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Moonlighter

Moonlighter

  • PlataformaPC8.2XBO8PS48NSW8.2IPHIPD
  • GéneroAcción, RPG
  • DesarrolladorDigital Sun
  • Lanzamiento29/05/2018 (PC, XBO, PS4)05/11/2018 (NSW)19/11/2020 (IPH, IPD)
  • TextoEspañol
  • Editor11 Bit Studios

Moonlighter, Análisis

El videojuego que mezcla elementos de un action rpg, mecánica rogue lite y gestión de recursos ya está disponible en la mayoría de sus plataformas. La versión para Switch tardará un poquito más pero mientras tanto ya hemos podido probar su versión para PC. Os contamos cómo es Moonlighter a continuación.

Que éste 2018 está siendo especialmente interesante en la industria española es un dato que a más de uno no sorprenderá. Llevamos ya unos cuantos de gran calado en apenas cinco meses y se espera una tónica similar en los venideros. En esta ocasión hemos podido echarle el guante a Moonlighter de Digital Sun Games, el estudio valenciano que firma esta obra a caballo entre juego de gestión y rpg.

Y es que Moonlighter entra por los ojos nada más verlo. Desde su apartado artístico, pasando por las cuidadas animaciones o la mezcla de géneros que trae en su interior, Moonlighter llega dispuesto a consumir vuestras horas de ocio sin casi daros cuenta. ¿Queréis zurrar enemigos? Adentráos en las mazmorras a cualquier hora del día. ¿Queréis socializar con los habitantes y mejorar el pueblo? Haced de tenderos y ayudad a que la villa prospere gracias a vuestro negocio.

Dos géneros en un mismo juego

Digital Sun Games ha sabido conjugar ambas opciones de forma magistral, sobre todo porque en el segundo aspecto va más allá de posar nuestros objetos en una estantería, fijar su precio y esperar que alguien lo compre. Los chavales han adornado esta faceta del juego de una manera que la acerca a la dura realidad de un comercio de barrio donde la oferta y demanda influye en el precio final de los productos. Pero antes de desgranar un poco más esta y otras características vamos a ver qué es Moonlighter y cómo se juega.

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Moonlighter como hemos comentado antes es un videojuego que aúna el género rpg con el de gestión, ambos servidos de forma liviana pero profundos a su manera. La historia nos cuenta la debacle de un chaval residente en Rynoka obsesionado con las mazmorras que rodean al pueblo. Llenas de riquezas pero también de enemigos sedientos de sangre, los lugareños dejaron de frecuentarlas porque no demasiados salían con vida. Sin embargo un misterio rodea a la quinta de las mazmorras, sellada y de la que poco se conoce. ¿Ocultará un gran tesoro? ¿Por qué está cerrada? ¿Cómo se accede a ella? Para desentrañar ese halo de misterio que rodea a esa última estancia Will deberá prepararse concienzudamente superando las cuatro anteriores y elevando el nivel de riqueza de Moonlighter.

Y aquí es donde reside la auténtica chicha del videojuego. La mecánica de ensayo y error es un ejercicio constante en la obra del estudio valenciano. Exploramos parte de una mazmorra, volvemos a casa -no sin invertir una buena cantidad de monedas en la teleportación-, ponemos durante el día a la venta los objetos que hemos encontrado, mejoramos nuestro equipamiento, lo encantamos y de vuelta a la mazmorra. Un suma y sigue constante que obliga al jugador a reinventarse en cada paseo a la oscuridad y lo mejor es que no llega a aburrir gracias al sistema de gestión de nuestra tienda, divertido y adictivo como pocos. Esta es, en resumidas cuentas, la mecánica de juego de Moonlighter.

No obstante hay mucho más por contar. Durante la aventura quizás quieras vender todo lo que encuentres durante tu travesía a una de las cuevas y así amasar dinero con el que mejorar tu equipamiento pero esto crea rápidamente dudas existenciales sobre qué vender o qué guardar. Muchos de los objetos que encontramos al derrotar enemigos son necesarios para mejorar nuestro equipamiento que, al combinarse con otros, mejoran las cualidades de la pieza. Aquí es donde comprobamos que para mejorar -o crear- una de las cinco variedades de armas disponibles debemos fijarnos detenidamente si ese objeto que vale un gritón de monedas de oro nos será imprescindible o si a la hora de añadir un encantamiento necesitaremos cierto tipo de ítem. Al final de la jornada en nuestro inventario -limitado- solo quedará los objetos que por el momento no nos sirven y veremos cómo de haber tenido un buen puñado de monedas en los bolsillos habremos acabado obteniendo menos dinero del que nos hubiera gustado en pos de avanzar en la aventura. Un pez que se muerde la cola excelentemente balanceado que no entorpece el avance ni lo dificulta.

