Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA
Lost Sphear

Lost Sphear

Lost Sphear, análisis

Lost Sphear, el nuevo JRPG creado por Tokyo RPG Factory y distribuido por Square Enix, llega hoy para PlayStation 4, Switch y Steam. En MeriStation lo hemos jugado y os contamos todo lo que nos ofrece este título con una historia de fantasía cautivadora y un completo sistema de combate que combina el JRPG clásico con estrategia. 

Sabor a JRPG clásico

En una era en la que el JRPG vive un nuevo despertar con títulos como Persona 5, Xenoblade Chronicles 2 o Tales of Berseria, el estudio nipón Tokyo RPG Factory nos presenta Lost Sphear, un nuevo juego en el que se combinan elementos clásicos que recuperan la nostalgia del género, al mismo tiempo que incorpora innovaciones que crean un sistema de combate único, donde la estrategia cobra una presencia más prominente. El sello de Square Enix se percibe en múltiples aspectos, como el diseño de personajes y escenarios, la historia y la construcción del universo en que se desenvuelve la aventura.  

Dicho estudio es el creador de I Am Setsuna, un melancólico título del mismo género en el que una doncella llamada Setsuna lleva a cabo su doloroso periplo para ofrecerse como sacrificio para apaciguar unos demonios que hostigan su mundo. El tema que envuelve tanto la historia como la ambientación es la tristeza, simbolizada en un invierno perpetuo y en el mismo título del nuevo, que en japonés puede leerse como “aflicción”. Tanto la historia, como el tono del juego y la ambientación aspiran a transmitir en el jugador una sensación melancólica, con la cual consigue conectar con una emotiva epopeya. Las batallas se guían por un sistema de combate por turnos activos, presente en la saga Final Fantasy, donde cada personaje tiene una barra de acción que se vacía con cada actuación, de tal modo que no podrá participar de nuevo hasta que dicha barra vuelva a estar rellena. Dichas acciones se dividen en ataques físicos y técnicas, las cuales engloban hechizos y habilidades especiales. A esto, se incorpora el Modo Momentum; una fugaz oportunidad presentada durante un ataque que, si activamos en el momento indicado, potencia el ataque del personaje. Asimismo, disponemos de los spritnites, unos cristales especiales que, una vez equipados, potencian nuestras técnicas. 

I Am Setsuna tuvo una buena acogida por la crítica en cuanto a su narrativa, si bien las opiniones sobre la jugabilidad eran dispares. Para Lost Sphear, considerado su sucesor espiritual, Tokyo RPG Factory ha mantenido los aspectos más positivos y ha confeccionado una jugabilidad más intuitiva, sin dejar de lado la complejidad del sistema de combate, propia del género JRPG

Un homenaje al valor de los recuerdos

En Lost Sphear nos situamos en un lugar remoto, sobre el cual existe el mito de que la luna rige la destrucción y renacimiento del mundo. En la misma introducción del juego se insinúa que no es necesario el astro para propiciar tal ciclo, puesto que la humanidad, guiada por sus deseos oscuros, se basta para destruir y reconstruir su entorno. 

Poco después tomamos el control de nuestro protagonista, Kanata, un joven huérfano que habita en el pueblo de Elgarthe, donde ha hallado una nueva familia en sus habitantes, sobre todo en la Venerable que vela por su educación, así como en Lumina y Locke, otros muchachos sin padres con los que mantiene una hermosa amistad en la que no falta la ternura ni las bromas inocentes. 

Un fenómeno extraño empieza a darse en esta humilde aldea: poco a poco, varios objetos y personas empiezan a desaparecer, dejando tras de sí una misteriosa niebla blanca. Kanata, por su lado, descubre poseer el don de restaurar cualquier entidad desaparecida, si consigue recolectar los recuerdos arraigados a ella. No tardará en verse obligado a utilizar ese poder, puesto que su hogar natal, junto con sus habitantes, desaparecerá dejando un enorme bloque nebuloso. Kanata, junto con sus amigos, deberá viajar por el continente para restaurar su desaparecido pueblo. Por supuesto, el periplo se complica cuando observan que varias localidades han sufrido desapariciones misteriosas y el ejército imperial requiere la colaboración de nuestros héroes. Y, para mayor complicación, comprueban que el fenómeno de la desaparición se ve ligado al repentino surgimiento de monstruos que, al derrotarlos, liberan los recuerdos perdidos. Tras esta trama se encierra la idea filosófica de que la memoria es el núcleo de la existencia; vivimos porque atesoramos experiencias, emociones, recuerdos, los cuales son el testimonio de nuestro viaje vital. Durante la partida, recolectaremos recuerdos necesarios para revivir una entidad desaparecida, bien sea derrotando monstruos o rescatando una emoción transmitida en un diálogo o texto escrito, diferenciada por una tipografía en azul. Los recuerdos estarán asociados a múltiples conceptos; así, obtendremos recuerdos de pasión, de artesanía, de mar, de dolor, etc., que acaban siendo lo más definitorio de la estructura o persona que deseamos restaurar.

