Rocket League
- PlataformaPS48.2PC8.2NSW7.8XBO
- GéneroDeportes, Conducción
- DesarrolladorPsyonix Inc
- Lanzamiento07/07/2015 (PS4, PC)17/02/2016 (XBO)14/11/2017 (NSW)
- TextoEspañol
- EditorPsyonix Inc
Rocket League para Nintendo Switch, análisis
Psyonix ha sido la encargada de brindarnos uno de los títulos más laureados en la escena competitiva durante los últimos años. Ahora, coincidiendo la llegada de Nintendo Switch, esta reinterpretación del micromachine futbolero da el salto a la plataforma nipona junto a todas las características que lo convirtieron en la sensación multijugador.
Han pasado poco más de dos años desde que el fenómeno deportivo aterrizara en PlayStation 4 y PC. Desde aquel verano de 2015, Rocket League ha pasado por diferentes etapas de transición. La explosión de jugadores que vivió durante sus primeros compases fue acrecentada con su participación en el servicio de suscripción PlayStation Plus. La obra original, Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars, pasó sin pena ni gloria durante la pasada generación. Su secuela reunió las suficientes características para que se produjera tal impacto en la comunidad: participar en el programa previamente comentado, llegar en un momento crítico como el verano y su jugabilidad accesible a la par de profunda.
Durante este tiempo, plataformas como Xbox One también se han sumado a la propuesta de Psyonix. Tras el turno de la consola de Microsoft, Nintendo Switch tampoco faltaría a su cita con el balón, por lo que hoy recibimos con los brazos abiertos a uno de los ports más esperados por la comunidad nintendera. Sobre el papel, las capacidades híbridas del sistema casan perfectamente con el abanico de opciones a nivel jugable. Pero ya sabemos cómo son los traslados de proyectos como este de manos de terceros, sobre todo si viene de la mano de Panic Button, responsables también de la llegada de Doom a la consola. ¿Estará a la altura de las expectativas?
Al primer toque
La primera fila de la escena competitiva es un lugar de difícil acceso. Allí, los nombres más célebres del panorama se agolpan para reunir al mayor número de público posible. Sin lugar a dudas, existen géneros más propensos a tener su espacio respecto a otros, como puede ser el caso de la nueva vertiente Hero Shooter, los incombustibles MOBA y la estrategia en tiempo real tan popular por las costas asiáticas. En cuanto a lo deportivo, pocos pueden toser al rey del balompié: Fifa. Es por ello que el mérito del estudio estadounidense sea todavía mayor.
A estas alturas pocos usuarios desconocerán la existencia de Rocket League. La mezcla de unos pequeños vehículos —se podría decir que han sido extraídos de los míticos Micromachines— con el fervor de un deporte tan popular como el fútbol solo podría desembocar en una fórmula ganadora. El modo tradicional reúne hasta cuatro jugadores por equipo en partidos de cinco minutos de duración. Puede parecer poco, nada más lejos de la realidad: es el tiempo perfecto para disputarse el todo por el todo manteniendo una de las filosofías que Psyonix lleva por bandera: la accesibilidad.
Esa esencia del famoso «un turno más» al que estamos acostumbrados en las obras de Firaxis Games, se traslada perfectamente a esta obra. Acceder, buscar partida y jugar. Es uno de los títulos perfectos para encontrar altas dosis de diversión en espacios de tiempo reducidos, adaptándose así al mayor número de perfiles de jugador. Hablando de adaptación, si por algo se caracteriza es por reunir alrededor de su propuesta incluso a aquellos que detestan este deporte. Pese a las diferencias más que obvias, la manera de jugar y progresar es tan única que lleva el fútbol electrónico a un nuevo nivel.
Para conocer en profundidad nuestra opinión sobre la obra, podéis acceder al análisis a través de este enlace. A continuación nos dedicaremos en exclusiva a desgranar las bondades y defectos de su llegada a Nintendo Switch.
Donde quieras, como quieras
Ese concepto accesible al que aludimos con anterioridad, casa a la perfección con la última plataforma en sumarse a la fiebre del balón. Nintendo Switch y Rocket League están llamados a entenderse. Las tres grandes posibilidades de juego que reúne la consola de la “Gran N” permiten explotar al doscientos por ciento la amplia variedad de opciones que atesora. Ya sea en modo dock, portátil o tabletop, el alma encontrada originalmente se mantiene intacta aquí, permitiendo disfrutar de una versión sin ningún tipo de restricciones.
Las diferencias más notorias se encuentran en el aspecto gráfico. Mantener de forma sólida el objetivo de sesenta imágenes por segundo ha hecho que en lo visual sufra recortes respecto a sus compañeros en las diferentes consolas. Su resolución cuando está introducido en dock alcanza los 720p, lo que permite una visualización correcta en nitidez, pero acompañado de un recorte flagrante en texturas y filtrado anisotrópico. Aun así, los ajustes entran dentro de lo esperado; permite disfrutar de la misma experiencia Rocket League que en el resto de versiones.
En portátil la historia cambia, sobre todo en términos de resolución. Pasamos del estándar a una variable, bailando entre los 720p hasta mínimos de 576p. La gran mayoría de mapas muestra una calidad de imagen más que decente, pero cuando entran en juego los que cuentan con mayor carga poligonal, la cosa cambia. El título sufre muchísimo en Aquadome y Base ARC, donde el entorno se encuentra sobrecargado por encima del resto. Ya en otras versiones hemos sido testigos de la falta de optimización de sendos escenarios, por lo que era lógico pensar que Nintendo Switch se llevaría la peor parte en este sentido.
Resulta molesto cuando ocurre. Puede seguir jugando sin problema alguno, pero la falta de nitidez de estos dos circuitos dificulta la experiencia. Por otra parte, es normal hacer este tipo de sacrificios en pos de mantener la tasa de frames objetivo; innegociable para la compañía. Dejando de lado la calidad de la imagen, nos ha sorprendido muchísimo lo cómodo que resulta jugar con la tableta acoplada a los joy-cons. El mayor temor apuntaba al recorrido de los sticks y cómo realizar acciones rápidas alternando los botones de salto y turbo. La realidad es que funciona bastante mejor de lo esperado, haciendo del modo portátil la opción más interesante de las tres. Afortunadamente para aquellos que no terminen de adaptarse, el juego cuenta con soporte oficial para el mando Pro, disponible en dock y tabletop.
Como os venimos comentando, la versión para la última consola de Nintendo cuenta con las mismas opciones de juego. De hecho, la última actualización se encuentra integrada de base. Esta equidad en la oferta jugable tiene como principal motivo el funcionamiento del juego cruzado. Las comunidades de Xbox One y PC acompañarán a los recién llegados con la unificación de poblaciones. Podremos jugar junto a nuestros amigos de otras plataformas dentro de las partidas rápidas, pero siendo imposible crear un grupo en vistas de disfrutar del resto de modos. Sin olvidarnos, por supuesto, del modo local, incluso siendo posible jugar con un único joy-con.
Los únicos items especiales que no encontraremos en otras versiones residen en los dos chasis temáticos. Mario, Luigi y Samus han sido los elegidos para llevar tener sus propios objetos de personalización. Escaso, para qué negarnos, pero se agradece el gesto hacia la comunidad nintendera.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.