Reigns: Her Majesty
- PlataformaPCIPHIPDAND8
- GéneroAventura
- DesarrolladorNerial
- Lanzamiento07/12/2017
- TextoEspañol
- EditorDevolver Digital
Reigns: Her Majesty, Análisis
No hay nada más difícil que gobernar bien, y he aquí donde radica el núcleo de la saga de estrategia Reigns, desarrollada por Nerial y distribuida por Devolver Digital, donde ejercemos el rol de un rey que debe mantener su poder mientras mantiene contentos y bajo control los pilares de su gobierno. El pasado 7 de diciembre llegó a PC, Android e iOs su esperada segunda parte: Reigns: Her Majesty, en la que esta vez viviremos la experiencia de una mujer al trono, manejando los hilos a la sombra de su marido, el cual quedará relegado a un segundo plano en el panorama sociopolítico.
Tras la ácida saga Reigns se encuentra el estudio Nerial, ubicado en Londres y fundado en 2013 por François Alliot. Además del juego que nos concierne, cuentan con varios títulos más en su trayectoria. Su primer proyecto, cuyo desarrollo permanece interrumpido, es Revolving Sky, una aventura espacial que gira alrededor de la construcción de una nave. En 2013, Nerial lograron lanzar su primer título, Singular, una aventura de puzzles en la que guiamos a una pequeña célula verde a través de su propia experiencia vital y que está inspirada en World of Goo y Thomas Was Alone. Un año más tarde lanzaron Devouring Stars, un estrategia en tiempo real en la que una tribu de estrellas debe devorar campos de estrellas, formar nebulosas y convertirse en una galaxia, para huir de otras tribus enemigas y extender su dominio por el universo. En 2015, llegó MagicShot, un juego de billar experimental para móviles en el que los jugadores deben realizar una carambola; meter las bolas amarilla y roja de un sólo toque en una mesa cuya forma varía en cada partida. En ese mismo año llegó Passengers, un título con un gran componente de denuncia social, puesto que su intención es desafiar los prejuicios hacia los inmigrantes, tal y como Alliot declara en la misma página web de Nerial: “los videojuegos son el único medio cultural capaz de ponernos en el lugar de otro, y hemos utilizado esta herramienta para que la gente sea más consciente de la situación de los inmigrantes y que al mismo tiempo se plantee muchas cuestiones sobre ellos”. En Passengers, nos metemos en la piel de un contrabandista que ayuda a una serie de inmigrantes a comenzar una nueva vida en Europa. Para ello, deberá escoger el método de transporte, negociar sobornos y decidir cuánta gente es capaz de trasladar en cada viaje, así como escoger a los pasajeros.
En la misma línea de crítica social y con un humor lacónico, Reigns llegó a Steam y móviles en 2016. Aquí, nos convertimos en el monarca de una dinastía maldita, condenada a gobernar eternamente mientras los espíritus de los reyes predecesores nos vigilan sin poder gozar de su descanso eterno. Durante nuestro reinado, debemos tomar una serie de decisiones que afectan a los cuatro pilares principales de poder: la Iglesia, el pueblo, el ejército y el tesoro real, a quienes debemos tener satisfechos, pero sin llegar a excedernos para evitar perder la corona. Si un rey fallece —lo cual es harto fácil—, le sucede el siguiente, hasta que consigamos romper la maldición. A lo largo de un linaje que puede prolongarse siglos, conoceremos el lado más corrupto de las instituciones poderosas, mientras vivimos intrigas y aventuras cargadas de humor absurdo. Alliot, durante una entrevista concedida a Polygon en diciembre de 2016, explicó que con Reigns buscaba “burlarse de la manera en la que la sociedad lidia con situaciones políticas complejas, como ha sucedido con el Brexit”.
¿Para qué soñar con ser princesa, pudiendo ser reina?
Reigns tuvo una acogida muy positiva por parte de la crítica, fue finalista en el Indieplus de 2016 y ese mismo año estuvo nominado a mejor juego de móvil en los Unity Awards y a mejor uso de narrativa en los Develop Awards. En 2017, ganó la competición internacional de Ludicious.
Tras el lanzamiento de Reigns, varios usuarios pidieron jugar con una protagonista femenina. Esto inspiró su segunda parte, Reigns: Her Majesty, en la que contaron con el guión de Leigh Alexander, la cual ha aportado una perspectiva feminista en un videojuego en el que se honra a la figura de la reina que gobierna desde la sombra, al lado de un rey no siempre responsable o capaz. Asimismo, el misticismo que envuelve la trama gira alrededor de La Madre de Todo, una diosa que vela por todas las mujeres y que, rompiendo la cuarta pared, ayuda a cumplir una fantasía de poder femenino muy común: ser reinas de todo y todos. No obstante, este enfoque no busca dirigir Reigns: Her Majesty a las jugadoras en exclusiva. Este título va dirigido a los amantes de la estrategia que disfruten de los videojuegos con crítica política, y a quienes se quieran ver incomodados por la situación de tener que tomar decisiones muy contrarias a los propios ideales en pro de mantenerse en el poder, como el aprobar una caza de brujas o negarse a la construcción de un centro filosófico.
