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RiME

RiME

  • PlataformaNSW8PC8.8PS48.8XBO8.8
  • GéneroAcción, Aventura
  • DesarrolladorTequila Works
  • Lanzamiento26/05/2017 (PC, PS4, XBO)17/11/2017 (NSW)
  • TextoEspañol
  • EditorSix Foot Studios

Análisis de RiME para Switch

RiME, obra cumbre del estudio español Tequila Works, llega a Nintendo Switch a través de una conversión realizada por Tantalus. Vuelve su evocadora dirección artística a través de una emocionante experiencia de gran fuerza emocional que, en esta ocasión, podremos llevar a cualquier parte. ¿Cumplirá las expectativas?

Actualización 28 de febrero de 2018

Tras el parche 1.0.2 lanzado por Tequila Works, hemos podido comprobar las mejoras implementadas en la versión de RiME para Nintendo Switch. La evolución es muy notable, tanto en el modo dock como funcionando en portátil. En el primer caso, se mejora sustancialmente el frame-rate (pese a que hay tirones menos notorios, sobre todo en el cambio entre zonas) y el título, a nivel general, se ve bastante más nítido.

En el modo portátil encontramos las mejoras más evidentes: el título antes funcionaba a una resolución cercana a los 480p, dando como resultado un acabado realmente borroso y molesto, que venía acompañado por la pérdida de definición del personaje y la generación de extraños artefactos alrededor de su figura. Por suerte, tras la actualización el juego gana en nitidez, acercándose a los 720p, y la imagen en pantalla se muestra con gran fluidez, pese a que siguen presentes algunos bajones puntuales de rendimiento cuando sucede alguno de los siguientes casos: se acumulan demasiados elementos en pantalla o pasamos de una zona a otra.

En general, RiME para Nintendo Switch resuelve su mayor problema: la anterior versión resultaba, en muchos fragmentos, totalmente injugable por su bajo rendimiento y muy decepcionante en cuanto a resolución en modo portátil. Sigue siendo, a nivel técnico, inferior a las versiones para PC, PS4 y Xbox One y menos preciosista, pero el gran avance logrado por Tequila Works hace que merezca pasar, según nuestro criterio, de un 6 a un 8 en su calificación general.

Análisis de RiME

Imaginad por un momento sumergiros en un viaje mágico —a caballo entre lo terrenal y aquello que va más allá del mundo de los sueños— dentro de un nuevo universo bañado por un sol cegador que arroja azuladas sombras en la arena, mientras erige espectaculares construcciones de clara inspiración griega.

Bajo el rol de un misterioso niño con piel de ébano e impetuosa curiosidad, recorreremos parajes que van desde lo apacible hasta lo siniestro, desde lo cercano y nostálgico hasta aquello que insufla en nosotros una inquietante sensación de soledad y melancolía. Llegados a este punto, imaginad tener la ocasión de vivir esta pequeña aventura en cualquier parte, con o sin compañía, en vuestra TV del salón o tumbados tranquilamente en aquel sitio que arroja recuerdos irrepetibles en tu memoria.

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Porque de eso trata RiME para Switch, de poder trasladar esta experiencia de clara inspiración sustractiva (legada en obras a la altura de Ico o The Last Guardian) con nosotros, hecho que, por varias razones que explicaremos a continuación, conlleva más taras de las que desearíamos.

Volviendo al mundo de RiME

Aquí no hay combates espectaculares, un sistema de progresión de personajes plagado de opciones ni tampoco un complejo diagrama jugable definido por un sinfín de sub-opciones interactivas. Trata de curiosear, de sumergirnos en un viaje introspectivo a base de la sucesión de puzzles y el —difícil de explicar— deseo de seguir explorando y sorprendiéndonos ante el próximo escenario. Pero, yendo al grano, la versión de Nintendo Switch que nos trae Tantalus (creadores, entre otros, del remaster de The Legend of Zelda: Twilight Princess para Wii U) mantiene el juego tal y como lo pudimos vivir hace unos meses en PS4, Xbox One y PC en su concepto, añadiendo la opción de podernos llevar la experiencia a cualquier parte como principal reclamo, y adaptando el motor gráfico a los requerimientos del sistema de Nintendo como punto más controvertido.

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Por ello, si no conocéis el juego os animamos a leer nuestro extenso análisis de la versión de PS4 —donde destacamos todos los puntos que hacen grande este mágico título español— pues en el texto que nos ocupa vamos a intentar concentrarnos en la conversión realizada para Switch, sus pros, sus contras y si mantiene la categoría que merece la obra.

