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Destiny 2 - Expansión II: El Estratega

Destiny 2 - Expansión II: El Estratega

  • PlataformaPC6PS46XBO6
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorBungie
  • Lanzamiento08/05/2018
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorActivision

Destiny 2: El Estratega, análisis

Cinco meses después de que Osiris pusiera patas arriba la estepa de Mercurio, volvemos a la órbita de Destiny 2 con su segunda expansión de contenido: El Estratega. Una vieja amenaza despertará para acabar con el núcleo de Rasputín, una de las máquinas inteligentes más brillantes de la Edad de Oro. Nuevas misiones, asaltos y zonas nos esperan en el planeta rojo.

Destiny 2 se encuentra en una situación delicada respecto al replanteamiento que la comunidad esperaba por parte de Bungie. El pasado mes de diciembre recibimos con los brazos abiertos la primera de las dos expansiones previstas en su pase de temporada, La Maldición de Osiris, la cual nos introducía en un viaje junto al hechicero más famoso del universo en vistas de revelar los secretos del bosque infinito. Tal y como os contamos en su día, el contenido que añadía era paupérrimo y muy lejos de lo que sus usuarios merecían.

Salvo el cubil de Leviatán (el único aspecto que realmente era salvable), su base de usuarios se sintió decepcionada ante la oferta post-lanzamiento que desde Bellevue trazaba. Al contrario de lo que pensábamos en un primer momento, el estudio ha seguido, a grandes rasgos, un camino similar al que tomaron en el original: dos cápsulas de contenido leves que sirven como anticipo para la gran expansión. Ciertamente no es la mejor decisión posible si tenemos en cuenta la división que realiza entre aquellos poseedores del contenido y los que no. Sin embargo, aquí nos encontramos ante El Estratega, segundo contenido adicional previsto para Destiny 2.

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Rasputín despierta en Marte

Nada más abrir nuestra carta estelar, divisaremos la presencia de un nuevo planeta entre los seleccionables. En esta ocasión la elegida ha sido Marte, quien ya tuvo un papel protagonista en la entrega original y que vuelve para dejarnos explorar un inédito trozo de sus confines. Al parecer, las fuerzas Cabal que han sobrevivido al combate frente a la Torre, están recopilando los satélites caídos en la estepa del planeta rojo tras la derrota de Ghaul. Este suceso no pasa inadvertido para nuestro guardián, quien acude raudo y veloz para acabar con los intereses enemigos. Entre tanto, una señal de auxilio asalta el intercomunicador: una guardiana desconocida pide ayuda para acabar con las hordas que la asaltan. Acudiremos en su rescate.

Los primeros compases de El Estratega sirven como presentación de lo que está por venir. La guardiana, llamada Ana Bray, será la encargada de llevar la mayor carga narrativa del arco argumental. Pese a que en un primer momento desconoceremos sus motivaciones, poco a poco descubriremos que forma parte de una estirpe de grandes científicos responsables de la creación de Rasputín. La máquina inteligente ha estado cubierta de misterio durante todos estos años. Siempre se ha tenido la certeza de que simplemente se trataba de una de las armas más poderosas de la humanidad, pero aquí tendremos la oportunidad de conocer hasta qué punto puede llegar de despertarse.

Ana no solo busca conocer los entresijos de su árbol genealógico; ansía comprender la complejidad de la que goza Rasputín, y por ello se suele definir como “su guardiana”. Por primera vez en la franquicia, seremos espectadores del núcleo central de la máquina, localizada en las instalaciones de Clavis Bray, la “cuna de la invención” durante la Edad Dorada. Sin embargo, la Colmena que habita en las profundas cavernas de Marte, se ve atraída por el gran flujo de energía que envuelve a la central, despertando, así, una gran amenaza que pondrá en jaque a la Vanguardia y al propio Rasputín.

De esta forma comienza El Estratega. Durante las cerca de dos horas que dura el arco argumental, seremos testigos de primera mano de la eclosión de una nueva variante de la Colmena. En lo jugable, añade algunas variaciones a los mismos arquetipos de siempre. Por ejemplo, los caballeros básicos portarán un escudo de mano que podrá ser destruido si insuflamos suficiente daño en él. O los Adheridos, acólitos que prefieren guardar distancias lejanas ante el uso de sus rifles de francotirador. Sin olvidarnos en la apuesta por nuevo armamento en forma de ballestas, fusiles de pulsos, etcétera. Aunque a grandes rasgos se combatan de la misma manera, se agradece la apuesta por este pequeño toque de novedoso.