A lo largo de su aventura, Kanata conocerá nuevas ciudades y personajes. Con algunos de ellos forjará una alianza que dará pie a la camaradería propia de los grupos protagonistas de un título JRPG al uso. La personalidad de muchos de ellos seguirá unos estereotipos típicos de las aventuras de rol niponas, que identificaremos fácilmente y con la que conectaremos enseguida: la muchacha  optimista y sensata, el amigo bobalicón y torpe que hace las veces de alivio cómico, el aliado soberbio de carácter frío que acabará mostrando su faceta más afectuosa, etc. Por otro lado, nuestro héroe, cuya nobleza, autosacrificio y honestidad le definen, conocerá el lado más oscuro del ser humano en su gesta de salvación mundial. No faltará quien busque utilizar a Kanata —y aprovecharse de su bondad— para sus propios fines ambiciosos, así como el clásico conflicto en la que los poderosos oprimen a una civilización que sólo busca sobrevivir.

Rol clásico con mechas

Lost Sphear posee todas las características clásicas de un JRPG: un grupo de guerreros con habilidades propias, donde no faltan figuras como la del guerrero, la sanadora, el tanque, el arquero, etc. Al grupo de Kanata se irán sumando aliados que cumplirán dichas características y con los que construiremos un equipo equilibrado. Para combatir, sólo podemos controlar como máximo a cuatro personajes, con lo que deberemos escoger con cuidado a quiénes dejamos dentro de la acción. 

La aventura sigue un hilo en formato de misión principal muy definido y guiado, que de tanto en tanto se desvía por una misión secundaria bien integrada y no exenta de relevancia para nuestra aventura. Cada tramo mantendrá un buen equilibrio entre mazmorras, localizaciones, jefes finales y desarrollo de la historia y, si en un momento nos vemos perdidos, podemos activar una charla entre nuestros personajes en la que encontraremos indicaciones sobre los siguientes pasos que debemos dar. Dispondremos de tres niveles de dificultad bien equilibrados y que se podrán modificar a lo largo de la partida: el fácil, para tener una experiencia relajada, donde los enemigos son menos resistentes y hay mayor abundancia de objetos; el normal, para jugadores acostumbrados al género y que presenta un desafío estándar; y el difícil, donde los enemigos resultarán más duros. 

Cada personaje dispone de un indicador de salud y de puntos de magia, así como habilidades especiales exclusivas. Mediante la adquisición de spritnites —cristales mágicos que, recordemos, ya conocimos en I Am Setsuna—, aprenderemos nuevos hechizos y técnicas que sumaremos al repertorio de cada luchador siempre y cuando tenga ranuras disponibles. Dichos spritnites se dividen en habilidades activas —skills—, pasivas —counter— y momemtum —potenciadores que se activarán en el Modo Momentum—. Cada cual tendrá su propia arma, de la cual podremos hallar y adquirir versiones superiores. Por otro lado, las armaduras servirán para todos los personajes. El equipamiento se podrá mejorar en la herrería, donde podemos aplicar spritnites que potenciarán sus características. Cada vez que visitemos una ciudad o aldea, no podremos saltarnos la visita de rigor a las tiendas para adquirir nuevo equipo, pociones y spritnites. La posada será una parada también obligatoria de cara a la preparación para futuras batallas, ya que un descanso reparador nos devolverá nuestra salud y magia, las cuales no podremos recuperar en los puntos de guardado, a menos que utilicemos objetos especiales como kits médicos. En la posada, además, contaremos con el restaurante, donde adquiriremos platos que potenciarán nuestras capacidades bélicas. El cocinero nos pedirá ingredientes especiales con la opción “seek ingredient” —búsqueda de ingredientes—, con los cuales nos cocinará un nuevo manjar.

