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Surviving Mars

Surviving Mars

Surviving Mars, análisis

Surviving Mars, desarrollado por Haemimont Games y distribuido por Paradox Interactive, llega el 15 de marzo a PS4, Xbox One y PC. Hoy os analizamos este título de gestión de recursos en el que deberemos demostrar que la vida en Marte es posible.

 

¿La vida marciana es la vida mejor?

La exploración de Marte es uno de los temas más candentes de la ciencia aeroespacial. El sueño de colonizar el Planeta Rojo está muy presente en la cultura popular y ha generado mucha inspiración en múltiples obras de la ciencia ficción de las últimas décadas: El Marciano, Crónicas Marcianas, Tiempo en Marte… No es de extrañar que los videojuegos también exploren esa posibilidad de futuro que percibimos lejana en el tiempo y, a su vez, no consideramos descabellada. Surviving Mars, el nuevo título de gestión de recursos de Haemimont Games que llega este 15 de marzo, nos invita a dirigir y mantener una colonia marciana, en la que debemos cuidar todos los engranajes de su infraestructura.

El estudio búlgaro que nos trae este título espacial ha recorrido una larga trayectoria en la que destaca el género de gestión de recursos y la estrategia. Destaca la saga Tropico una sátira de las repúblicas bananeras —y, en especial, de Cuba— que retomaron desde su tercer entrega. Asimismo, también exploran el lado más histórico, con Tzar, Imperivm III, Celtic Kings y Glory of the Roman Empire. El Medievo también ha sido musa de otras de sus creaciones, como Rising Kingdoms; en su vertiente más fantástica, y The First Templar, en su versión más realista. Con este último título, de aventura y acción, Haemimont se abrió a otros géneros; con Omerta se lanzó al rol multijugador masivo ambientado en el mundo del crimen organizado, y con Victor Vran y su universo de fantasía oscuro continuó por los derroteros del rol de acción.

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Surviving Mars es el regreso de Haemimont Games a la gestión de recursos, emplazado en una ciencia ficción especulativa que invita al jugador a levantar y gestionar una colonia marciana, con la que deberá demostrar que la vida en Marte es posible. Con esto, iniciamos nuestro viaje interplanetario, escogiendo a un patrocinador y nuestro perfil profesional —inventor, político, ecologista, hidroingeniero, etc.—, con lo que se determinará el presupuesto inicial, los recursos disponibles al empezar y el porcentaje de dificultad añadida, así como algunas ventajas  —mientras que el político cuenta con mayor colchón económico, el hidroingeniero incluye una fuente de agua descubierta en el lugar donde iniciemos nuestro hogar marciano—. Tras esto, escogeremos un logo y los recursos que cargaremos en nuestro cohete. Para aportar mayor emoción a la misión, podremos escoger la opción de toparnos con un misterio a lo largo de nuestra partida, que será un Huevo de Pascua a una célebre obra de ciencia ficción. Al llegar al planeta, decidiremos dónde aterrizar tras evaluar los múltiples terrenos disponibles, con condiciones atmosféricas y geológicas que añadirán mayor o menor dificultad.

Tras esto, llegamos a Marte, con la única compañía de nuestro cohete, nuestros Rover y nuestros drones, con los que deberemos crear una colonia habitable y sostenible. Es aquí donde nos sentiremos perdidos con la ausencia de un tutorial, abandonados a la compleja misión de crear un hogar en Marte. Antes de empezar, repasaremos los menús para observar qué podemos construir, qué podemos investigar, qué necesitaremos y cómo trazar nuestro plan urbanístico marciano. Unas pistas nos darán unas pequeñas sugerencias sobre a dónde dirigir nuestra estrategia, pero resultarán insuficientes para los menos aficionados al género. Para mayor frustración, los controles en PlayStation 4, la versión que hemos jugado para el presente análisis, resultan ortopédicos y poco intuitivos, incluso después de leer las leyendas en pantalla, y se echa de menos en todo momento jugar con teclado y ratón. 

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Tras mucha exploración en unos menús cuya reducida fuente tipográfica no favorece la legibilidad, muchas partidas de ensayo y error que culminarán en proyectos fracasados, nos haremos con las mecánicas del juego y planificaremos el diseño de una colonia cuyo funcionamiento será más que aceptable. Surviving Mars es un título que requiere un periodo de aprendizaje y mucha paciencia antes de empezar a disfrutarlo, lo cual sucederá una vez lo comprendamos todos los entresijos de la infraestructura que mantendrá en pie nuestra colonia marciana. 

