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Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 3 cumple 10 años
Tocando techo en tres dimensiones
10 años del juego que tocó la excelencia en los simuladores de Dragon Ball
Se cumplen 10 años del lanzamiento de Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 3, un sueño hecho realidad que fue una respuesta a la paciencia de tantos y tantos fans de la marca que intentaban encontrar en sus consolas un simulador de la franquicia de Akira Toriyama con dosis incontables de contenido y una jugabilidad más que notable.
Habíamos tenido buenos ejemplos con Shin Butoden o incluso los anteriores Budokai Tenkaichi, ya que la trilogía Budokai juega en otra liga, buscaba ser más un juego de lucha convencional con personajes de Dragon Ball. En esa subsaga se puso el listón muy alto, pero finalmente fue en noviembre de 2007 cuando la otra parte de la balanza dio un golpe sobre la mesa con este sobresaliente Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 3.
Deseo concedido
PlayStation 2 y Wii fueron las plataformas afortunadas de acoger este desarrollo, un arcade con potencial para aglomerar en un mismo disco tanto frenetismo como profundidad en el sistema de combate y un plantel de luchadores que superaba los 150. Una barbaridad. Dicen que el paso tiempo termina poniendo en su lugar a los videojuegos, y podemos decir sin temor a equivocarnos que Budokai Tenkaichi 3 es uno de aquellos que prefirieron decirle no al envejecimiento, o al menos no tanto como otros proyectos que incluso vinieron después de éste.
Diez años más tarde, BT3 se sigue disfrutando bastante bien, tanto por el diseño de los escenarios como por el modelado de los personajes. No era muy complicado dominar las técnicas iniciales de los luchadores, si bien es cierto que muchos eran prácticamente calcos los unos de los otros; pero tomar el control de absolutamente todos a un nivel avanzado no era tarea fácil.
Un homenaje a Dragon Ball… y a Toriyama
A esto tenemos que sumar los numerosos modos de juego, la forma tan bien llevada de contar la historia o el reto constante al jugador con algunas de sus vertientes individuales. Además, en este título no faltaba de nada, tanto las tres sagas principales de Dragon Ball Z como la era original y contenido no canónico como Dragon Ball GT. Incluso las películas. Incluso Arale, de Dr. Slump. Era casi imposible no esbozar una sonrisa jugando con amigos.
Mención aparte también para la cámara, que pocas veces nos jugaba malas pasadas. Los escenarios dinámicos, diseños de interfaces y menús, banda sonora… Es difícil encontrar algo que fallase de verdad. Es por ello que nos preguntamos a qué espera Bandai Namco para realizar una versión en Alta Definición del que es posiblemente uno de los tres mejores videojuegos de Dragon Ball jamás hechos, un podio que posiblemente intente ocupar también Dragon Ball FighterZ en tan solo unos meses…
Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3
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