enemigos sea más poderosa o pueda ser usada más frecuentemente. Este simple ejemplo pone en evidencia el excelente diseño de Tower of Time en este respecto, pudiendo escoger entre tener una habilidad capaz de pulverizar a un grupo de enemigos o una que le de movilidad adicional a un personaje que suele ser más bien tosco y lento.

También nuestro equipamiento puede ser modificado, tratándose de un sistema tradicional en el que cada objeto tiene decenas posibles de atributos que determinarán su efectividad en el combate. No solo eso, sino que contaremos con un sistema de forja de objetos y otro con el que imbuirlos de efectos especiales que están muy logrados en su ejecución, permitiéndonos configurar cualquier objeto para casi cualquier propósito. En general, el sistema de inventario es tradicional pero, como casi todo en Tower of Time, se nota que se ha puesto una gran cantidad de tiempo detrás de hacer un sistema equilibrado, flexible y más que capaz.

 

Finalmente y para terminar de discutir el aspecto jugable del juego, Tower of Time cuenta con una ciudad muy reminiscente de la aldea de Darkest Dungeon. Aquí podremos entrenar a nuestros soldados, mejorar aun más nuestro equipamiento o simplemente comprobar nuestro progreso en el juego a medida que vamos desbloqueando nuevos edificios y estructuras. Se trata de otra faceta de este título que hace que tenga más capas que una cebolla o incluso un ogro.

Visualmente Tower of Time no es nada espectacular, pero dado el pequeño tamaño de Event Horizon se puede decir que cumple con lo que se podría esperar del juego. La Torre cuenta con la suficiente variedad final para que explorar sus interminables confines no se haga aburrido. Cada piso es ligeramente distinto desde un punto artístico y, aunque nunca impresiona, tampoco decepciona. Lo que sí que hay es una gran cantidad de detalle en todos los entornos, siempre hay algo captando nuestra atención ya sea un antiguo escudo o una polvorienta estantería. A medida que descendemos (¿o ascendemos?) por la Torre su diseño visual se va volviendo cada vez más extravagante, simulando quizás nuestro descenso hacia la locura.



En lo que respecta al audio, se ha hecho una buena labor con una banda sonora orquestada cuyos temas son más que pegadizos y un buen diseño de sonidos. Quizás algunos enemigos no suenan como esperásemos, pero no es nada que tiña la buena calidad del producto. Las voces, que apenas aparecen y lo suelen hacer durante los momentos más importantes, son mejores de lo que cabría esperar de un título con esta magnitud.

Cabe advertir que, a día de hoy, el juego no se haya disponible en nuestro idioma, ni en su doblaje ni sus textos. Dado que la historia no es tan relevante como en otros juegos del género esto quizás no sea importante para el usuario medio, pero nos sentimos obligados a dar el aviso al respecto. Desde el lanzamiento del título se han añadido ya varios idiomas así que no descartamos que desde Event Horizon nos den una sorpresa en el futuro.