Metal Gear Survive
Metal Gear Survive, análisis
El juego más controvertido de la serie (por todo lo que ha venido precedido al mismo) llega a las tiendas muy alejado de la fórmula que caracteriza a Metal Gear, aunque con una propuesta jugable más que correcta, a la par que plagada de incongruencias, para el precio que cuesta.
Hagamos un poco de retrospección. Año 2015. Metal Gear Solid V The Phantom Pain salió a las tiendas y en pocas semanas el revuelo surgió de la nada: rumores sobre que Hideo Kojima se iba del estudio por las discrepancias con Konami; que el último año de desarrollo había sido una tortura; que el juego estaba sin acabar y faltaba un capítulo tres, y un largo etcétera de noticias que fueron cayendo en cascada.
Pasaron unos meses y toda la información que era un leve rumor se terminó confirmando: Kojima se fue de Konami y ahora ya no queda ni un cuadro de él –y esto es literal-; el desarrollo fue un caos durante el último año de desarrollo; y sí, había un capítulo tres del que lo único que tuvimos fue un metraje añadido en la edición coleccionista de The Phantom Pain. La saga Metal Gear perdía a su padre, mentor y cabeza visible, y para colmo le anunciaban casi medio año después un título llamado Metal Gear Survive. El acabose.
Críticas, revuelo, foros inundados de comentarios y un sinfín de improperios volaron por las redes sociales en dirección a Konami. Ahora, en febrero de 2018, Metal Gear Survive ya está en las tiendas, y la única realidad es que ni tenemos un videojuego tan malo para endosarle un cero, ni tampoco es la séptima maravilla debido a los fallos que tiene. Es un spin off correcto que podría haber dado mucho más de sí con pocas decisiones de diseño acertadas.
Si Resident Evil tiene Umbrella Corps y Operation Raccoon City, la franquicia Metal Gear tiene desde hoy Survive. Alejarse de las bases que asentaron a la marca para ir por otros derroteros. Nada que no hicieran ACID o Metal Gear Arcade, todo sea dicho, aunque con la grandísima diferencia que tras cada spin off siempre venía la tralla fuerte… y aquí no sabemos qué será de la saga. Hablemos de Survive.
Poco sigilo, mucha acción
Survive coge los hechos acaecidos durante Ground Zeroes y The Phantom Pain para insertar la historia que se nos cuenta, pero a la que no se le da validez dentro de la cronología de la serie. Para ser exactos, el juego toma como punto de partida el ataque a la Mother Base que sufren las fuerzas de Big Boss justo tras los sucesos de Ground Zeroes. En ese momento, un agujero de gusano se abre encima de las cabezas de los soldados que allí se encuentran para ser trasladados a otra dimensión alternativa.
En este Metal Gear no hay personaje principal. Hay un avatar. Fin. Adiós a centrar toda la aventura en torno a una figura en concreto, toda una declaración de intenciones de lo que va a ser el juego en sí. El objetivo: hay que dirigirse hasta esa realidad alternativa no sólo para rescatar a los soldados, sino para coger un material que puede cambiar el rumbo de las guerras que se libran en el planeta. Así que para allá que nos vamos con saltos intertemporales en agujeros de gusano muy de la Interstellar de Nolan.
La trama es bastante curiosa durante sus primeros compases, y el único problema es que se repite a medida que avanza. Si en The Phantom Pain terminábamos hartos de rescatar al “Soldado altamente cualificado número 79”, aquí ocurre algo parecido. Es una pena, ya que las primeras cuatro o cinco horas (hasta el capítulo siete aproximadamente) no desmerece en absoluto.
Esta propuesta argumental va en consonancia con la jugable. Al principio todo llama la atención gracias a los añadidos introducidos en la vertiente de crafteo, donde hay que mejorar nuestra base, pero pasadas varias horas se convierte en algo repetitivo. Además, vale que uno se puede hacer a la idea de que lo que menos hay en este Metal Gear es sigilo, que la acción acompaña al crafteo, pero hay mecánicas que cortan todo el clímax, y una de ellas es la comida y la sed.
