The Raven Remastered, análisis

Un cuervo con plumas más relucientes

The Raven: Legacy of a Master Thief, llegó en 2013 para PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Consistía en un point & click que recuperaba el espíritu de las novelas de misterio de Agatha Christie, con multitud de referencias a su legado y a la propia escritora. El género de la aventura gráfica, en el que el ingenio y la observación son las cualidades más premiadas en el jugador, resulta el más óptimo para un título cuyo objetivo es desenmascarar al asesino y, en este caso, ladrón de guante blanco. El pasado 13 de marzo llegó a PC, PS4 y Xbox One una versión remasterizada de este título detectivesco, en el que se aprecia una mejora técnica y se agradece la inclusión de subtítulos al castellano.  

King Art Games, los creadores del original The Raven: The Legacy of a Master Thief, se ha encargado también de traer su remaster, que ha sido distribuido por THQ Nordic. El estudio alemán, fundado por Jan Theysen and Marc König con el propósito de crear aventuras gráficas y de rol, son responsables de la aclamada saga The Book of Unwritten Tales, llena de humor y emotividad y en la que encontramos mecánicas muy similares a las que hace gala el título del Cuervo. En la trayectoria de King Art Games, enfocados al desarrollo de las aventuras gráficas y los RPG, hallamos The Dwarves, un título de rol táctico basado en la homónima saga de novelas de alta fantasía escrita por Markus Heitz; el estrategia por turnos Battle Worlds: Kronos; el estrategia en tiempo real Iron Harvest; y la aventura gráfica Black Mirror, basada en la literatura de Poe y Lovecraft. 

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Los inicios de King Art Games se remontan a 2000, donde se dedicaron al diseño de títulos para móviles y navegador centrados en la gestión de recursos, con ambientaciones muy adorables que atraían al público más familiar: The Stonies, sobre la vida prehistórica; My Sunny Resort, sobre gestionar un centro vacacional; UnderMaster, de gestión de una mazmorra como archivillano; My Little Farmies, en el que dirigimos una granja; My Free Zoo, donde cuidamos de un zoológico; y Upjers Wonderland, una aventura de fantasía medieval.

King Art Games recibió en 2017 el premio a los Desarrolladores del Año en Deutscher Entwicklerpreis, los galardones alemanes al diseño de videojuegos. Su creatividad puede apreciarse en The Raven Mastered, la versión mejorada de una aventura gráfica detectivesca en la que nos surmergiremos en la persecución del Cuervo, el legendario ladrón de guante blanco que siempre deja una pluma de la oscura ave en el lugar del crimen.

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Un digno homenaje a Agatha Christie

La aventura gráfica es un género reposado, en el que lo principal no es la puntería ni la agilidad al mando o teclado. La habilidad que prima en este género es la agudeza y la capacidad de resolución de problemas; un point & click es el género más adecuado para un juego como The Raven, que homenajea a las obras de Agatha Christie, lo cual se hace patente en las primeras fases del juego, ambientadas en el Orient Express y en un crucero con destino a El Cairo.

En esta historia dividida en tres capítulos de unas tres o cuatro horas de duración cada uno, nos enfrascaremos en la investigación y persecución de El Cuervo, un ladrón de guante blanco al que se creía eliminado y que ha regresado para robar uno de Los Ojos de la Esfinge, una pareja de prestigiosos tesoros. Su intención es robar el segundo Ojo y deberemos desenmascararle y frustrar su plan.

Tomaremos el control de Anton Jakob Zellner, un agente suizo cuyo aspecto y carácter evoca a Poirot, el célebre detective protagonista de muchas novelas de la escritora inglesa. Zellner es un hombre de mediana edad y cuerpo orondo, calvo y con un bigote característico. La idea de contar con un personaje masculino cuyo físico no está en forma resulta original y apropiada para un género donde los músculos no son importantes. Asimismo, cabe destacar el carisma de Zellner, basado en unos modales exquisitos, sus inquietudes culturales, su fina ironía y su afabilidad. Como en todo héroe propio de una aventura gráfica, su virtud principal es su inteligencia, a través de la cual nosotros, como jugadores, resolveremos los diferentes puzzles y conflictos que se planteen durante la aventura.

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A lo largo de una investigación llena de intrigas, en la que sospecharemos de todo el mundo y no deberemos pasar un detalle por alto para desvelar el misterio que oculta el Cuervo, conoceremos a varios personajes muy bien escritos y con una personalidad llamativa. Entre otros: Nicolas Legrand, el inspector que ha dedicado toda su vida a la caza del Cuervo hasta rallar la obsesión; Matt Miller, el niño travieso cuyas trastadas le llevarán al momento inadecuado en el lugar equivocado; y Clarissa Westmacott, una célebre y prolífica autora de novelas policíacas y que es un directo homenaje a Agatha Christie, con la que no sólo comparte nombre de pila real, sino un intencionado parecido físico y biográfico. 

El Cuervo nos despertará muchas incógnitas al mismo tiempo que transmite su atractivo en los detalles que percibimos sobre él. Siguiendo las características propias de un ladrón de guante blanco, se mostrará elegante en los mensajes que recibamos de él, y hará de la persecución un juego perverso en el que vencerá el más ingenioso. Sin embargo, el verdadero misterio se hallará en que los presentes crímenes se alejan del modus operandi y la moralidad de un ladrón de guante blanco, lo cual levantará muchos enigmas: ¿Es éste el mismo Cuervo que ha regresado o un imitador? ¿Cuál es su verdadera identidad? ¿Es un hombre, una mujer, o una red de ladrones organizados?