La elegancia artística mermada por la inestabilidad técnica

Es de recibo subrayar algo fundamental: a pesar de que el diseño jugable de RiME y su acertado sistema de control —más amable y efectivo que en los juegos de Team Ico— es lo más importante del título, en lo que destaca principalmente es en su soberbia dirección artística (para bien) y en su consecución técnica en Switch (para mal, desafortunadamente).

El juego sobresale gracias a un gran diseño de niveles, puzzles no muy difíciles pero ingeniosos en la mayoría de los casos, y un desarrollo marcado por la belleza, la variedad de situaciones, el poderío de sus diferentes ambientaciones y el poético planteamiento general de la obra.

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Nada más comenzar la aventura —en el ya canónico y ampliamente conocido emplazamiento costero—, la pérdida de resolución general y nitidez en las estructuras se hace patente, pese a que la iluminación y la carga poligonal no se vean afectadas a primera vista. Lo que en un principio parecen unos 30fps a 720p afectados por frame pacing, se convierten en un vaivén de tasa de cuadros por segundo mucho más acusado que en PS4.

Durante los momentos de más carga gráfica es donde el juego sufre de forma contundente: con bajadas por debajo de los 15fps y parones que resultan bastante molestos. Es justo comentar que en muchas ocasiones el juego se mueve alrededor de los 30fps; desafortunadamente, cuando RiME soporta los peores tramos la jugabilidad y la fluidez interactiva se ven afectadas. Incluso lugares de gran poder visual (donde pequeñas cinemáticas panorámicas nos muestra la grandeza de este mundo “sorollense”) se ven severamente mermados por las bajadas de frames y los pequeños parones que restan vistosidad a dichos momentos.

Por otra parte, shaders como los que simulan la distorsión del fondo acuático han sido suprimidos, mientras que la representación de las superficies doradas han perdido realismo y belleza. Bajo nuestro punto de vista, adaptar la versión de sus hermanas mayores a Nintendo Switch no ha sido un trabajo minucioso y dedicado por parte de Tantalus, pues parece haber sido relegado al recurso menos complicado: restemos resolución al conjunto (texturas incluidas), bajemos calidad al LOD y restemos shaders, definición al sombreado en tiempo real y profundidad de color para que el título sea jugable; y en muchos de los casos lo es —jugable—, pero en no pocas ocasiones la experiencia se ve lastrada por estas medidas. Haber bajado la carga poligonal, adaptado el Unreal Engine de forma más optimizada o eliminado efectos de post-procesado complejos seguramente hubiera implicado reescribir miles de líneas de código y replantear el juego a nivel artístico, pero también garantizaría la calidad general de la experiencia jugable del producto que nos ocupa.

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Porque, a nivel integral, el juego divierte, cuenta con tramos apasionantes y el estilo visual general nos deja estampas para el recuerdo: es una pena que sus problemas lastren el resultado final hasta restarle enteros.

Llevémonos RiME fuera de casa

Otro caso de estudio es RiME funcionando de forma independiente al Dock. En el modo portátil la estabilidad del juego es mayor, por lo que la jugabilidad se ve dinamizada, a pesar de que los problemas de frame pacing y baile de fotogramas persisten, de forma menos notoria eso sí. Desafortunadamente todo ello conlleva un alto precio: RiME en modo portátil es, posiblemente, el videojuego más borroso del catálogo de Nintendo Switch, bajando de largo los 720p y mostrando un resultado sucio e incómodo: el encanto natural del juego de Tequila se ve notablemente afectado, por lo que muchos de vosotros decidiréis no utilizarlo en modo portátil por este motivo. Además, un extraño efecto —seguramente propiciado por la implementación de algún tipo de anti-aliashing dinámico— hace que los dientes de sierra desdibujen las estructuras y los personajes cuando estamos en movimiento, hecho que se suaviza sin nos detenemos a admirar algún paisaje sin mover la cámara.

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El plano acústico, brillante en ambientación y efectos de sonido, alcanza cotas magistrales en el plano musical, llegando a su punto culmen con la “Canción del Mar” interpretada por Silvia Guillem. Todo brilla a gran nivel para goce y disfrute de nuestros oídos, aunque hemos notado una bajada de calidad espacial en la representación de los ambientes de RiME: mientras que en PS4 podemos disfrutar de un sonido 5.1 de gran realismo, el juego se queda en 2.1 en su versión para Switch. Hoy por hoy, vemos esta decisión bastante sorprendente, más aún habiendo disfrutado del gran trabajo realizado por Ubisoft en Mario + Rabbids: Kingdom Battle o en los propios juegos de Nintendo, donde el sonido multicanal brilla con gran ímpetu en The Legend of Zelda: Breath of The Wild o Super Mario Oddyssey.

Análisis para Nintendo Switch realizado con un código proporcionado por la editora.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.