Kirby Star Allies, Avance

Kirby vuelve por todo lo alto

A lo largo de los años y a través de muchas consolas diferentes, Kirby ha sido de tela, ha sido una bola y como toda mascota de Nintendo, ha sido objeto de decenas de experimentos, desde juegos de carreras hasta juegos de pinball. La saga ha tenido entregas casi anuales desde su primera aparición allá por el 1992, pero hacía tiempo que la compañía nipona no nos daba una aventura plataformera al estilo del clásico Kirby en sobremesa (y gracias a la Switch, también en portátil). Con Kirby Star Allies, Nintendo pretende volver a poner la saga y al propio Kirby al pie del cañón… y lo mejor: no está solo.

El multijugador no es un desconocido de la franquicia. Entregas anteriores como Kirby’s Epic Yarn o Kirby and The Amazing Mirror contaban con modos multijugador, pero en Star Allies éste se convierte en el centro de la aventura. Hasta tres amigos pueden unirse a nosotros con facilidad en cualquier momento, y jugar usando los joy-cons individualmente. Pero si no contamos con gente suficiente o incluso si jugamos solos no hay problema, el juego sigue siendo una experiencia cooperativa. Con un botón específico del mando lanzamos un corazón para así convertir enemigos en amigos, lo que inmediatamente hará que se sumen a nuestro grupo.

Con amigos siempre es mejor

La cooperación e interacción entre amigos es la clave de esta entrega. Algunos poderes interactúan con otros creando nuevos arquetipos de transformaciones. Por ejemplo, los personajes con armas pueden interactuar con los personajes elementales para conseguir armas elementales que tendrán diferentes efectos. Además, hay una gran cantidad de formas de interactuar con nuestros amigos físicamente. Si conseguimos comida podemos curarles además de recuperar nuestra vida, podemos lanzarlos por los aires, cogerlos en brazos o subirnos encima, hacer ataques conjuntos… Con las plataformas de amistad los cuatro héroes unirán sus fuerzas para tomar juntos distintas formas con una utilidad específica, desde un puente a una estrella, con la que volaremos como si fuera una nave y atacaremos a los enemigos disparando proyectiles al estilo de un shooter espacial en 2D.

En definitiva, el corazón del juego está en ofrecernos multitud de oportunidades para la colaboración, e incluso aunque juguemos solos, la aventura nos invita a hacernos con un grupito de aliados controlados por la IA para ir siempre acompañados.

En Star Allies, Kirby vuelve a convertirse una vez más en una criatura multidisciplinar capaz de absorber los poderes de sus enemigos. Algunos sencillamente elementales como la electricidad, el hielo o el fuego, pero también otros tan divertidos y específicos como el poder del Limpiador, con el que barremos zonas del nivel para descubrir secretos o aspiramos a nuestros enemigos para luego lanzarlos, o el poder de Gym, que nos proporcionará un yoyó con el que atacar a los enemigos. Descubrir cómo interactúan entre sí todos los poderes que el juego pone a nuestra disposición es una de las mayores bazas de Star Allies, y hará que nuestras primeras horas con el juego estén llenas de sorpresas. Los primeros niveles serán un constante torrente de efectos, colores y sonidos y, probablemente algo confusos hasta que nos hagamos con el frenético ritmo de la experiencia.

Las fases están repletas de enemigos y cuentan con al menos un jefe, pero con 4 jugadores acabar con cualquier amenaza se convierte en coser y cantar. Si jugamos solos el juego presenta un desafío mayor, pero sigue siendo una experiencia accesible, además de que claramente no está diseñada para ello.

Tras experimentar durante años con diferentes formatos, la estructura de este nuevo Kirby sigue un esquema tradicional. La aventura se divide en mundos representados en un mapa, y cada uno compuesto por diferentes fases y niveles extra. A través de los diferentes mundos recorreremos vivos y variopintos escenarios.

Los niveles son coloridos, accesibles y cada uno está centrado en conceptos específicos de diseño. Hay algunos más puramente lineales y plataformeros, otros más laberínticos y otros pensados para ser superados por poderes específicos. A través de su sencillo diseño, los niveles se convierten en una mera plataforma para experimentar con los distintos poderes y las interacciones con los amigos. Aunque es cierto que hay retos pensados para ser superados con distintos poderes, el juego no suele limitarnos, y nos invita a completar las fases como queramos. Es divertido proponerse retos personales como, por ejemplo, jugar con cuatro personajes idénticos o completar el nivel sin transformarnos. Cada nivel cuenta además con pequeñas bifurcaciones en forma de puertas que nos llevan a pequeños desafío como puzles o jefes.

La nueva máquina de Nintendo sienta muy bien al mundo de Kirby. El juego entra indudablemente por los ojos desde el primer momento y rebosa personalidad y buen rollo en cada modelado, en cada efecto y en cada pantalla de menú. Este tono ligero se transmite al resto de apartados del juego: la música juguetona reminiscente de los temas originales de la clásica entrega de NES; el humor omnipresente, tanto en las cutscenes como en las situaciones que se dan con el mando en la mano; la accesibilidad de la aventura, ideal para pasar un rato distendido con cualquier amigo…  Lo nuevo de Kirby, siguiendo la filosofía que ha caracterizado siempre a Nintendo, simplemente quiere que lo pasemos bien.