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El último juego narrativo de Valve (y el próximo)
Valve vuelve
El futuro de Valve en el desarrollo
Es un raro comienzo para una mañana de domingo un anuncio tan importante como que Valve se haga con Campo Santo. La compañía de Gabe Newell adquiere el estudio de Firewatch, uno de los equipos más focalizados sobre la narrativa en videojuegos. En Firewatch, y en In the Valley of Gods todo apunta en la misma dirección, la necesidad de contar una historia se convierte en el punto prioritario para este equipo. Por tanto, la relevancia del anuncio de adquisición no lo es sólo porque Valve se adentra con paso decidido en el desarrollo de videojuegos una vez más, sino por el tipo de estudio con el que lo hace.
El repaso rápido a la historia de desarrollo reciente de Valve nos deja una enorme sequía de títulos. Portal 2 es el último juego de la compañía con el ánimo de contar una historia, además de plantear uno de los diseños más inteligentes que nunca han salido de las oficinas de la firma. Portal 2 hizo historia, no cabe duda, y lo hizo por varios motivos: Primero, por su incuestionable calidad, inspiración para muchos de los que han ido llegando después; segundo, por ser el último desarrollo de Valve dentro de los juegos con narrativa.
Valve adquiere Campo Santo, creadores de Firewatch
Hablamos en este punto del año 2011. Siete años después del lanzamiento de Portal 2, Valve sólo ha puesto en circulación DotA 2, CS: GO, y tiene en camino Artifact. Un moba, un shooter multijugador y un juego de cartas.
Repasando el catálogo de Valve nos encontramos frente a una compañía diversa: si bien han logrado poner sobre la mesa algunas de las historias más memorables del medio, como el hegemónico Half-Life, también han tenido el papel protagónico a la hora de plantear juegos para comunidades, con aproximaciones como Team Fortress o Half-Life. La rareza de los últimos años quizá estriba en que a partir de cierto punto se alejaron del desarrollo, y de esas dos líneas de convivencia -la narrativa y la multijugador-, la orientada a comunidades online fue la única superviviente.
Sin embargo, en este periodo nos encontramos también el de mayor éxito para la compañía. El PC como plataforma de juego ha tomado el protagonismo, y Steam el enclave principal de jugadores y desarrolladores. No obstante, estamos ante un periodo de transición, y el anuncio de adquisición de Campo Santo no hace más que fortalecer esta idea.
Valve vuelve al negocio de "hacer y distribuir juegos"
En las últimas semanas Valve afirmó que comenzarían a adentrarse una vez más en el desarrollo activo de videojuegos: "Hacer y distribuir videojuegos”, en palabras de Newell. Valve parece que cierra la puerta al desarrollo de hardware, echando a un lado el proyecto de Steam Machines, y ahora el desarrollo y distribución ocupará su campo de acción.
Claro que, hablar de creación de videojuegos en el caso de Valve es hablar en términos muy generales. A buen seguro habrá una parte de la comunidad que piense en Counter-Strike, pero para otra buena parte la saga Half-Life pasará fugazmente por sus pensamientos con esta noticia. Para los segundos, para los que añoran las historias salidas de las manos de esta compañía, la compra de Campo Santo es una muy buena noticia.
Por ahora lo único que ha comentado el estudio es que la creación de In the Valley of Gods, el juego en el que estaban trabajando, sigue adelante. Simplemente, con este movimiento el juego se publicará como un nuevo lanzamiento de Valve. Esta aventura, desarrollada en Egipto, tiene un planteamiento muy similar al de Firewatch en su forma e intenciones. No obstante, cabe imaginar que la incorporación de Campo Santo a las filas de Valve puede ser muy interesante para imprimir buenas historias en futuros desarrollos. Este giro, como decíamos, tiene la potencialidad de devolver a la Valve más creativa, lo que sin duda sería una fantástica noticia.