En un momento de la aventura, adquiriremos los Vulcosuits, unas servoarmaduras con habilidades especiales y que añadirán más posibilidades al combate. Al equiparlos, accederemos a nuevos ataques combinados y al Paradigm Drive, la armonía entre el Vulcosuit y su piloto que dará paso a un nuevo abanico de colosales técnicas que harán los combates mucho más épicos. Cabe tener en cuenta que cada traje tiene su propio Paradigm Drive, los cuales iremos desvelando a medida que avance nuestro periplo. Fuera de los combates, estas armaduras mecanizadas nos permitirán el acceso a nuevos rincones de las localizaciones, y en las mazmorras podremos activar su modo de desplazamiento veloz para movernos por el terreno con mayor agilidad a la vez que esquivamos combate. No obstante, la energía de estos útiles mechas es finita, y se refleja en una barra llamada VulcoPoints —VulcoPuntos—, que se consumirá cada vez que utilicemos una de sus habilidades especiales. Podremos recuperar la energía de los trajes al utilizar un cargador Vulco o al descansar en una posada.

Un sistema de combate por turnos con toques de estrategia

Además de los combates que se den durante el desarrollo de la historia, encontraremos enemigos en las mazmorras. Estos serán visibles en el camino y, si deseamos combatir, nos acercaremos a ellos. Según se dé la aproximación, tendremos un encuentro preventivo, lateral o amenazante, lo cual afectará al estado de nuestra barra de Momentum, la cual tendrá una carga completa, media o vacía, respectivamente. La batalla se dará por turnos activos, es decir, cada personaje dispone de una barra de acción que se gastará con cada actuación que hagamos, ya sea ataque, habilidad especial, invocación de VulcoSuit o uso de objeto. Después, la barra se irá rellenando a una velocidad variable según las características de cada personaje hasta volver a su punto máximo, con lo que el héroe en cuestión podrá actuar de nuevo. Tras escoger una acción ofensiva, previsualizaremos el área en la que afectará y podremos situar a nuestro héroe en cualquier punto de la zona de batalla, calculando los enemigos que entrarán dentro de dicha área. Esto abre muchas posibilidades estratégicas, con lo que planificaremos la mejor posición para cada luchador, de tal modo que pueda dañar al mayor número de enemigos a la vez, al mismo tiempo que abrimos la puerta a ataques por la espalda y acorralamientos entre dos personajes. 

Al llegar el turno de cada héroe, podemos escoger entre un ataque físico, una habilidad, o uso de objeto. Los ataques físicos se pueden potenciar al activar el Modo Momentum, que es una oportunidad que se da durante la realización de la ofensiva; mientras nuestro héroe prepara su acometida, un resplandor azulado brillará a su alrededor, con lo cual deberemos presionar Cuadrado —en la versión de PS4, que es la que hemos jugado para el presente análisis— para activar el Modo Momentum, el cual sumará un extra de daño al inflingido. Dicho Modo Momentum estará disponible al rellenarse su barra correspondiente, y cada personaje dispondrá de tres recargas por combate para llevarlo a cabo.

En cuanto a las habilidades, que engloban hechizos y técnicas especiales, se sobrecalientan con cada uso, y no estarán disponibles hasta que pase su tiempo de enfriamiento, el cual varía para cada una. En cada turno, dicho tiempo de enfriamiento es menor. 

Los objetos que utilicemos durante el combate consistirán en pociones de curación, regeneración de magia y antídotos contra estados alterados que nos puedan causar los ataques de los enemigos —enamoramiento, parálisis, veneno, etc.— y podrán ser usados por todos los personajes. Los hallaremos en cofres y en oponentes derrotados, así como también los podremos adquirir en tiendas o en el clásico vendedor ambulante con el que nos topemos en una mazmorra.

Al finalizar cada enfrentamiento, sumaremos puntos de experencia y recolectaremos objetos y recuerdos que haya liberado el enemigo, a lo que afectará si le hemos eliminado durante el Modo Momentum o con un Vulcosuit. Al acumular una determinada cantidad de puntos de experiencia, subiremos el nivel, con lo que recuperarmos magia y salud automáticamente, así como desbloquearemos nuevas ranuras para spritnites.  

