Northgard
- PlataformaPS4XBOPC8NSW
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorShiro Games
- Lanzamiento07/03/2018 (PC)11/10/2019 (PS4, XBO, NSW)
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorShiro Games
Northgard, análisis
Shiro Games pega el salto a la estrategia en tiempo real con un juego bastante accesible para acercarse a todos los públicos, aunque con algunas opciones que harán las delicias de los más puristas del género.
Los juegos en Early Access tienen un problema y a su vez unavirtud: lo negativo es que salen con bastantes fallos y lo positivo es quetodos se pueden corregir gracias al feedback de la comunidad. Northgard es unclaro ejemplo de ello. Tras ponerse a la venta hace mes y medio tras un año enEarly Access, el título ha sufrido un cambio muy grande en estos 45 díasadicionales.Con este tiempo de más para pulir los errores e implementaropciones tan importantes como el español entre los idiomas, en Meristation yatenemos una base sólida para realizar el análisis de un RTS que está orientadoa todos aquellos que busquen una estrategia más accesible.Dioses nórdicosParece que este mes de abril todo gira en torno a los diosesnórdicos. Northgard coge lo mejor de la mitología escandinava y la mete en unjuego donde los vikingos son los protagonistas absolutos de la obra. Noobstante, cuando uno habla de vikingos siempre se imagina rostros férreos,impenetrables y con una profusa barba, pero en Northgard se apuesta por unestilo visual más cartoon que, aunque parezca que no, casa perfectamente con eljuego.Este cierto toque infantil del que goza el diseño artísticoencaja bien con lo que se propone. ¿Por qué decimos esto? Pues porque el juegose aleja del realismo más puro que pueden dar otras producciones (como TotalWar o los Company of Heroes) y experimenta así con fórmulas muy diferentes enla variante jugable.Por ejemplo, los personajes que aparecen en escena hacenmuestra de esta imaginación. Lo mismo hay muertos vivientes pululando por elmapa que una valquiria desorientada (y cuidado con ellas). Esta mezcla deconceptos casa bien con el estilo animado y no desentona en absoluto. Además,el propio diseño de los escenarios es colorido y vistoso, por lo que tambiénse aleja del arquetipo clásico que se tiene en la cabeza cuando se habla devikingos (ambiente apagado, sin sol, cabañas decrépitas y un largo etcétera deimágenes que ha creado la iconografía popular).Northgard es un juego de estrategia accesible, es decir, orientadoa aquellos menos hábiles en la materia. Los que no hayan tocado un RTS en suvida cogerán rápido las mecánicas, mientras que los asiduos al género tendráncamino ganado y podrán ir a la experiencia más profunda que se ofrece. Eso sí,no vamos a engañar a nadie, ni nosotros ni los desarrolladores: Northgard noofrece las posibilidades que tiene un Total War, Company of Heroes o inclusoAge of Empires. El tono cartoon no sólo es en el aspecto visual, sino tambiénen el jugable, donde se busca un juego de estrategia no tanto para el jugadorexperto, sino más bien el novato.Por ejemplo, los aldeanos se van generando automáticamenteen pantalla. Si no se le asigna tarea, no se van a quedar quietos, sino queirán a buscar comida. A través de la construcción de edificios se van asignandoroles, desde cerveceros para aumentar la felicidad de la plebe hasta lossoldados para ganar las campañas.En este punto en particular, Northgard sí apuesta por loselementos primerizos habituales como pueden ser la madera, la comida, el dineroo la reputación ganada. Con estos materiales se pueden crear nuevasedificaciones o mejorar las ya existentes. Sin embargo, existe un aspectodiferenciador que nos ha encandilado: el tiempo.Los jugadores de Total War sí estamos acostumbrados al pasode los meses en sus videojuegos, pero en Northgard todo se hace dentro de lapropia partida. De esta manera, en el visor situado justo encima del mapaveremos una barra de tiempo que anuncia la llegada del invierno. Cuando esteocurra, las provisiones de madera, comida y otros elementos mermará en demasía.Por tanto, durante la primavera, el verano y el otoño no sólo hay que pensar enel día a día, sino también en el futuro que tienen por delante nuestrosaldeanos.Este elemento da mucho juego, ya que es bastante normalquedarse sin comida durante la época de frío, por ejemplo. Quizás es el puntomás complejo que tiene el juego, ya que el resto se orienta a esa accesibilidadcon anterioridad comentada. De hecho, esta facilidad juega en su contra en loscombates.Al comienzo de cada fase del modo historia hay un líder supremo, mientras que a los aldeanos los vamos transformando en militares.Hasta aquí todo bien, pero el problema reside en que la lucha armada es muybásica: se echan de menos enfrentamientos masivos entre las diferentesfacciones que llenan al mundo de Northgard. Los RTS siempre se caracterizan porlos enfrentamientos de decenas de unidades entre sí, y esto no está reñido conla accesibilidad en ningún momento: se pueden mover 40 ó 50 unidades por elmapa y no 5 ó 6, que es lo habitual en esta producción.Hemos echado en falta ese sabor de la batalla. Ese cruce deespadas. Sin ir más lejos, esto también se vislumbra en el número de militaresque se pueden crear, que prácticamente se reduce a un guerrero, un escudero, uncurandero y un lanzador de proyectiles. Consideramos que la accesibilidad noestá reñida con la puesta en escena. No se piden mil unidades como Total War–volvemos a Creative, lo sentimos, pero son los mejores en esto-, pero nohabría pasado nada por tener contingentes un poco más elevados.Faltaría hablar un poco del multijugador, pero al estar tancerca de su salida del Early Access no hemos podido experimentar partidasestables. Por tanto, Northgard se reduce de momento en un más que notable modohistoria y el siempre sempiterno enfrentamiento contra la IA en el modoclásico.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.