Siempre nos quedará Vanquish: el lenguaje de Shinji Mikami

Vanquish ya es retrocompatible con Xbox One; hay motivos para volver

Hay muchos aficionados que consideran Vanquish como uno de los mejores juegos de acción de los últimos tiempos. En su día no contó con el respaldo que luego sí recibió por parte de aquellos que lo jugaron, aquellos que lo conocieron, pero por suerte su paso por PC hizo que el espectro de usuarios se ampliase notablemente.

Ahora, con motivo de la retrocompatibilidad, no serán pocos los que decidan echarle un vistazo o rememorar la acción de la obra de Shinji Mikami, un título tan particular como único. PlatinumGames utiliza un lenguaje propio que solo se interioriza completando sus obras, y Vanquish es uno de los motivos que justifican ese lenguaje.

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Aunque su trama no fue nada del otro mundo, el motivo por el que nos enganchamos desde el primer minuto fue por sus escenas, la espectacularidad audiovisual o los personajes, que aun algo típicos en su personalidad, contaban con un carácter muy marcado.

Pero vayamos a la salsa del asunto: su jugabilidad. Vanquish nos invita a jugar bien, a hacer de cada combo y cada enviste algo bonito. Lejos de ser una obra basada en aporrear botones, que se puede rompiendo la esencia en el camino, como se disfruta es posicionándose bien en cada cobertura, en cada acercamiento dentro de esos excelentemente diseñados escenarios de los múltiples niveles de la historia.

Sin pausa

Porque Vanquish no nos da un respiro, no tiene descanso: de los avances y los disparos pasamos a los jefes, y de ahí a la satisfacción indescriptible de terminar con ellos. Es ese el lenguaje que habla Shinji Mikami en este título, el de la sincronización entre tus dedos, los botones del mando y lo que se muestra en pantalla; el de anticiparse a lo que viene después.

Es complicado llegar a pensar en una segunda parte por mucho que se dejase caer al final del juego; las ventas no acompañaron y si la licencia sigue en manos de SEGA pocas esperanzas tenemos de que cambie la situación.

Siempre nos quedará Vanquish.

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