Cómo el FBI usa la mano de un cadáver para desbloquear un móvil
Si hay un sospechoso muerto que tiene un smartphone con información bloqueada, se puede usar sus dedos para acceder al terminal.
Desde que empezaron a montarse en los móviles, los lectores de huella y otros sistemas biométricos como el escáner de iris o el Face ID se han convertido en elementos de seguridad habituales e indispensables. El problema con marcas de móviles como iPhone es que las autoridades lo tienen complicado para acceder a un terminal Apple bloqueado. Si lo fuerzan, se arriesgan a perder el contenido. Hace dos años, la polémica estalló cuando Apple se negó a entregar al FBI las claves para que este último pudiese desbloquear el iPhone 5 del asesino de San Bernardino. Y como resultado, el FBI se gastó 1 millón de dólares en que una compañía israelí hackease el terminal.
Una mano muerta para desbloquear un iPhone
Pero ese hack no le dio al FBI las llaves para el resto de iPhones, y de hecho Apple y otras marcas como Samsung incrementaron la seguridad de sus nuevos terminales. ¿Qué sucede entonces cuando tienes un sospechoso fallecido en el transcurso de una operación y quieres acceder a su teléfono? Pues el FBI lo tiene muy claro: usar la parte necesaria del cadáver como sus dedos o su mano para desbloquear la capa de seguridad biometrica.
Es una imagen que parecería sacada de una serie actual, ¿verdad? El cuerpo de un sospechoso en la Morgue, unos agentes que se acercan y usan (o amputan) un dedo o una mano para utilizarlos en el lector de huella del móvil. Es lo que sucedió en 2016 con Razak Alii Artan, el asesino del cuchillo que intentó llevar a cabo una matanza en la Universidad Estatal de Ohio y fue abatido por un oficial de Policía. Como leemos en Forbes, Bob Moledor, especialista forense en el FBI, cuenta cómo un agente del Bureau no dudó en intentar desbloquear el iPhone 5s del asesino usando la mano ensangrentada del cadáver.
Al no funcionar, el FBI tuvo que gestionar el papeleo de rigor para enviar el terminal al laboratorio y que se le pudiera extraer los datos que buscaban, y que ciertamente conectaron la matanza frustrada de Ali Artan con una radicalización inspirada por el ISIS. Pero que en este caso no funcionase, no significa que en otros tampoco.
De hecho, fuentes que pertenecen a grupos de investigación locales y federales en Nueva York y Ohio sostienen que ahora mismo es normal usar partes como un dedo o la mano de un fallecido para acceder a su móvil, por ejemplo en casos de muertes por sobredosis, ya que lo que hay en el terminal puede conducir a las autoridades a un traficante.
¿Ética o Seguridad Nacional?
Con un claro conflicto levantado entre la ética del acto en sí y la duda legal, según las leyes de EEUU citadas por la abogada Marina Medwin, cuando una persona fallece pierde su derecho a la privacidad. Y según el detective Robert Cutshall de la policía de Ohio, “no necesitamos una orden de búsqueda para entrar en el móvil de una víctima, a no ser que la propiedad del terminal sea compartida“.
Por ello, gente como Greg Nojeim, director del Proyecto de Libertad, Seguridad y Tecnología, aduce a que en muchos casos existe una preocupación válida sobre estos métodos, y que no sería una locura pedir que para desbloquear el móvil de un fallecido se requiriese una orden.
Claramente, usar el dedo del muerto es más barato que llevarle el terminal a una compañía experta en desbloqueos. Pero, ¿y con las nuevas tecnologías? ¿Qué pasaría si encuentran un iPhone X de un sospechoso que ha usado el Face ID como método de bloqueo? El Face ID necesita un rostro que leer, usando patrones como el movimiento de los ojos.
¿Significa eso que veríamos a un oficial sujetar el cadáver mientras le abre los ojos y le pone el móvil delante? Según el detective Cutshall, “no me han dicho que haya un problema legal en usar las huellas o el reconocimiento facial para entrar en un móvil… Si es parte del proceso legal, sería algo que haría”.