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La historia sigue un ritmo aceptable, y no faltará el suspense y los giros de acontecimientos que nos harán replantearnos nuestras hipótesis, si bien los más aficionados a las novelas de misterio podrán elaborar una sospecha certera. No obstante, a medida que avancemos tendremos ganas de continuar la partida para saber un poco más y, aunque nos topemos con algún decepcionante deus ex machina, el viaje y el destino nos resultarán satisfactorios.

Point and click con sistema de puntos

The Raven Remastered se plantea como una aventura gráfica en 3D. Para el presente análisis, hemos jugado en la versión de PlayStation 4, la cual luce unos controles correctamente implementados, precisos y muy sencillos de asimilar. 

Nos desplazaremos con el stick izquierdo por el escenario y, al acercarnos a un punto de interés, éste se resaltará con el icono de una lupa y pulsaremos X para interactuar con él. Dicha interacción vendrá determinada en el mismo comando, es decir, podemos examinar, coger o usar un objeto si así viene indicado. Para rotar por los diferentes puntos de interés del escenario, usaremos el stick derecho. En algunos objetos, se presentará la actividad posible con él con X, y pulsaremos círculo para investigarlo mejor. Cabe recordar que es necesario mirar un objeto varias veces para descubrir posibles nuevas pistas sobre él. Tendremos disponible un inventario, con cuyos elementos resolveremos puzzles que siguen una lógica muy fácil de deducir, ya sea usándolos con el entorno y/o combinándolos entre sí. Para Las salidas del escenario hacia otro lugar quedarán marcadas con el icono de un pomo. 

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Sin embargo, no hay mucho espacio para la experimentación. Si una acción no es posible, muy rara vez estará disponible, lo cual limita bastante el camino a la búsqueda de una solución a la que es fácil llegar y nos aleja de comentarios humorísticos por parte del propio Zellner cuando intentamos hacer un uso disparatado de un objeto.

A lo largo del juego, nos encontraremos con puzzles concretos que harán las veces de minijuego, como el uso de una ganzúa, donde deberemos moldear la pieza con exactitud; o un análisis de balística, donde haremos rotar dos balas para buscar las coincidencias. En una secuencia concreta del juego, deberemos vencer a Matt al juego del tejo. 

Si pulsamos la pantalla táctil, accederemos al bloc de notas, en el que queda registrado el progreso de la aventura e información de los personajes, y donde Zellner anotará detalles que nos puedan servir de guía a la hora de resolver los futuros puzzles. En dicha libreta accederemos a la opción de Pista, a la que podemos recurrir si nos vemos atascados. Asimismo, duranta la partida podemos pulsar Cuadrado para que se resalten todos los elementos del escenario con los que podemos actuar. 

The Raven Remastered sigue un sistema de puntuación, donde iremos sumando puntos según avancemos en la historia principal y resolvamos misterios adicionales. Si usamos la función Pista o la de destacar todos los objetos disponibles en un escenario, se nos restarán puntos. Al final de la aventura, se nos otorgará una calificación —en la que es sencillo obtener una alta nota—, y cuanto más alta sea, y más enigmas hayamos resueltos, más contenido adicional se nos desbloqueará. En cuanto a los Extras, estos contienen bocetos de los escenarios y los personajes, con anotaciones sobre el desarrollo del juego, así como temas pertenecientes a la banda sonora.

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Al estilo de las aventuras gráficas de Lucas Arts, no podemos morir, salvo en algún momento clave del juego y, en ese caso, regresaremos al punto anterior para enmendar nuestro error. Esto nos proporcionará una garantía de seguridad, así como tiempo para reflexionar sobre los puzzles que debamos resolver y sin sentirnos agobiados por un tiempo límite. 

Una sutil y agradecida mejora técnica

La ambientación en los años 60 está lograda de forma excelente: tanto el vestuario de los personajes, como los escenarios, como las referencias históricas se conjugan para crear un contexto verosímil. En este remaster apreciamos una sutil mejora gráfica, en el que hallamos texturas más complejas y animaciones que, sin resultar perfectas, son mucho más fluidas que en su anterior edición. En ocasiones, hemos percibido algún tirón en la versión de PlayStation 4 que no ha llegado a entorpecer la partida.

El estilo gráfico se encuentra a caballo entre el cartoon y el realismo, lo cual King Art Games bautiza como un “realismo estilizado”. Es decir, los personajes están basados en la realidad, aunque presentan rasgos caricaturizados. Así, crean una estética que atrae al público adulto, si bien no caen en el valle inquietante, un efecto adverso de aspirar a un naturalismo perfeccionista. 

Asimismo, cada personaje tiene su propia forma de moverse, lo cual complementa su personalidad. Zellner se mueve despacio, acorde a su edad, mientras que Legrand se desplaza con mayor firmeza. No obstante, se echa en falta una mayor expresividad en los ojos. 

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A nivel sonoro, el juego nos envuelve en temas de base de violín y trompa que evocan las películas basadas en las novelas de Agatha Christie o la serie Se ha escrito un crimen. Cabe mencionar los temas orientales para la parte del juego en El Cairo, que proporcionan el clima adecuado. 

El trabajo de los actores de voz es sublime y llena de vida a cada uno de los personajes, marcando el carácter de cada cual y haciendo que éstos brillen en la pantalla, complementando a un guión bien elaborado. En este remaster, contamos con subtítulos al castellano, que siguen una elogiable traducción, con escasos errores, que respeta el estilo del texto original, las marcas de oralidad y la verosimilitud histórica.