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All Walls Must Fall

All Walls Must Fall

All Walls Must Fall, Análisis

Un mundo alternativo en el que el Muro de Berlín nunca cayó, tecno-futurismo y estrategía ambientada en discotecas homosexuales. All Walls Must Fall es una oferta novedosa, te contamos si alcanza sus grandes ambiciones.

Desde el momento en que abrimos AllWalls Must Fall su banda sonora bombardea nuestros tímpanos, sus potentes bajosdejando bien claro que la temática de este juego es el baile y la música. Suatronador volumen solo ayuda a que ya en el menú principal hayamos sidocautivados por la explosiva energía que demuestra este juego. Se trata de unaconstante a lo largo de todo el título y aunque no llega a penetrar elcomponente jugable de la misma forma que algo como Crypt of the Necrodancer, siempezamos hablando de ella es porque causa una impresión indeleble en eljugador y encapsula perfectamente la esencia de la experiencia. Este es untítulo que parece buscar excusas para hacer su música relevante y, al contrarioque un universitario que llega tarde a clase, las encuentra.

Una vez nossobreponemos al shock inicial de la música (proceso que durará entre cinco ydiez segundos) podemos sumergirnos de lleno en la campaña principal. Aunque laposibilidad de hacer nuestra muerte permanente e imborrable esta ahí, recomendamosevitarlo en nuestro primer recorrido por el juego ya que tardaremos bastante enamaestrar todos los sistemas incluidos de todas formas. Cada misión comienzacon una breve introducción narrada mediante subtítulos y retratos de lospersonajes (no está doblado) que nos pone al corriente de los motivos por losque debemos infiltrarnos en otro club gay y que debemos conseguir en elproceso. La visión de una realidad alternativa que nos presenta All Walls MustFall parece implicar que de no haber caído el Muro de Berlín la sociedadalemana habría terminado por ser enteramente homosexual. De haber mujeres,desde luego no aparecen en ningún momento a lo largo del juego. No es algonecesariamente malo, simplemente nos llamó la atención cuando nos percatamos deeste detalle tras varias horas de partida.

All Walls MustFall se juega como si Xcom tuviese un solo personaje por escuadrón, pudiesemover el tiempo a su antojo y fuese capaz de manipular el entorno a su antojo.Es decir, es bastante poco parecido a Xcom pero la comparación es obligada altratarse de un juego “por turnos” con cobertura. Este no es realmente un juegopor turnos, sino que por cada pulsación rítmica de la música debemos realizaruna acción. De no hacerlo perderemos parte de un recurso sin el cual no podemosrealizar acciones. Prácticamente cualquier acción que utilicemos tirará de esterecurso y por tanto es imprescindible mantenerlo a niveles aceptables. Pararecargarlo simplemente debemos explorar habitaciones nuevas dentro de las discotecaso ejecutar combates estilosos.

Este componenterítmico aporta al título un giro sobre la jugabilidad habitual en este tipo dejuegos. Más adelante se introducen aun más modificaciones e innovaciones, comola posibilidad de rebobinar el tiempo para el mundo a nuestro alrededor,retroceder en el tiempo en general o solo movernos temporalmente a nosotrosmismos. Por desgracia, una vez desbloqueemos todas estas habilidades yaprendamos a manejar bien el recurso temporal el juego se vuelve ligeramentefácil, a no ser que tratemos de completarlo de manera pacifista en cuyo casodeberemos aplicar todas las mecánicas temporales de manera que el juego pasa aser más puzle que estrategia. Aquellos que no gusten del componente rítmico podrán desactivarlo sin problema.

Fuera decombate podemos hackear terminales, ya sea para pasar a zonas restringidas sinalertar a los guardias o para hacernos con compañeros drones capaces de dar suvida por nosotros sin pensárselo dos veces. Pero lo más importante si queremosevitar confrontaciones innecesarias será aprender a dialogar con los miembrosdel personal de cada discoteca. Cada conversación se desarrolla de la formahabitual en un RPG, con varias opciones entre las que podemos escoger, cada unade las cuales provocará una reacción en nuestro interlocutor. A medida quejugamos este sistema pierde su frescura cuando descubrimos que el número deconversaciones y opciones para las mismas es limitado y aprendemos a solucionarla gran mayoría sin dificultad. De nuevo es un caso en el que el juego sevuelve demasiado fácil a medida que jugamos.

Afortunadamentepara el título, la variedad de misiones así como el estilo gráfico ayudan ahacer que la estancia en el mismo sea agradable. Con respecto a lo primero,determinadas misiones requerirán que nos hagamos con mercancía robada, otrosnos harán convencer de hacer algo o eliminar a un objetivo, etc. Se trata demisiones variadas que nos hacen pensar de otra forma que simplemente tratar deeliminar a cualquier enemigo con el que nos crucemos y el hecho de queocasionalmente tengan varias soluciones es brillante. Que sepamos este es de los pocos títulos en que la mayoría de misiones se pueden completar ligando bien, un punto a favor.

El estilográfico del juego es también muy llamativo, tratándose de una mezcla entreescenarios tridimensionales y personajes bidimensionales. Fuera de una ocasiónen la que un bug provocó que el juego entero no fuese sino líneas de colores,este es un título que luce a la perfección y cuyo estilo gráfico complementaperfectamente su temática. Las discotecas están repletas de cientos de hombresde todo tipo, la mayoría de los cuales bailan incesantemente y unos cuantos delos cuales están completamente desnudos. En un toque completamente innecesariopor parte de los desarrolladores, todos los NPCs (y hay cientos por mapa)cuentan con un nombre generado aleatoriamente. Otro toque puramente estilístico que termina siendo de lo más memorable del juego es su el sistema por el que tras cada combate podemos observar la acción repetida. Al igual que en Superhot, cada combate se convierte en una frenética danza cuando substraes el componente temporal.

Al igual queestos nombres, fuera de su estructura principal cada misión en el juego segenera al azar. Esto dificulta e incluso imposibilita el aprendernos losniveles, forzándonos a improvisar en vez de memorizar. Para aquellos que hayandominado los sistemas que componen el juego, el modo de desafío diario puedesatisfacer el deseo de una dificultad mayor. Quienes no sean capaz de disfrutartanto el combate y la jugabilidad del título tendrán aquí suficiente juego comopara una tarde y a un precio bastante asequible. Eso sí, no está traducido alcastellano en absoluto.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.