State of Mind, impresiones en exclusiva
Lo nuevo de Daedalic es State of Mind, una aventura narrativa con tintes de thriller y ambientación ciberpunk. MeriStation se ha acercado a las oficinas de Avance Disco para probar el juego en exclusiva durante toda una mañana.
State of Mind, impresiones en exclusivaEl ser humano mira al futuroconstantemente, trata de imaginarlo, de adivinar cuáles van a ser las tendenciasdel mañana. ¿De qué forma evolucionará la tecnología? ¿Y la arquitectura?¿Hasta qué punto cambiarán los valores morales? A pesar de que todas estascuestiones tienen difícil respuesta, el arte ha intentado representar visionesdiferentes. Si la película Regreso al Futuro dibujaba unos dos mil de estéticaochentera, Blade Runner retrataba una sociedad decadente de seres artificiales,suciedad y corrupción. La ficción tiende a exagerar y a mostrar mundosimposibles, pero quién sabe, tal vez uno de ellos se acerque a la realidadalgún día.La atmósfera de la habitación esalgo fría. Un piano descansa sobre la tarima mientras el robot de limpieza sepasea de aquí para allá, absorbiendo el polvo y las impurezas del suelo. Laestancia está decorada con cuadros que al acercarse cobran vida, se expandencomo hologramas tridimensionales. Al fondo, el enorme ventanal ofrece unapanorámica que impresiona: la lluvia cae incesante sobre los altos edificiosmetalizados, que en la oscuridad de la noche permanecen iluminados de maneratenue. Constriñendo la mirada, a lo lejos, se vislumbra cómo un tranvía traqueteasobre los raíles, casi más cerca del cielo que del suelo.El mundo que describimos es el deState of Mind, la nueva obra de los creadores de la saga Deponia, el estudioalemán Daedalic Entertainment. Se trata de una aventura narrativa ambientada enun mundo ciberpunk que recuerda al de Blade Runner, al menos en su concepciónestética. Los personajes son low poly, todo lo contrario que los escenarios,que se han diseñado de forma más realista. Imperan los colores oscuros y grisesy los materiales metálicos, algo que transmite a la perfección la frialdad delambiente y de la sociedad. En contraste, las luces de los rascacielos y de losestablecimientos rutilan, lo que no significa que se palíe el sentimiento de apatíaen el que nos sumergimos junto a los protagonistas y demás personajes quepueblan la ciudad. En cuanto al apartado técnico, cabe destacar que probamos una versión alfa, de modo que todavía queda margen de mejora. Tal vez sería recomendable una opción para desactivar el efecto blur, pues en ciertos puntos da sensación de mareo. A pesar de que el juego no era final, la traducción al español ya está implementada, así que no habrá ninguna barrera idiomática para los que no dominen la lengua de Shakespeare.La historia tiene lugar enBerlín, en el año 2048. Aunque solo han pasado unas décadas desde la eracontemporánea, las ciudades han mutado hasta el extremo de que la capitalalemana ya no es reconocible. La polución contamina el medio ambiente, elcrimen campa a sus anchas y los recursos naturales están agotándose conceleridad. Al mismo tiempo, los gobiernos y las compañías prometen mejoras enlas condiciones de vida y se valen de la tecnología para apoyar sus líneas derazonamiento. Esa misma evolución ha permitido que los androides sustituyan alas personas en los puestos de trabajo públicos. El argumento arranca con unaccidente del que apenas tenemos conocimiento. Richard Nolan, veteranoperiodista, pierde la memoria y se despierta en el hospital. El hilo conductorse desarrolla de la mano del personaje, que sabe casi tan poco como el jugador.En esos primeros compases de aventura, el doctor formula las preguntas que nospermiten trazar las primeras pinceladas de la vida del protagonista, que se esfuerza y se estruja el cerebro para rememorar. El médico llega a la conclusión de que la amnesia es temporal, de modo que los recuerdos regresarán de forma paulatina.Richard es un personaje amargadoy maleducado, algo que se refleja a la perfección en la relación que mantienecon el robot familiar. Se dirige a