Fe: la naturaleza y el ecologismo en videojuegos

Representación de una naturaleza mística y ecologismo de fondo

Existe una influencia muy marcada de Tolkien y Studio Ghibli respecto a la representación de la naturaleza en la ficción pop. Evidentemente son solo dos ejemplos, pero son tan prioritarios que han definido, y siguen definiendo, la naturaleza bajo ese aura de fantasía, que apela a lo natural entrelazado con lo místico. Todo ello se contextualiza en un momento histórico en el que emergen las grandes ciudades y la producción industrial devora los recursos naturales. No tendría sentido aproximarse a la naturaleza bajo el prisma del misticismo romántico bajo ningún otro contexto, ya que la naturaleza, cuando la vida se desenvolvía en entornos rurales, era simplemente rutina.

En este recorrido llegamos a Fe, un lanzamiento reciente en EA Originals, que persigue con mucha fuerza esa idea de representación mística de la naturaleza. Un camino que pretende envolver al jugador en un entorno de descubrimiento, y que obviamente pone en valor lo natural como algo a preservar. Algo similar impone Ori, que representa un entorno natural en un momento de crisis con el jugador debe lidiar. Imprime un tono decididamente melancólico, para dar lugar en uno de los juegos más tristes que se recuerdan. Ese tono melancólico se recoge de lo que Miyazaki transmite en prácticamente todas sus películas. En ellas, una fuerza, normalmente la humana, arremete sin reflexión contra recursos naturales a fin de someterlos a sus propios intereses, sean de la índole que sean. El hilo a trazar entre estas obras, las de Mizayaki, Fe y Ori resulta muy evidente.

De igual forma, la saga The Legend of Zelda siempre se ha desarrollado en entornos de naturaleza, aprovechando como pocas ese recurso para dibujar una atmósfera que viene acompañando a Link durante décadas. De alguna manera, en la saga Zelda los mensajes se deben extraer desde el puro simbolismo, por lo que es difícil establecer ideas que no surjan de la interpretación.

La idea de sistema

Las teorías ecológicas de la ciencia, aplicadas a la investigación, se llaman ecológicas porque miran más al investigador que al objeto que estudia. Así, si un investigador pretende analizar el comportamiento de un grupo de niños en el patio de un colegio, lo primero que analizaría una visión ecológica de la investigación es la influencia que la presencia del investigador tiene en el comportamiento de esos niños. La ecología de la ciencia parece un punto de partida interesante para comprender el ecologismo aplicado a los recursos naturales, ya que el ecologismo habla de la naturaleza pero mira directamente al comportamiento humano. Si el comportamiento humano no expoliase recursos naturales el ecologismo no tendría razón de ser. Bajo esta óptica, el punto de partida es que en un ecosistema existe un equilibrio que la acción humana puede romper, desencadenando un proceso que afecta al funcionamiento integral de ese sistema. Esa idea de equilibrio resuena como obsesión de la saga Zelda en todos y cada uno de sus juegos. Una fuerza maligna altera el equilibrio de Hyrule poniendo en peligro al mundo. No sólo peligran los habitantes, sino que peligra la propia esencia de lo que ese universo es.

En Zelda Breath of the Wild se puede observar esa transformación orgánica que atraviesa el mundo de Hyrule a través de una presencia maligna. Una fuerza ha desequilibrado el sistema natural del pueblo, y el funcionamiento del mundo se ha visto totalmente alterado. Un papel similar al que juega Sauron en El Señor de los Anillos. Peter Jackson, en las películas, muestra de una manera muy gráfica cómo la Tierra Media se encapota a medida que los personajes protagonistas se alejan de La Comarca y se aproximan al Monte del Destino.

Una representación más concreta, y el ecologismo como uno de los grandes temas

Sin embargo, en videojuegos también hay hueco para representaciones más concretas de los entornos naturales. Juegos como Final Fantasy VII, que toman una intención claramente ecologista, en un mundo en el que la energía vital del planeta se convierte en el último recurso a explotar. Incluso otros como Grow Home, donde no se reflexiona tanto sobre el agotamiento de la naturaleza, sino sobre aquello que cualquier ser insignificante, como el pequeño y patoso robot, puede hacer por preservar los recursos naturales.

La naturaleza y el ecologismo resulta un tema poco tratado a la hora de analizar videojuegos, y sin embargo, nos encontramos ante una de las ideas más recurrentes y extendidas a través de la obra de los principales autores.  La intención de este pequeño recorrido es justamente la de reflexionar sobre cómo el ecologismo o la preservación de la naturaleza es uno de los temas de protagonismo en videojuegos a través de todas las épocas hasta la actualidad.