Pensando en los jugadores más profanos en el género, hay un modo de juego llamado Quick Start, con el cual los parámetros iniciales quedan reducidos. Sin embargo, sigue cayendo en los mismos errores que su modo campaña: una complejidad de mecánicas que requiere un proceso de aprendizaje y comprensión que, a su vez, se ve empañado por unos controles incómodos. Quizás habría funcionado mejor un modo introductorio que suavizara la curva de dificultad o un tutorial más razonable. 

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Dirigir una colonia no es un juego de niños

Para demostrar que la vida en Marte es posible, deberemos elaborar un plan urbanístico en el que deberemos tener múltiples factores en cuenta. Al llegar a nuestro terreno, contamos con tres Rover: uno de exploración, otro de control de drones y otro de transporte. Para encargar tareas a cada uno, deberemos seleccionarlo directamente o desde su menú con R1, luego ir al objetivo de su tarea y pulsar R2 y el botón asignado a la tarea que deseeemos que realice. Con el primero, analizaremos anomalías que podrán despertar el interés de la comunidad científica, la cual nos compensará con un mayor presupuesto o nuevas investigaciones disponibles. El segundo transportará, dirigirá y reparará drones. El tercero se dedicará a la carga y descarga de materiales, tareas que deberemos asignar manualmente. Podemos enviar una sonda para escanear el terreno que rodea nuestra base, y así podemos expandirnos y localizar fuentes de recursos y construir un centro de control de drones que orquestrará las labores de nuestros robóticos obreros.

Al comenzar, deberemos planear la construcción de un sistema energético y de soporte de vida, dentro del marco que permita nuestro presupuesto. Deberemos recolectar materiales (polímeros, hormigón y metales) con los que construir nuevos edificios y estructuras. Mientras que el Rover de transporte se dedica a la carga y descarga de metales y polímeros, el extractor de hormigón se encargará de recolectar el mismo. Los drones se encargarán de la construcción de los edificios y estructuras de funcionamiento, para lo cual se dirigirán a los depósitos, que habremos instalado previamente, para recolectar los recursos necesarios. Con esto en mente, deberemos construir los edificios pertinentes a la producción y distribución de energía y agua, con una distancia aceptable que permita la accesibilidad a las fuentes pertinentes y a los drones operativos. No hay que olvidar la red de cables y tuberías que harán posible el abastecimiento de nuestras estructuras, ni un depósito de desechos al que los edificios destinarán sus desperdicios y sin los cuales no podrán estar activos. También hay que tener presente el mantenimiento de las instalaciones, las cuales acumularán suciedad con el uso que causarán su deterioro, con lo que deberemos destinar piezas a su reparación. La suciedad también será provocada por las tormentas de arena y la actividad de otras construcciones cercanas, como los cohetes durante su despegue. 

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Tras haber creado una infraestructura energética, para la cual deberemos calcular qué diseño es el más óptimo en términos de eficacia/precio, será el momento de crear una cúpula, el hogar habitable para los colonos, y diseñar dentro de ella los edificios destinados a la vivienda, a la manutención y a la salud física y emocional. Tras esto, enviaremos un cohete de pasajeros a la Tierra, donde escogeremos a los habitantes más idóneos para el crecimiento de nuestra colonia. Entre los candidatos, sopesaremos sus habilidades, profesiones y cualidades especiales. Es posible basarse en el género o la procedencia a la hora de realizar nuestra selección, pero no tardaremos en percatarnos que lo importante no es el color de la piel o el sexo, sino el valor que puedan aportar al bien comunitario. En este momento del juego, leeremos con una sonrisa los atributos de los candidatos: los jugones se relajarán si tenemos un centro de máquinas recreativas instalado, mientras que los hippies hallarán su calma en el parque. Por su parte, las personas sensuales aumentarán las probabilidades de natalidad, mientras que los veganos únicamente informarán sobre su estilo de vida. 

Una vez demostremos a los primeros colones que en Marte se puede hallar un hogar acogedor y feliz, más terrícolas se verán animados a iniciar una nueva vida en el Planeta Rojo. Para enfocar el crecimiento de nuestra colonia, seguiremos los Hitos, que consistirán en unas metas que deberemos cumplir y que marcarán puntos claves en el proceso de creación de nuestro hogar marciano. 