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La sucesión de los eventos en términos narrativos sigue siendo un auténtico caos. Tenemos la sensación de que la compañía quiere contar demasiadas cosas en tan poco margen de tiempo. Las intervenciones de Ana Bray, sobre todo al ser un personaje envuelto en multitud de preguntas, aportan matices la mar de interesantes a su propio trasfondo y al de Rasputín. Al principio apunta a maneras todo lo relacionado con las instalaciones de su familia. Al fin y al cabo estamos en uno de los principales epicentros científicos durante la Edad de Oro, algo debe de haber ahí donde podamos rascar. Craso error, y es que a medida que profundizamos en la aventura, todo se diluye hasta alcanzar un final, como poco, anticlimático.

Es una auténtica pena que vivamos este quiero y no puedo por segunda vez consecutiva. El potencial de su universo es grandísimo para ofrecernos tramas bien estructuradas y coherentes. Lo que nos encontramos en El Estratega son destellos de una historia que, de hacerlo sin prisa y siendo consciente de lo que tienen entre manos, puede ofrecer calidad a raudales. Está claro que “el destino” del universo no puede decidirse en dos horas, y muchos menos en poco más de cinco misiones.

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La estructura de niveles sigue el mismo diseño al que nos tienen acostumbrados en anteriores trabajos. Inicio, nudo con enemigos masilla y sección final sin poder regenerar, en el que hay que hacer frente a un pequeño minijuego o enemigo especial. Por sorpresa, algunas de esos combates finales nos han puesto contra las cuerdas. Aunque el objetivo sea tan simple como acabar con alguien, el control y comportamiento del armamento está tan medido que es difícil resistirse a disfrutarlo. Incluidas las apariciones de la Valquiria, una jabalina especial de gran capacidad de destrucción que nos regalará Rasputín en algunos momentos delicados.

Amenaza abatida

Una vez demos por finalizada nuestra incursión por la historia de El Estratega, tendremos un pequeño surtido de contenido enfocado principalmente al endgame. Las misiones principales no abusan del reciclaje de entornos salvo una visita, de nuevo, a la Tierra. La odiosa repetición de contenido ya vivido la encontraremos en este aspecto, y es que los dos asaltos que incluye están extraídos del viaje que acabamos de terminar. Al igual que ocurriera en La Maldición de Osiris, los asaltos sufren diminutas variantes en la disposición del nivel para pasar como “nuevos añadidos”.

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A partir de este punto hay que tener en cuenta que, ante todo, esta sección que viene a continuación está pensada para aquellos jugadores que quieran pasar una larga cantidad de horas en él. El grindeo aumenta muchísimo en comparación con otras etapas de Destiny 2. Si bien esos cinco niveles extra los conseguiremos durante el progreso natural (hasta alcanzar 30), el máximo de luz pasará a 385, dejando un margen muy amplio entre el contenido “fácil” y los que están pensados principalmente para los usuarios acérrimos del juego.

Al menos, todavía existen algunos aspectos que esa masa de jugadores pueden disfrutar. Marte tiene un tamaño parecido al de Ío en la práctica, teniendo más presencia los sectores subterráneos respecto a la superficie. En todo el mapa contaremos con algunas actividades secundarias que aumentarán la vida útil de la expansión. Es el caso de los Protocolos de Escalada, una columna de energía que, al activarla, comenzará un evento donde deberemos acabar con varias oleadas de la Colmena. Sus fuerzas alcanzarán prácticamente los mayores picos de luz, por lo que enfrentarse a ellos no resultará nada sencillo. Completarlas nos reportará, además de engramas, fichas de Marte, canjeables en Ana Bray para la obtención de nuevo equipamiento temático.

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Una de las facetas más interesantes recala en el nuevo cubil de Leviatán. El Emperador nos dejará su regalo para que lo recojamos en uno de los campos exteriores de su palacio flotante. Tras acabar un puzle que se nos antoja más sencillo de la cuenta, dará comienzo un combate épico entre Val Ca’Uor, un Cabal gigante protegido por un escudo, y nosotros, los guardianes. Básicamente el enfrentamiento consiste en repetir la misma mecánica que al inicio pero con pequeñas variaciones entre nuestros compañeros. Lo cierto es que se encuentra por debajo del resto de experiencias dentro de la incursión. Al fin y al cabo nos encontraremos en un recinto (casi) cerrado, intentando sobrevivir contra legiones de enemigos esponja. En apenas veinte minutos podremos terminarla sin complicaciones.

6

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.