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The Long Reach

The Long Reach

  • PlataformaPS47PC7XBO7NSW7
  • GéneroAventura gráfica
  • DesarrolladorPainted Black Games
  • Lanzamiento14/03/2018
  • TextoEspañol
  • EditorMerge Games

The Long Reach, Análisis

En MeriStation os contamos qué nos ha parecido esta aventura indie que pretende mantener al jugador en constante tensión. Hablamos de The Long Reach, un thriller psicológico con muy buenas maneras.

The Long Reach, Análisis

El videojuego de bajo presupuesto, siempre asociado a la etiqueta indie, está generando en los últimos años una expectación inusitada. No son pocos los lanzamientos que están siendo recibidos con los brazos abiertos al poco de conocer algunas de sus características, entre ellas, la narrativa de los mismos. Gods Will Be Watching, el reciente The Red Strings Club también de Deconstructeam, el laureado What Remains of Edith Finch o el esperado The Last Night son solo algunos de ellos. Hoy, sobre nuestra mesa de operaciones, añadimos un título más a la lista; The Long Reach.

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Painted Black Games, un estudio ucraniano formado por cuatro chavales de diversas edades es el encargado de traernos a todas las consolas de sobremesa actuales, la portátil Vita, PC y Mac un intrigante thriller psicológico muy bien llevado a término, con acertadas decisiones jugables y rompecabezas de esos que nos transportan a tiempos pasados. Inspirado en clásicos como Resident Evil, la trilogía Matrix o la serie True Detective, al fundador del estudio se le ocurrió la idea de crear el título en 2015 tras sufrir en sus propias carnes la tensión que generaba Doom 3 con sus lúgubres escenarios y su opresiva ambientación. Y esto es lo que vamos a encontrar en The Long Reach.

Mezclado, no agitado

Un videojuego oscuro de atmósfera cargante que trata sobre Control Steward, un científico que junto a su empresa está desarrollando en Baervox -lugar ficticio americano donde transcurre la aventura- un experimento que permite transferir conocimientos desde un ser humano al otro. Es decir, si el sujeto objetivo es un artista del lienzo de talla mundial, sus conocimientos y habilidades pueden ser transferidos al receptor. La cosa por desgracia se va de madre cuando la presión por avanzar en el estudio obliga al grupo a acelerar el experimento causando daños irreparables no solo en el laboratorio sino también por todo Baervox. A partir de ese preciso instante toda una espiral de locura afectará a sus habitantes quienes creerán que viven en realidades paralelas, “sentirán” visiones e incluso intentarán acabar con nosotros.

Algo que llama mucho la atención en The Long Reach es la genialidad a la hora de combinar diversos elementos jugables. Por una parte tenemos una propuesta de aventura gráfica donde conversar con los diversos protagonistas de la trama mientras que por otra hay una buena cantidad de rompecabezas de la vieja escuela, algunos típicos del primer punto, otros mejor ideados. Se da la ocasión en un momento indeterminado de la historia en el que, por ejemplo, es el mismo entorno el que sirve de puzle mientras que en otros son los objetos que recolectamos a lo largo de nuestra travesía. Todos ellos se nos presentan de forma muy natural y lo más importante, con lógica. De hecho la razón de ser de algunos de ellos son parte de un pequeño juego que el equipo de investigación ha preparado para celebrar la Navidad.

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No estamos ante un videojuego donde la historia sea algo excesivamente compleja, de hecho es bastante simple y seguirla además es fácil gracias a las notas o correos electrónicos que nos explican parte de la misma. La complejidad de la misma radica en la forma en la que se comportan los científicos, por qué actúan de esa manera o qué intentan conseguir con ello. Steward, al igual que los demás, es uno de los afectados por el experimento y en su cabeza sentirá los efectos de la fallida resolución.

La atmósfera de The Long Reach bebe mucho de títulos de terror que, aun sin ser este uno de ellos, comparte con los mismos el hecho de que nunca sabemos qué puede ocurrir al otro lado de la puerta. Oscuridad, mobiliario destrozado, extraños personajes, gore y una banda sonora capaz de erizarnos los vellos -y no de placer precisamente-. Como si de un cóctel se tratara, estas características y la narrativa se mezclan para crear una armonía perfecta entre ambas dando lugar a un manjar lúdico como el que más. Crea un entorno hostil lleno de misterios y de tensión constante que no llega a dar miedo pero que sí obliga al jugador a ser precavido.

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A pesar de que todos los escenarios comparten prácticamente estas sensaciones, lo cierto es que visitamos diferentes localizaciones, quizás no demasiadas, pero que sí logran que el jugador no vea siempre los mismos decorados. Y aún así lo haremos. Parte del encanto de The Long Reach es revisitar una y otra vez cada emplazamiento pues, además, parte de los mismos sufren cambios según las situaciones que se den. No es un juego excesivamente largo, unas cuatro o cinco horas para completarse depende de nuestra habilidad con algunos de sus rompecabezas, aunque especialmente difíciles apenas hay dos o tres.

Luces con pocas sombras

Algo que nos ha sorprendido es lo cuidados que son sus escenarios a nivel gráfico, generosos en detalles -aunque no al nivel de otros grandes exponentes del pixel art-, pero por contra, lo poco trabajados que están los personajes que aparecen en la aventura, Steward incluído. Por el contrario sí llama la atención el considerable tamaño de los mismos, algo poco usual en videojuegos de bajo presupuesto. La cara y cruz de un apartado gráfico que si bien no es excelso es más que aceptable y agradable de ver. Juega muy bien con las luces y sombras, ya sea con la linterna que nos acompaña buena parte de la aventura o por parte de los elementos del decorado.

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Hablar de un videojuego que lleva al jugador a su máxima tensión en todo momento es hablar de una banda sonora de corte ambiental más que como música para regalar a nuestros oídos. Melodías que se perpetran casi en un segundo plano pero protagonistas en los momentos claves y, cuando merece, ausentes para dejar paso al sonido de pisadas, luces que tintinean o puertas que giran. Un aspecto muy logrado en este sentido.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.