Al igual que todo título de gestión de recursos, contaremos con un complejo árbol de investigaciones, a través del cual invertiremos en nuevas tecnologías que mejorarán la infraestructura de nuestro reino marciano. En caso de necesitar dinero, podemos externalizar la investigación a la Tierra. Cada investigación se llevará a cabo con lentitud, y podremos poner en cola hasta cinco.

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Por supuesto, habrá fenómenos que supongan un contratiempo en la vida pacífica en Marte. Los tornados, tormentas de arena y meteoritos causarán la destrucción de varias piezas de nuestro hogar, a cuya reparación deberemos prestar atención. Cabe recordar que es posible modificar la prioridad de los drones y del abastecimiento energético y vital, en favor de los edificios cuya estabilización requiera mayor urgencia.

Es posible adquirir nuevos recursos de la Tierra y nuevos habitantes, para lo cual podemos enviar un cohete de los que tengamos disponibles o comprar uno nuevo, y decidir su tripulación o cargamento. Su despegue sólo será posible tras haber repostado combustible, actividad que se realizará con mayor diligencia si hemos construido una refinería. 

El ritmo del juego será desigual, según el momento de gestión que nos hallemos. Dispondremos de unos botones, idénticos a los de reproducción de vídeo, con los que controlaremos la velocidad de la partida; podremos pausarla para tomar una decisión con calma, o acelerarla para que el proceso de construcción de un edificio se complete cuanto antes. 

Un sencillo pero cuidado aspecto audiovisual

Es reseñable el cariño dedicado a la parte audiovisual del juego, y que lo hace atractivo a los sentidos, incluso en los primeros frustrantes momentos del juego. Su estética minimalista luce unos detalles bien cuidados a los que merece hacer zoom para apreciar. La superficie de Marte está retratada con un buen grado de fidelidad, con su textura arenosa y sus tonos rojizos a causa del terreno oxidado. El diseño de cada edificio lo hace identificable, y genera cierto gozo el poder acercar la cámara a la cúpula y observar a sus habitantes, a quienes identificaremos fácilmente por la diversidad de sus peinados, pese a no mostrar rasgos faciales definidos. Como hemos comentado anteriormente, podremos contar con una generosa diversidad racial a la hora de seleccionar a nuestros colonos, cuya personalidad percibiremos cercana al descubrir características tan cotidianas como la de ser adictos al deporte, amantes de la naturaleza o los videojuegos. 

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La iluminación es un aspecto muy cuidado, notable en la variación que ofrece según el momento del día, y nos hará percibir la cotidianidad en Marte como un elemento vivo del juego. Cabe resaltar el Modo Foto del juego, donde dicha iluminación colaborará a la hora de crear imágenes donde, a través de un amplio catálogo de filtros y ángulos, podremos crear postales virtuales muy elegantes. 

El espacio que ocupe cada edificio estará asentado en hexágonos, como la distribución de menús, lo cual evoca a una colmena en la que cada habitante, robot o humano, realiza un pequeño papel que resultará vital para mantener en pie el hogar marciano, por cuya gestión deberemos velar en todo momento, sin olvidar ninguna de las piezas de su engranaje.

La música será nuestra gran compañera en nuestra ardua tarea de gestión interplanetaria. A través de la radio, podremos sintonizar cuatro canales con estilos muy diferentes: en Surviving Mars, accederemos a un hilo ambiental muy relajante, mientras que en Red Frontier accederemos a un repertorio country. Los más destacables son The Free Earth Channel, en los que un entusiasta locutor con una visión muy optimista de la vida nos alegrará con canciones pop rock sesenteras y modernas; y The Official Mars Channel, donde una vibrante presentadora nos contagiará con su ilusión a ritmo de temas indie experimentales. 

Los amantes de la ciencia aeroespacial y la fantasía futurista hallarán múltiples guiños a lo largo del juego. Desde citas célebres de escritores como Philip K. Dick, divulgadores como Neil deGrasse Tyson o personajes icónicos como Jean-Luc Picard; hasta logotipos que evocarán naves como la Voyager o la Serenity, pasando por los Huevos de Pascua inspirados en la literatura y el cine sci-fi.

Es una lástima que Surviving Mars sólo se encuentre en inglés y que su curva de dificultad sea tan desproporcionada porque, una vez superados estos escollos, la experiencia de cultivar una colonia en Marte se vuelve adictiva hasta hacernos perder la noción del tiempo.

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Este juego ha sido analizado en su versión para PS4.

6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.