Hay que estar dando de comer y beber a nuestro personaje durante toda la aventura. Y sí, se llega a hacer pesado. Al principio llama la atención, pero conforme pasan las horas es de todo menos divertida. Así mismo, y esto es un problema de diseño bastante grande, apenas hay fuentes de comida o bebida repartidas por el mapa. Mentiríamos si no dijéramos que hemos muerto en reiteradas ocasiones por estar en medio de la nada sin nada que llevarnos a la boca. Si la barra de resistencia o comida baja a cero, la partida finaliza. Y aquí entra el siguiente problema que tiene el juego: el guardado.
Sólo se puede guardar la partida en nuestra base principal, así que si estamos en una misión en la otra punta del mapa y nos quedamos sin comida o bebida, el juego finaliza. Esto nos ha ocurrido durante el análisis en reiteradas ocasiones… y es muy frustrante, ya que se pierden todas las horas de juego que se llevan acumuladas hasta el momento. Por tanto, la experiencia se convierte en una sucesión de ir y venir desde la base hasta objetivos pequeños. De igual manera, y esto también lo hemos experimentado, el juego necesita conexión permanente, así que si se va la conexión con el servidor… diremos también adiós a todo el progreso.
Todo esto se podría haber subsanado con fáciles movimientos: no requiriendo una conexión obligatoria y dejando guardar en determinados puntos del mapa. Y en cuanto a la comida, simplemente con introducir el sistema de vitalidad de The Phantom Pain, este Survive habría sido muy divertido. Es una pena que no se haya apostado por eso, ya que el juego ha hecho un reciclaje completo de lo visto en la aventura de Venom Snake, desde el motor gráfico hasta la jugabilidad propiamente dicha. Y vamos con esto último como primero.
A Metal Gear Solid V The Phantom Pain se le pueden achacar muchas cosas, pero hay un punto que ni el más hereje puede poner en cuestión: no sólo se ofreció el mejor control de toda la saga, sino que tuvo uno de los más pulidos de la generación. El equipo de Survive lo ha cogido tal cual y le ha añadido mecánicas nuevas. ¿Qué queremos decir con esto? Pues que tiene un sistema tan excelso que se hace divertido.
Matar errantes (nombre correcto para estos infectados) es una experiencia placentera. Su IA es abrumadora cuando se trata de ir en sigilo (qué oído y qué vista), pero como eso va a ser en contadas ocasiones, lo llamativo es cuando vienen todos en oleadas (donde la IA sí deja que desear un poco más). El control no falla, responde con exactitud y demuestra que lo ofrecido por The Phantom Pain sigue vigente casi tres años después (que se dice pronto).
Ocurre exactamente igual con el apartado gráfico. Si el estudio tiene el Fox Engine como motor predeterminado, mal no puede salir. Por desgracia, se han cogido los diseños de MGSV y se han llevado a este Survive casi sin ningún cambio. Dejando de lado los nuevos modelados tanto a nivel de criaturas como de personajes y utensilios, se reciclan muchos assets, algo que se ve a simple vista a poco que se le hayan echado unas cuantas decenas de hora a The Phantom Pain.
Todo se inserta en el modo historia ya citado, que va ligado completamente a su modo multijugador. Este Metal Gear sale al mercado a precio reducido con el objetivo de que junto a los amigos creemos nuestras propias oleadas de errantes. No es ninguna novedad, menos tenido ejemplos tan buenos en este campo como puede ser un Left 4 Dead o el modo zombie de Call of Duty. Pero es divertido el soltar adrenalina, poner vallas y trampas, y procurar que no nos maten.
Así mismo, cabe recalcar que existe un tablón de objetivos diarios (o semanales) que se puede cumplir entre los diferentes modos. Y si uno ve que se encuentra un tanto perdido, siempre se puede pasar por tienda para hacerse con los Puntos de Supervivencia (porque otra cosa no, pero Survive no se olvida ni de las microtransacciones ni de las cajas).
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.