También hay que tener en cuenta la demanda de los objetos pues no siempre serán de utilidad para los ciudadanos de Moonlighter y habrá que rebajar el precio de los mismos o aumentarlos en caso de que haya demanda. Junto a esta mecánica se añade también que no conocemos, desde el primer momento, el precio de los objetos que pongamos a la venta así que habrá que tirar de imaginación a la hora de valorarlos y eso provocará que el comprador vea en el precio del objeto un chollo -y lo compre gustosamente-, una estafa o un precio razonable. Una vez descubierto qué precio va acorde con el producto, nuestra fiel libreta-diario anotará la cantidad de monedas que la gente está dispuesta a pagar por el objeto. ¡Y ojo a algunos residentes!, algunos no dudarán en levantarnos un producto de la estantería por la patilla si no estamos atentos.

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Con el dinero obtenido con las ventas obtenidas en nuestra tienda podemos mejorar la susodicha, añadir bonificadores de ganancia de dinero, añadir cestas donde ofrecer productos con descuento o mejorar nuestro baúl-banco entre otras múltiples opciones. Por otra parte el dinero puede ser utilizado para añadir nuevas tiendas de apoyo a Rynoka como las ya citadas herrerías o puesto de encantamiento, básicas para superar el juego. Por ejemplo, en el Sombrero de Madera además de hechizar nuestras herramientas de combate es posible crear pociones para recuperar salud y otros brebajes con utilidades diferentes.

Todo esto y alguna que otra sorpresa en lo referente a la temática de gestión del juego. La parte activa es aquella en la que nos adentramos en las mazmorras, superamos puzles, encontramos artefactos con habilidades únicas y derrotamos a los jefes -con mecánicas muy curradas-. Como ya hemos comentado, hay cinco de estas y ya os adelantamos que fáciles, lo que se dice fáciles, no son. Buena parte de ello se debe a que el videojuego requiere que dediquemos horas a la tienda que Will regenta para equiparnos lo mejor posible pero también porque los enemigos son duros de pelar y la mayoría de veces nos atacan en manada. Las habilidades de los mismos son también muy variadas y muchas de ellas bastante puñeteras, capaces de mermar nuestra barra de vida de un plumazo. Por si fuera poco de nada sirve aprenderse cada recoveco de estas grutas pues una vez salgamos de ellas -o muramos- cambiarán completamente. Exacto, las mazmorras son generadas de forma procedimental e incluso durante la aventura nos explican el por qué de dicha característica. Son variadas, con bastantes tipos de enemigos y esconden multitud de sorpresas. Un detalle que nos ha encantado es que los objetos que encontramos dentro de ellas pueden tener características tales como que no revelan su identidad hasta que salgamos fuera de la mazmorra o que pueden destruir un objeto contiguo al volver a nuestra morada. Esto unido a que tenemos un inventario bastante limitado da mucho juego y genera una sensación de estrés que nos obliga a volver rápidamente a casa nada más llenemos nuestro petate de objetos útiles.

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El combate al estilo action rpg se puede llevar a cabo mediante una amplia variedad de armas, todas actualizables en potencia, y tanto el combate como todo nuestro periplo por Moonlighter se nos presenta en un plano semi cenital, o lo que es lo mismo, como un rpg de la vieja escuela. Para resolver según qué circunstancias el videojuego tiene un botón con el que alternar entre las dos armas que podemos equipar así como un botón dedicado exclusivamente al objeto que llevemos equipado en ese momento. Otros dos estarán destinados al bloqueo y al uso de pociones, es decir, un acceso directo a las mismas.

Rynoka, un pueblo lleno de vida

Si hay algo que llama la atención de Moonlighter es, como hemos comentado al inicio de este análisis, su aspecto gráfico. Una estética retro hiper vitaminada con especial mimo hacia los detalles. Realmente la villa rezuma vida por todos sus poros a pesar de ser comedida en tamaño. Reflejos en el agua, sombras, luces, briznas de hierba flotando, animales salvajes, árboles moviéndose, una interfaz sencilla y bien ideada. Moonlighter gana muchos puntos ya no solo por la parte jugable si no por el cariño que respira cada píxel iluminado de nuestra pantalla. Las mazmorras no son quizás variadas en diseño pero sí cuenta con algunas realmente sorprendentes más allá de las típicas cuevas grisáceas y tétricas a la que estamos acostumbrados en estos títulos semi-roguelikes.

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La banda sonora a cargo de David Fenn es majestuosa y cargada de notas emotivas. Este británico fue también el autor del catálogo musical de Titan Souls y como en aquél título, en Moonlighter el compositor ha creado temas que tocan diversos géneros pero que funcionan perfectamente con lo que ocurre en pantalla. Mención especial a una melodía que nos acompañará durante bastantes horas como es la del poblado de Rynoka.

8.2

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.