Pese a que el sistema de combate es complejo, es muy sencillo aprenderlo y dominarlo. Es fácil escoger la posición idónea de nuestros héroes, así como acertar la activación del Modo Momentum. En cuanto a los hechizos —basados en cuerpos elementales como fuego, agua, tierra, aire, oscuridad y luz—, su eficacia se va aprendiendo mediante la experimentación, y es muy intuitiva para los jugadores que poseen experiencia en el rol, con lo que deducen rápidamente que los hechizos de fuego son los más eficaces para las plantas, y los de rayo contra las máquinas. 

Un mundo por descubrir y reconstruir

Para desplazarnos entre localizaciones, nos moveremos a pie por un amplio mapa, donde algunas de las zonas serán accesibles mediante navío marítimo o aéreo, según la parte de la historia en la que nos encontremos. En él no tendremos combates aleatorios, aunque sí encontraremos varios recuerdos y objetos, que se regenerarán con el tiempo. Observaremos que varios rincones han desaparecido y en su lugar quedará la extraña niebla. Por supuesto, la restauración de muchos de ellos estará vinculada a la misión principal, aunque también habrá puntos donde podremos construir un artefacto con los recuerdos requeridos, los cuales nos concederán bonificaciones como el poder visualizar la salud y tiempo de acción del enemigo o reducir el desgaste de magia y energía de los Vulcosuits

Una esfera mística y cautivadora

La ambientación de muchos títulos de rol se basa en la fantasía medieval, ante lo cual Square Enix ha propuesto alternativas más creativas, como el mundo industrial en diversos Final Fantasy. Lost Sphear se aleja también de este arquetipo con un diseño de niveles exquisito y original. Viajaremos por las localizaciones más humildes, pasando por ciudades más opulentas, sin dejar de lado mazmorras ubicadas en ruinas abandonadas o cuevas con lagos internos. En cuanto a los lugares habitados, éstos presentan una arquitectura inspirada en la época victoriana con tímidas pinceladas steampunk, presentes en los robots que pasean por las calles. El diseño de los monstruos describe muy bien su naturaleza y transmite muy bien su simbolismo, como el dragón marino construido por múltiples barcos hundidos que hallamos en un cementerio naval. El universo excelentemente construido en Lost Sphear posee una mitología propia y una forma de entender la vida muy emotiva, que se ve acentuada en el concepto de que todo elemento, desde un accidente geográfico, una persona, animal o ciudad, basa su existencia en la memoria. Destacamos que la composición de la pantalla de inicio varía según el punto de la historia en el que nos hallemos.

Los gráficos aspiran al estilo de los JRPG 16-bit, al que añaden una perspectiva más vanguardista, gracias una generosa confección de los escenarios, en los que destacamos los cuerpos de agua con detalles que recuerdan a la acuarela, o el interior preciosista de los hogares en los que no falta el ambiente acogedor de una chimenea, una bañera tras un biombo y una mesa poblada de colorida comida que abre el apetito, incluso con sus limitaciones gráficas. El interior del palacio imperial es abrumador y su lujo brilla en cada huevo decorado, alfombra dorada y en la forma en cómo se abre cada portón de hoja doble.

Sin embargo, es una lástima que en los héroes y antagonistas humanos el diseño visual se haya quedado un paso atrás. Cada uno de ellos presenta un aspecto y personalidad que hemos visto en otros títulos del género, aunque no por ello dejan de hacerse querer, y sus animaciones son más propias de la quinta generación que de la actual. Se transmite bien la nostalgia por los JRPG de antaño, aunque hubiera funcionado mejor una presencia más evidente de la acuarela, o unos rasgos más definidos para los personajes. 

El apartado sonoro refleja toda la delicadeza de este título con una serie de temas con base de piano compuestos por Tomoki Miyoshi. Cada canción transmite la melancolía propia de un mundo cuya existencia peligra al desaparecer en un cruel olvido, y no faltan las canciones cálidas para las localizaciones más acogedoras, y las enardecedoras para el combate, con toques más tensos para las que acompañan al enfrentamiento contra un jefe final. Se podrán activar las voces, con lo que oiremos los gritos en japonés de nuestros héroes durante el combate. En cuanto a los textos, podremos escoger su velocidad, y podremos releer un diálogo si deseamos revisar información. 

En cuanto al idioma, es una lástima que el juego no esté traducido al castellano, si bien está disponible en japonés, inglés, francés y alemán. Sería todo un añadido poder disfrutarlo en nuestro idioma, pese a que el nivel requerido para entenderlo en la lengua anglosajona, que es en la que lo hemos jugado, no es muy exigente. 

Este juego se ha analizado en su versión para PS4.


8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.