Days Gone, el regreso a la élite de Bend Studio
La gran oportunidad de Bend
Hora de recuperar un estudio de gran prestigio en el pasado
Sony está apostando fuerte por los exclusivos de PS4 en la que seguramente sea ya la etapa final en su ciclo de vida útil, otorgando la posibilidad a muchos de sus estudios first party de crear nuevas IP en lugar de continuar con las licencias que ya no tienen el tirón de antaño. Fue el caso de los holandeses de Guerrilla Games (Horizon: Zero Dawn), y lo será de Sucker Punch (Ghost of Tsushima) y el caso que nos ocupa: Bend Studio y su Days Gone. Este estudio afincado en el estado de Oregon, al noroeste de Estados Unidos, es de sobra conocido por lo veteranos por ser los creadores de Syphon Filter, franquicia con la que se lleva tiempo rumoreando con un posible regreso, pero que parece ser desterrado tras el anuncio de este nuevo título.
30 horas como mínimo para terminar la historia de Days Gone
Syphon Filter fue una de las propiedades intelectuales más populares de la primera consola de Sony, cuya primera entrega llegaría en 1999 cuando el estudio se hacía llamar Eidetic, y en cuyo desarrollo ya participaron los directores de Days Gone, John Garvin y Jeff Ross, ocupando los roles de diseñadores. Ahora hablamos de third person shooter y se nos vienen a la cabeza títulos como Gears of War o Max Payne, pero seguramente fue este el que elevó el género a la popularidad que aún hoy conserva, ya que a pesar de presentar una trama con el espionaje como epicentro, su protagonista, Gabe Logan, está más cerca de ser un héroe de acción que alguien que guste de pasar desapercibido como Solid Snake o Sam Fisher. Un gran arsenal, una jugabilidad frenética, buena duración, y hay que insistir, una fórmula que entonces no se destilaba demasiado sirvió a esta franquicia para conseguir otras dos entregas principales, lanzadas en los años 2000 y 2001 con idéntico éxito. Lamentablemente, el futuro que le esperaba no era tan halagüeño.
Y es que la generación de los 128 bits, comandada con autoridad por PlayStation 2, no fue precisamente propicia para la marca Syphon Filter. El estreno fue malo, con un The Omega Strain que supuso el punto más bajo de la franquicia para una crítica que le otorgó un pobre 65 en Metacritic, y una suerte similar correría Logan's Shadow, pero aún hubo un reducto de calidad inesperado. Este fue ni más ni menos que Dark Mirror, una entrega lanzada en 2006 para la adorada portátil PSP, que como sabemos corrió una suerte muy diferente de PS Vita y recibió muchas de las licencias de más prestigio de Sony. Por desgracia, ni la base de consolas era enorme -a pesar de lo dicho- ni la fama de Syphon Filter era la de antaño, con lo que podríamos hablar de una de esos juegos que paso desapercibido en la pequeña consola aún con su calidad, gracias a un control sobresaliente y un apartado técnico sorprendente. Por todo ello, a partir de ahí, y dejando aparte Resistance Retribution -un juego notable también para PSP, en 2009- llegaría el ostracismo para Bend Studio... hasta ahora.
Pero recorriendo el pasado de esta gente, tenemos que hacer una parada en el año 2011, y nada menos que en la saga Uncharted. PS Vita acababa de aterrizar en el mercado, y lo hacía con buenas intenciones por parte de Sony, buenas intenciones que por desgracia no se verían refrendadas en tiempos venideros. Estas incluían los planes de, al igual que ocurrió con PSP, trasladar las IP más populares al formato portátil, y si hablamos de celebridad, tenemos que hacerlo de Nathan Drake. Así, la consola se estrenaría con Uncharted: El abismo de oro, un juego que si bien acertaba la mayoría de las ocasiones al trasladar la esencia de la marca de Naughty Dog a PS Vita, en ocasiones abusaba de las peculiaridades de esta, metiendo con calzador algunos aspectos del control como el panel táctil trasero, el giroscopio, etc... lo que lo alejaban de sentirse como un Uncharted con todas las de la ley. Inesperadamente, lo siguiente de Bend Studio sería... ¡un juego de cartas!
En efecto, Uncharted: Fight for Fortune llevaba a Drake, Elena, Sully y compañía a un juego de cartas que, incomprensiblemente, no era free to play, pero también se lanzó en un momento en el que este género no había adoptado este modelo de negocio por defecto. Como era previsible, y a pesar del carisma de sus personajes, el juego pasó sin pena ni gloria, ya que además del pago inicial contenía micropagos y cierta conexión con Uncharted: El abismo de oro, un juego que no habia vendido excesivamente bien. En definitiva, Bend cuenta en la última década con más errores que aciertos, pero afortunadamente, casi siempre existe una segunda oportunidad para quien al menos una vez lo ha hecho bien, o muy bien de hecho.
Esa segunda oportunidad se llama Days Gone, que nos llegará en 2019 seguramente como parte de una estrategia para hacerle hueco y no coincidir en un año 2018 que ya cuenta con gigantes como God of War, Detroit: Become Human o Spiderman como exclusivos importantes para PS4. Sin embargo, las dudas sobrevuelan este título, ya que parece tomar elementos de algunos videojuegos ya célebres y carecer de personalidad propia, habiéndose comparado incluso con un The Last of Us de mundo abierto. Days Gone es el primer lanzamiento de Bend en una consola de sobremesa en nada menos que 8 años, y como es habitual en los juegos exclusivos de Sony, los valores de producción son muy elevados, contando con un actor como Samuel Witwer -La Niebla- para dar vida a Deacon St. John, el motero que protagoniza este juego que nos llevará a un apocalipsis zombie. Uno más, pero en el que la por ahora aparente libertad de acción parece su mayor atractivo y sello distintivo. Sabremos de él, sin duda, en el próximo E3 de Los Angeles.
- Aventura
- Acción
Days Gone, desarrollado por Bend Studio y distribuido por Sony para PlayStation 4 y PC, es una aventura de acción sobre supervivientes y aquello que los hace humanos: la desesperación, la pérdida, la locura, la traición, la amistad, la hermandad, el arrepentimiento, el amor y la esperanza. Trata sobre cómo estas personas encuentran una razón para vivir incluso al enfrentarse con esas enormes tragedias. La esperanza nunca muere.