él de forma despectiva, siempre con malaspalabras y vehemencia. Sin embargo, detrás de esa actitud se esconden algunosproblemas familiares y la actitud crítica hacia el modo en el que se ha desarrolladoel mundo, tan dependiente de la tecnología.Daedalic, que recientementepublicó la adaptación de Los Pilares de la Tierra, es un equipo experto enaventuras gráficas point and click.Sin embargo, en sus últimos juegos ha experimentado con mecánicas más propiasde las aventuras puramente narrativas. Si bien en el caso del título basado enla novela de Ken Follett se mantenían las bases del género clásico, lasmecánicas de State of Mind viran hacia un estilo Telltale, por llamarlo dealguna manera, aunque la interacción con los escenarios no está tan encorsetadacomo en los últimos videojuegos de la desarrolladora californiana. El jugador tiene la opción de toquetear muchos elementos del entorno, a veces para desentrañar partes de la historia, otras simplemente para recibir información adicional sobre el mundo. Los diálogos, por su parte, abren diferentes puertas gracias a pequeñas elecciones. De momento, no estamos en situación de analizar si las diversas opciones afectan a la diégeses o de si, por el contrario, todas ellas confluyen en la misma dirección.El estudio alemán haimplementado algún que otro puzle sencillo. Por ejemplo, en un momento de lahistoria, Richard consigue desencriptar un archivo y trata de descubrir a lapersona que ha estado merodeando por su casa. Para ello, el jugador debe manipular imágeneshasta formar el cuadro correcto. En otra ocasión, el personaje bucea entre ladocumentación en busca de las pistas que le permitan seguir avanzando en suinvestigación. El objetivo es extraer la información correcta eligiendo losdocumentos válidos. Resulta igualmente cierto que el puzle se resuelve conextrema facilidad, puesto que Richard expresa sus opiniones al leer losartículos y alerta al usuario sobre la pesquisa adecuada.El inventario no es como el delas aventuras gráficas clásicas. Por lo que hemos visto, no se llena de objetosque debamos combinar o utilizar en un momento concreto, sino que lo empleamos para comunicarnos con otros personajes o para repasar información. Lospersonajes tienen a su disposición un teléfono holográfico mediante el cual puedencharlar con otros individuos, incluidos los robots. Llama la atención que hasta en ese mundo tan tecnológicamente avanzado, las llamadas en espera continúan estando a la orden del día. Los misterios de este Berlínfuturista los descubrimos junto a sus personajes. En total cinco protagonistas jugables, aunque durante las horas que estuvimos frente a la pantalla, solo nosdio tiempo a controlar a Richard y a Adam. Este último mantiene una actitudopuesta con respecto a la del huraño periodista. A pesar de que ambos sonpadres de familia, la relación de Adam con su mujer e hijo es muy cercana. Elpunto de unión entre los dos protagonistas es que han sido víctimas delaccidente, un accidente que todavía no se ha revelado cómo fue. A simple visto,el vástago de Adam no parece tener ninguna secuela física o psicológica, pero acudea revisiones a petición del médico. Le dice que no hay de qué preocuparse, aunquele insiste en que continúe acudiendo a las revisiones. A medida que la historia atacabos, adquiere toques de thriller. En Berlín no todo es lo que parece, ycuando los protagonistas meten las narices en asuntos turbios, lasconspiraciones quedan al descubierto. Agosto será el mes en el que descubramostodo lo que se esconde tras esta mezcla entre utopía y distopía. ¿Ganarán los poderes corruptos y su podrido orden social o lo harán Richard y los demás desencantados?

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State of Mind es una aventura en forma de thriller futurista que se adentra en el transhumanismo. El juego explora temas de separación, descoyuntura y reunificación en un mundo dividido entre una realidad material distópica y un futuro virtual utópico. A cargo de Daedalic Entertainment para PC, PlayStation 4, Xbox One y Switch.