Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive
- PlataformaPC6
- GéneroAventura
- DesarrolladorCelery Emblem
- Lanzamiento22/02/2018
- TextoEspañol
- EditorZerouno Games
Baobabs M. Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive, Análisis
Uno de los juegos episódicos más locos que hemos podido analizar en MeriStation continua su andadura en PC con una nueva entrega que sigue sin despejar las incógnitas que rodean a Flamingo's Creek pero añadiendo el concepto de mundo abierto a su jugabilidad.
Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive, Análisis
Largo tiempo atrás -hace siete meses- pudimos echarle el guante a una extraña pero divertida aventura protagonizada por una berenjena vampiro agente del FBI. El videojuego, de nombre Baobabs Mausoleum Ep.1: Ovnifagos Don’t Eat Flamingos, ya nos daba una clara idea -si no lo había hecho ya su singular protagonista- de cómo iba a ser el título; todo un derroche de estrambótica imaginación convertida en videojuego.
Bajo su simple apariencia de juego pixel art vivímos desternillantes momentos guiados por una trama principal que daba pie a otras nuevas según avanzamos en la aventura. Este quizás fue el error que cometió Jacob Jazz, su creador, a la hora de presentar al público su criatura aunque lo cierto es que algo bien hizo cuando nos dejó con ganas de más. Ahora que Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive ya está disponible tras un ligero retraso con respecto a su fecha oficial de lanzamiento, comprobamos qué tal le va a Watracio Walpurgis en Flamingo’s Creed: Población: 64 habitantes.
Que el ritmo no pare
Baobabs Mausoleum es en sí mismo un videojuego compuesto por tres capítulos de los cuales solo resta uno para completar su historia. Baobabs Mausoleum Ep.1: Ovnifagos Don’t Eat Flamingos fue el primero en lanzarse al mercado y para no destripar demasiado sobre su historia no hablaremos en este texto de él, aunque siempre puedes releer el análisis que le dedicamos en su día aquí en MeriStation.
Una de las características que más disfrutamos de él fue lo diverso que era jugablemente gracias a la mezcla de diversos géneros de juego que atesoraba. Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive recoge un poco la batuta de su predecesor sin llegar a tocar tanta diversidad pero mantiene la esencia que engrandeció a su antecesor aunque con una leve -pero diferencialmente grande- mejora pensada para que el jugador conozca un poco más a los habitantes de Flamingo’s Creek; libertad a la hora de explorar.
Y es que al contrario que el episodio uno, en esta nueva entrega el mayor protagonista es la población donde residen los extraños habitantes de la aventura ya que el creativo madrileño deja a nuestra entera disposición la posibilidad de explorar cada rincón de este extravagante pueblo sin tener que viajar sobre los raíles del guión. Y lo mejor es que el videojuego altera el contenido del mismo según la hora en la que juguemos a Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive cambiando de lugar coleccionables, ubicación de diversos personajes o maneras en las que avanzar en la narrativa.
Si bien esta nueva manera de avanzar en la trama está perfectamente llevada al videojuego, lo cierto es que Celery Emblem ha pasado de aturdir al jugador con mil y un misterios con el primer capítulo a directamente no ofrecer nada relativo a la historia en esta segunda iteración más que una simple escena final que, una vez más, consigue tener pendiente al jugador hasta su tercera y última parte. Este Barnabas Dead End Drive era quizás la excusa perfecta para ir atando cabos sobre diversos misterios como el habitante número 64, qué narices le ocurre a los ciudadanos de Flamingo’s Creek o, simplemente, saber “algo” en general. Sin embargo la desarrolladora ha priorizado que el jugador se sienta tanto o más perdido que su protagonista, Watracio Walpurgis, dejando a un lado lo más importante, el por qué de las cosas.
Para lograr dicha sensación el jugador dispone de un mapa desplegable que muestra Flamingo’s Creek sin apenas detalles y mediante la ausencia de nuestro protagonista impreso en él. Esto es, orientarse como buenamente podamos según la posición de las viviendas y gracias a las rutas que siguen los caminos. No solo eso, el tiempo -que como ya hemos dicho corre al igual que en la vida real- se muestra de manera inversa y cuando aquí es de día en el videojuego es de noche. También ayuda a que nos sintamos perdidos la colocación de los habitantes, cambiantes siempre según la hora a la que juguemos.
La propia jugabilidad también es partícipe de ofrecer esta sensación al jugador pues el componente de mundo abierto propicia nuevas mecánicas jugables que obligan al usuario a interactuar más con el entorno, bien hablando con los habitantes, bien solucionando diferentes acertijos. Por ejemplo encontramos cierto puzle del que sabemos qué es lo que se necesita pero no como obtenerlo. Es cosa del jugador experimentar con el entorno y sus estrafalarios residentes hasta dar con el susodicho, como si de un juego rpg se tratara.
Vuelven los absurdos combates que ya poseía Ovnifagos Don’t Eat Flamingos pero con ligeras diferencias así como una nueva fase en tres dimensiones y jugabilidad en primera persona, aunque esta vez de corta duración y tolerante con aquellos que sufrimos de cinetosis. Se añaden mecánicas tipo Simón y un inventario -que nunca llenaremos- que permite albergar objetos equipables capaces de dotar a nuestra querida berenjena de nuevas habilidades.
No nos olvidamos de lo más importante. Baobabs Mausoleum Ep.2: 1313 Barnabas Dead End Drive continua la historia en el mismo punto donde terminó Ovnifagos Don’t Eat Flamingos. El eje de la misma gira en torno a Daphne Trujillo, su protagonista y el misterioso chico con aspecto de luna. Es recomendable haber completado el capítulo anterior -a pesar de ser títulos independientes- puesto que esta nueva entrega no explica nada de lo ocurrido anteriormente.
Necesita mejorar
A pesar de que narrativamente no es tan siquiera una sombra de lo que fue el primer episodio, las novedades jugables son lo suficientemente apetecibles como para seguir adentrándose en este esperpento de pueblo siempre y cuando tengamos claro lo primero. Sin embargo hemos notado un ligero descenso de cariño hacia el producto final que su antecesor no tuvo.
Por ejemplo en las primeras etapas del videojuego existen errores de ortografía que realmente hacen daño a la vista. Por otra parte el motor de colisiones nos ha parecido diferente pues ahora Watracio tiene serias dificultades para moverse por el escenario. Siguiendo con errores, esta vez jugando con teclado, el movimiento en diagonal fallaba en cualquiera de sus dos posibles formas de controlar al personaje pero también en lo referente al cambio en tiempo real de la “munición”.
En lo sonoro ninguna queja. Las melodías siguen siendo las mismas con nuevas incorporaciones que van cambiando aleatoriamente según descubramos decorados y el molesto “cuac” del que hacía gala el primer episodio ha sido reducido en volumen para no dañar nuestros tímpanos. Un buen trabajo en general tanto en este aspecto como en el gráfico donde Jacobo hace gala de su creatividad a la hora de fabricar escenarios y adornarlos de excentricidades como solo él sabe hacer. O lo que es lo mismo, preparaos para multitud de incoherencias visuales y lógicas.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.