La mano de Alexander se percibe durante toda la narrativa del juego, en la que hay una mayor presencia de personajes femeninos y en la que la crítica ácida, vislumbrada en cada una de las situaciones de la partida, hace bastante hincapié en los roles de género, como la importancia de la belleza física y la censura hacia la independencia femenina. Asimismo, también estarán presentes temas como la libertad religiosa o la convivencia de la ciencia y el cristianismo.
En el punto medio reside la virtud de una buena reina
Reigns: Her Majesty sigue una mecánica muy similar a su predecesor. Manejamos una dinastía de reinas y dirigimos nuestro gobierno mientras tenemos bajo control los mismos cuatro pilares de poder que en el anterior Reigns: la Iglesia, el pueblo, el ejército y el tesoro real, cada uno representado con un símbolo cuyo nivel ascenderá o descenderá en función de su satisfacción con nuestra gestión. En cada año de reinado, recibiremos la visita de alguien de la corte, un súbdito o un visitante extranjero que nos planteará un problema. Tendremos dos opciones de respuesta, que escogeremos deslizando la carta de nuestro interlocutor a izquierda o derecha. Antes de validar nuestra decisión, veremos a qué pilares afectará. Con el tiempo, dichas situaciones se irán repitiendo y acabaremos memorizando las consecuencias de nuestras decisiones, lo cual pueden volver el juego algo repetitivo.
El hecho de tomar una decisión con sólo deslizar una carta es totalmente intencional, puesto que a través de esta mecánica, ya presente en el anterior Reigns, Alliot, tal y como declara en su entrevista con Polygon en diciembre de 2016, quiere mostrar al jugador cómo se reduce a lo binario una cuestión política compleja y cómo podemos provocar consecuencias colosales con un gesto tan simple como deslizar el dedo; lo cual hemos experimentado en el mundo físico con el Brexit.
Si uno de los pilares alcanza el límite, nuestra reina morirá, y dará paso a la siguiente. Cada una de las muertes será muy creativa y contendrá su carga política: así, la Iglesia nos quemará por bruja si nos percibe como una mujer indomable, mientras que si nos mostramos déspotas con nuestro pueblo, éste nos llevará a la guillotina. Como añadido con respecto al anterior Reigns, en esta entrega contaremos con un inventario, que completaremos con objetos que iremos consiguiendo a lo largo de la partida y que tendrán un efecto especial sobre ciertos personajes. Asimismo, deberemos tener en cuenta el signo zodiacal bajo el cual ha nacido nuestra reina, ya que éste influirá en algunos eventos que se producirán durante su reinado.
A la hora de avanzar en la historia principal, deberemos estar atentos a pistas que iremos recibiendo por parte de La Madre de Todo y de algunos de los visitantes a nuestro salón del trono para cumplir algunas misiones que nos pongan en el camino de uno de los tres finales que presenta el juego.
Con algunos personajes nos deberemos enfrentar a un duelo, y su sistema es distinto al de Reigns. Mientras que en el anterior juego teníamos que calcular las ofensivas y defensivas, en éste deberemos resolver un acertijo. Cada uno de los rivales empezará a caminar, con una pistola en la mano, a espaldas del otro. Cuando oigamos la solución del acertijo, dispararemos. Y, al contrario que en Reigns, si fracasamos, moriremos y daremos paso a la siguiente reina.
En la versión para Android, que es la que hemos jugado para el presente análisis, la sensibilidad a la hora de deslizar cartas ha mejorado significativamente, aunque las posibilidades de gestión de los cuatro pilares están más desequilibradas; es mucho más probable morir, ya que es muy fácil conseguir la excesiva adoración del pueblo y las consecuencias que afectan al ejército son mucho más difíciles de deducir. Por otra parte, se da una variedad de eventos mucho mayor y puzzles más intuitivos, lo cual convierte a este juego en una experiencia tan adictiva como su antecesor.
El apartado gráfico sigue un estilo minimalista idéntico al del anterior Reigns, con ilustraciones sencillas que cumplen su función y transmiten la idea de que la vida política no es más que un guiñol. El estilo de la indumentaria de los personajes y los escenarios evoca una ucronía en la que se percibe inspiración en el Renacimiento y Romanticismo, con guiños a la época actual. Cabe hacer una mención especial al impactante efecto visual que se da en la aparición de La Madre de Todo, y que nos producirá una sensación inquietante.
En cuanto a la localización al castellano de Reigns: Her Majesty, ésta presenta una calidad de textos mucho mayor que la de su antecesor. No obstante, es mejorable en su aspecto técnico, ya que algunas frases no caben en la pantalla y algunas cuestiones están redactadas de forma ambigua, lo cual entorpece la la decisión del jugador.
Para la banda sonora, en Nerial han contado con Jim Guthrie, cuyo arte ya disfrutamos en Superbrothers’s Sword and Sworcery LP; y con JJ Ipsen, que con el anterior participó en Planet Coaster. Para Reigns: Her Majesty, han creado una serie de temas experimentales, con base de órgano, que crean un ambiente ominoso, regio, misterioso y onírico que define este título de manera muy acertada. En cuanto a los sonidos, cada uno de los personajes tendrá su propia voz, a través de la cual hablará en un idioma imaginario y con un tono muy característico que les dará personalidad y a través del cual podemos atisbar sus intenciones.
Este juego ha sido analizado en su versión para Android.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.